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El paro de los mayores baja mucho más lentamente que el de los jóvenes: ¿por qué?


«Se habla del paro juvenil para ocultar el verdadero problema: el paro adulto» fue una provocativa declaración de Domingo Comas, presidente de la Fundación Atenea, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Uned hace tres años. Recogimos su análisis aquí. ¿Sigue siendo cierto? Vamos a comprobarlo echando mano de los datos.

 

 

De acuerdo con la última Encuesta de Población Activa, correspondiente al primer trimestre de este año, el número de parados de entre 16 y 34 años asciende a 1.568.600. Una cifra muy parecida a los parados de entre 45 y 64 años: 1,58 millones.

 

 

Pero hay una diferencia sustancial entre los dos grupos de edad, entre los jóvenes y los mayores de 45 años: su evolución más reciente, desde que comenzó a bajar el paro, y durante la última crisis, desde finales de 2007. Adelantamos que tanto en un periodo como en el otro, todo juega, como balance general y sorprendentemente, en contra de los mayores.

 

 

Los jóvenes partían a finales de 2007 de una situación mucho peor, es verdad, con un número de parados que superaba el millón, frente a los 467.100 desempleados mayores de 45.

 

 

Pero esta última década, entre 2007 y 2017, en su conjunto, ha sido más dañina para los mayores que para los jóvenes. La situación de ambos grupos de edad ha terminado prácticamente empatada porque el número de parados mayores es ahora un millón superior al del momento de arranque de la crisis, mientras que el volumen de desempleados jóvenes está actualmente medio millón por encima de la cifra de partida de nuestro análisis.

 

 

En cuanto a la evolución más reciente del paro, los datos muestran que al desempleo adulto le cuesta más bajar que al juvenil. Entre el último trimestre de 2016 y el primero de 2017, el paro juvenil ha bajado de las 1.612.400 personas a 1,568 millones. En cambio, el número de desempleados mayores de 45 años ha subido de 1,552 a 1,58 millones.

 

 

Con una perspectiva de tiempo algo mayor, que puede reflejar de manera más representativa la tendencia, en los últimos doce meses, el número de parados jóvenes ha bajado en cerca de 300.000 personas, mientras que el de mayores de 45 años apenas lo ha hecho en poco más de 100.000.

 

 

Los máximos en número de desempleados se marcaron en España en el primer trimestre de 2013, cuando la cifra rozaba los 6,28 millones. Bien, en ese momento, el número de parados menores de 35 años se acercaba a los 2,74 millones, frente a los 1,86 millones de desempleados de 45 y más años.

 

 

¿Qué significa esto? Que la crisis económica, entre su inicio y su peor momento, casi triplicó el número de parados jóvenes, al pasar del millón a los 2,7 millones, y que entre los mayores se más que multiplicó por tres, al crecer del medio millón hasta los 1,86 millones. Pero desde esos niveles más altos, los mayores no han logrado apenas bajar el número de parados (apenas en 300.000 personas en total), mientras que entre los jóvenes, el número de desempleados se ha reducido en más de un millón.

 

 

¿Qué razones hay detrás de esta menor reducción del paro entre los mayores que entre los jóvenes durante la última recuperación del empleo?, ¿tiene que ver con las actividades que desempeñaban los mayores cuando se quedaron sin trabajo?, ¿se debe a que los mayores necesitan mayores sueldos que los jóvenes, debido a sus obligaciones familiares?, ¿influye en las cifras la emigración de los más jóvenes a otros países en busca de un futuro mejor, algo que en la mayoría de los casos los mayores no pueden permitirse?, ¿las empresas tienen vergüenza de ofrecer a los mayores de 45 años los empleos precarios que sí dan a los veinteañeros?

 

 

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