Home Brújula El país de los lotófagos, lugares fantasmales que habitaron artistas

El país de los lotófagos, lugares fantasmales que habitaron artistas

“En la antigüedad más allá de los límites del mundo conocido se extendían lugares habitados por seres extraños, compuestos por fragmentos de otros, incompletos o en permanente transformación por nuestro miedo, la distancia, el tiempo o la imaginación. Eran gigantes o diminutos monstruos que podían destruir, dominar o hipnotizar con su presencia a los que se acercaban a ellos impidiéndoles regresar a casa”. Así arranca la explicación de la nueva exposición en la galería Siboney: El país de los lotófagos, de Emilio Pemjean, que prosigue: “Las cartografías del mundo no explorado contenían zonas grises, imprecisas o no definidas con el mismo detalle de lo cercano. Estos mapas incompletos, faltos de información, incitaban a imaginar y completar los países no descritos con detalle. Hoy esos lugares antaño desocupados, las manchas grises de los mapas, han desaparecido y sólo la imaginación y la memoria parecen seguir creando paisajes que no caben en nuestro mundo. Viajar y explorar, aunque sólo sea con la imaginación. Habitar lo desconocido y sin embargo profundamente deseado es una forma de soñar. Las resonancias de esos lugares, como esbozos de lo que fueron, nos llegan a través de rumores, un mapa con manchas grises, una antigua imagen descontextualizada e incompleta, una página de un libro que nos sorprende, un plano rescatado de un archivo, un relato o una leyenda. ¡Necesitamos de su existencia! Viajar a ellos, aunque ya no existan, es esencial para la vida de nuestros sueños y permiten mantener la esperanza en que el mundo sigue siendo grande y lleno de lugares desconocidos. El proyecto se articula a través de una serie de viajes virtuales que ya no pueden ser experimentados como en el pasado, acercamientos que reconstruyen espacios y sus atmósferas desaparecidas a partir de maquetas, fotografías, vídeo e instrumentos digitales. Son fantasmas, intervenciones difusas, arquitecturas frágiles, efímeras, superposiciones que ocupan hoy lugares marginales y se han hecha casi invisibles por el paso del tiempo y el abandono. La reconstrucción interpretativa de los paisajes (interiores y exteriores) pone énfasis en el proceso de conceptualización, su construcción o destrucción. Estos momentos olvidados, llenos de la emoción que produce un descubrimiento, los estados intermedios, las dudas, los ensayos, las pruebas y errores, las herramientas utilizadas, las experimentaciones (invisibles en la documentación que llega hasta nuestros días) son el objeto principal del proyecto en un esfuerzo por recuperar la memoria de los muertos. ¡Silencio! No se oye nada, nadie habla. Somos testigos de la respiración, del latido que acompaña a la transformación. Aunque sólo sea por un momento nos negamos a regresar a casa como los compañeros de Ulises al comer loto. Los paisajes interiores son reconstrucciones interpretadas de obras de artistas y arquitectos cercanos al movimiento De Stijl. Los paisajes exteriores son posibles reconstrucciones de las distintas localizaciones en que situaban las intervenciones”.

Dónde: Galería Siboney, Santander, España

Cuándo: Hasta el 15 de septiembre

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