Este corto, protagonizado por Pilar Castro y Luis Zahera, y dirigido por León Siminiani, es un llamamiento a la reflexión sobre la lucha de egos, tan presente en muchas profesiones. El corto, en un juego de metaliteratura, recrea una noche en los premios Goya, en la que la protagonista espera el fallo de la Academia de Cine con la impaciencia de saber si es o no la ganadora. El juego está en que personaje y actriz se entremezclan, pues la situación e imágenes de la nominación fueron reales. Este corto, nominado a los Goya, se ríe de sí mismo para despertar la conciencia crítica sobre las vanidades.
Texto por Patricia Gardeu