Será de noche, como ahora, pero frente al mar. Eso quisiera pensar.
Iba a acostarme. Era demasiado tarde para intentar subir un post, escribir un post, pensar.
Pero quería leer todavía unas páginas de la Odisea, y terminar el ‘culturas’ de La Vanguardia de hoy. Ya me había dejado favorablemente noqueado descubrir que Jordi Carrión había entrevistado a Joe Sacco y lo había hecho en formato cómic, con dibujos de Sagar Forniés. ¿Por qué no? Nuevas viejas formas nuevas viejas. Y eficaces. Divertidas. Claras. Que acaso hagan que se asomen a los periódicos, y a los suplementos literarios de los periódicos, lectores que nunca antes se asomaron, y que acaso vuelvan algunos de los que desertaron, hartos de nosotros, de nuestra forma cansina, torticera (¿torticera? ¿A quién carajo se le ocurrió emplear por primera vez ese adjetivo: ahuyenta a un lobo ilustrado, y a un cordero amante de Wislawa Szymborska?) de contar el mundo, de mentir el mundo, de reducirlo a opiniones.
Le dice Joe Sacco a Jordi Carrión: “Lo que importa del periodismo es el compromiso. Los hechos importan. La realidad importa. Las víctimas importan. Hay que cuestionarse el poder. Estos son los fundamentos morales que hay que defender”.
Y unas cuantas viñetas después aparece en una esquina Orwell, como si hubiera vuelto a Barcelona, donde hicieron la entrevista, cara a cara, real, pero en cómic, y estuviera al acecho, escuchándoles. En la siguiente se dan la mano, despidiéndose calurosamente (el dibujante les ha pintado narices equivalentes, puntiagudas), todavía le da tiempo al entrevistador a hacerle una última pregunta (que le sirve al dibujante para retratarse volviendo con curiosidad la cara hacia su famoso colega): “¿Qué consejo le darías a alguien que trabaja en su primer cómic de no ficción?”, a lo que responde Joe Sacco, y así se cierra la entrevista, la doble página, y yo me puedo ir a dormir como si hubiera hecho una buena cosa: “La gran ventaja con que cuentas es que a la gente le encanta hablar de sí misma. Sólo tienes que dejarles que te cuenten su historia. Si no tienen nada que ocultar, estarán dispuestos a regalártela. No les presiones: el periodismo es un proceso lento. Necesita tiempo. Constancia, tiempo, un poco de obsesión”.
(Desde el inicio, con a ayuda de Felipe Hernández Cava y de Raúl, en fronterad intentamos que el cómic fuera parte de nuestra forma de contar el mundo, de asomarnos al mundo. No lo hemos conseguido. Pero seguimos aquí. Envejeciendo con entusiasmo, sin pasta pero con entusiasmo. Y tratando de explorar nuevas formas de contar la realidad, también a través del cómic. Corre la voz).
