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Mientras tanto'El quinto invierno' y yo sin bicicleta

‘El quinto invierno’ y yo sin bicicleta


 

Hay cosas que si se intentan hacer no resultan.

 

Esa ley la conocemos todos y si no, se la presento.

 

El quinto invierno 

 

Recibí hace una semana un mail del redactor jefe de El Gallinero pidiéndome una antecrítica sobre las dos obras de la compañía El canto de la cabra que se presentan en el Teatro Pradillo. Las obras en cuestión son El quinto invierno y Tierra pisada, por donde se anda, camino.

 

En otro tiempo habría estado encantado de hacerla. Imaginen, hablar de una de las pocas compañías emblemáticas que existen con una historia de compromiso y entrega por lo que hacen y creen… es una oportunidad que no se tiene todos los días. Pero Desdémona (mi bicicleta) fue robada hace unas semanas y aún no me puedo hacer a la idea. No tengo ganas de escribir y menos de ver o hablar con alguien. Caminar no es lo mismo que pedalear por Madrid.


El quinto invierno 

  

A los pocos días volví a recibir un nuevo correo donde me preguntaba cómo iba la antecrítica y me pedía que la entregará lo antes posible, ya que las funciones de El quinto invierno comenzaban el jueves 26 de febrero y se extendían hasta el 1 de marzo (el 7 y el 8 de marzo también se presentan) a las 21 horas, y había que subir la entrada antes de esa fecha. Lo leí y de inmediato lo envié a la papelera.

 

—¡Que te den morcilla!

 

Después de eso me fui a la cama, y desperté dos horas más tarde. Había soñado con fantasmas de papel y con personas que se movían sin decir palabra. Fue un sueño agradable que mejoró mi humor y también mis ganas de alimentarme. Así que decidí salir de casa.

 

Al abrir la puerta encontré sobre el felpudo un papelito con marcas de grasa.

 

 Papel con marcas de grasa

 

“si quieres volver a ver

tu bicicleta

Sala Pradillo 21:00

Obra «El quinto invierno»

Yo te encontraré”

 

Recogí el papelito y lo guarde en mi bolsillo.

 

Sin pensar en nada, abrí mi ordenador y comencé a escribir esto mientras me daba cuenta de que en la nota no decía qué día debía ir.

 

—¡Bueno! Tendré que ir todos los días hasta que alguien me encuentre.

 

Entonces, si alguien me necesita, estaré ahí desde el 26 de febrero al 1 de marzo (7 y 8 de marzo también) a las 21 horas. Se ruega avisar a todos.

 

Nota mental.- Espero que para el rescate no haga falta dinero. Mi cuenta se acerca peligrosamente a números rojos.

 

(Continuará…)

  

M. Rodríguez


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