Home Acordeón ¿Qué hacer? El sistema multilateral está siendo torpedeado ante nuestros ojos

El sistema multilateral está siendo torpedeado ante nuestros ojos

Estamos en el Instituto Cervantes que no es un lugar cualquiera. Cuando la fractura y el aislamiento de tantas batallas se generalizan, nos encontramos aquí la casa de nuestra lengua para hablar, para hablar juntas, para entendernos y en el entendimiento construir. No pueden negar que ello tiene un valor inestimable.

La tarea no es sencilla, pero tenemos todas las herramientas de las que nos dota la razón y conmueven el alma, la poesía, la literatura y, como no, la música.

Hoy procedemos a otorgar los premios de la cuadragésimo segunda edición de los premios APDHE a quienes hacen de los derechos humanos una brújula con la que orientan su compromiso vital, su quehacer profesional y su inquietud espiritual.

Hoy es día 9 de diciembre, Día internacional del genocidio, y 10 de diciembre, Día internacional de los derechos humanos. Producto del azar o capricho de la providencia, coordenadas que enmarcan este momento único que vivimos.

Les confieso que, de nuevo y muy a mi pesar, no soy porteadora de buenas noticias, la unilateralidad y el uso de la fuerza se multiplican como cauce para la solución de conflictos.

El sistema multilateral está siendo torpedeado ante nuestros ojos y gravísimos conflictos acechan nuestro presente.

No obstante, no podemos, no debemos ser ingenuos.

Han pasado décadas desde que la Carta de Naciones Unidas bajo la premisa de que “Nosotros los pueblos…” fraguase el sistema multilateral de derechos cuya defensa nos une; pero el mundo ha cambiado y ello exige adaptación. Se hace necesario hacer que el Consejo de Seguridad sea más abierto e inclusivo, que países del Sur Global, por ejemplo, dispongan de representaciones permanentes.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe liberarse de la parálisis que representa el derecho de veto en su configuración vigente, particularmente en ocasiones de violación grave de los derechos humanos con vulneración manifiesta del derecho internacional.

No se trata de renunciar al multilateralismo y sus instituciones, sino de implantar las reformas y mejoras imprescindibles para que sea representativo y eficaz y de coadyuvar a conseguirlo.

Reformas, cuya posibilidad ya se contemplaba en 1945, cuando el presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, declaraba: “Esta Carta […] se irá ampliando y mejorando con el tiempo. Nadie pretende que a día de hoy sea un instrumento definitivo ni perfecto. […] La evolución de las condiciones mundiales requerirá reajustes”. 

En eso estamos, en eso debemos estar.

El sistema multilateral, nos ha librado (con carácter general) del flagelo de la guerra, esa cuya mera silueta no deja dormir a mi hija de ocho años y les confieso que, a mí, que escuché a mi abuelo hablar de ella, también me asusta.

Ucrania, invadida por Rusia en febrero de 2024, sufre una guerra cruenta, como todas, porque, en clara violación del derecho internacional, hay quien trata de imponer la ley de la fuerza obviando el imperio de la Ley.

En esta edición de los Premios APDHE el Jurado ha decidido conceder el premio Internacional a Oleg Orlov, reconocido activista ruso por los derechos humanos, condenado a prisión en Rusia por escribir un artículo en favor de la paz.

Orlov es co-presidente de Memorial, nuestra asociación hermana miembro de la Federación Internacional de Derechos Humanos, ilegalizada por el régimen de Vladimir Putin y Premio Nobel de la Paz en el año 2022. Asimismo Oleg es Premio Sajarov del Parlamento Europeo.

Muchas gracias Orlov por tu trabajo por tú oposición a la guerra y la contribución a la Paz.

En Palestina, se perpetra un genocidio infame. Esta espiral de deshumanización y odio debe terminar, ya.

Esta situación no puede continuar.

Cualquiera, sabe que perseguir la seguridad sin tener en cuenta la paz es una falacia. La paz es la única garantía para la seguridad. Un mundo sustentado por la venganza y los castigos colectivos no es un mundo seguro para nadie, tampoco para nosotros. Estamos en franca rebelión contra decisiones imposibles de compartir por carecer de refrendo jurídico y de cualquier tipo de justificación moral.

Me niego a sostener que se perpetra un genocidio ante nuestros ojos sin que hagamos nada porque no podría creer a quien escribiese sobre su indiferencia, a quien versase sobre nuestra complicidad ante la ausencia de resultados en forma de paz.

Deserto de la locura de la barbarie, pero también de la magnificación de la indiferencia.

Mientras siga el ruido, no escucharán nuestras voces lo que no significa que no clamemos.

Nuestra junta directiva ha otorgado el premio honorífico In memoriam a todos y cada uno los numerosos periodistas palestinos asesinados desde el 7 de octubre en el transcurso de las operaciones genocidas en Gaza y en toda Palestina. Este premio es un reconocimiento a su compromiso vital con el derecho humano a recibir información veraz, para dar testimonio, día tras día, de la mayor de las ignonimias: el genocidio.

Asesinarles es un intento de ocultar la verdad.

No podemos olvidar otras guerras, guerras civiles y fraticidas promovidas por intereses locales e internacionales, que proliferan en el Sahel y otros lugares del continente africano. Los crímenes de guerra en Sudán y Sudán del Sur y la violación sistemática de los derechos humanos en todas ellas no nos dejan indiferentes.

La creación de las Naciones Unidas y del sistema internacional basado en normas fue un avance notable. En concreto, este año celebramos 75 años de los Convenios de Ginebra, génesis del derecho internacional humanitario.

Exigimos que éstas se respeten y sean cumplidas. Retroceder es regresar hacia la destrucción y el sufrimiento extremo inherente a dos guerras mundiales del siglo pasado, al Holocausto, a la negación más absoluta de la humanidad.

El compromiso por la paz es una obligación y la esperanza es un deber. No vamos a dejar que nos arrastren porque estamos dispuestos a hacer historia cambiando el rumbo.

La fatalidad no es una opción, tengo la íntima convicción de que la paz es posible, la seguridad es posible, la democracia es viable y una mayor solidaridad, igualdad, fraternidad y libertad no sólo son posibles, sino que son imprescindibles.

Somos unas infatigables constructoras de paz, artesanas en el arte de reconocer los derechos y de mimarlos como reflejo de la dignidad que habita en todos nosotros.

Las madres buscadoras de Jalisco, son el máximo exponente de que las mujeres son la vanguardia de los derechos humanos. No sólo representan el infinito amor de quienes nos pusieron en el mundo, sino que hacen del mundo el lugar en que crece la semilla que trajeron con ellas:  el compromiso cívico en contra de las desapariciones forzadas.

Vivimos el momento de defender qué sociedad queremos, cómo queremos vivir y coexistir. Todos nosotros, todos juntos.

No podemos ceder el paso a democracias iliberales, de corte involutivo que prometen ser democráticos después de erosionar o incluso intentar deshacerse de instituciones políticas básicas surgidas históricamente a partir del impulso político liberal.

El monstruo del autoritarismo engendra desconfianza, la desconfianza división, la división pérdida de lo común y la pérdida de lo común erosión de institucional.

Ahí perdemos todos.

Tenemos que rescatar al Estado de quienes pretenden alejarlo de los principios democráticos.

El liberalismo político sometido a corrosión y a un proceso de apropiación esterilizante es sin duda la tradición de tradiciones que debe reformularse en estos tiempos en que tantos desvaríos se justifican tomando en vano el irrenunciable valor libertad.

En este punto es imprescindible defender la verdad. La verdad con mayúsculas como categoría hermenéutica que descubre lo que hay tras la realidad.

El crimen físico y el hermenéutico van de la mano. Como señala Reyes Mate, la memoria se construye sobre la verdad y la moralidad. Esto no debería disgustar a nadie, debería interesarnos a todos

Debemos apostar por un modelo de convivencia en el que no existan zonas de exclusión de derechos ni de la arbitrariedad del no derecho.

No queremos privilegios, queremos seguir siendo titulares de derechos.

Gracias, Cristina [Monge] por coadyuvar desde la ética, el rigor al entendimiento social.

Gracias, Miguel [Ríos] porque podemos invitar, casi proféticamente, a nuestro hermano a escuchar el canto alegre del que espera un nuevo día.

El racismo sistémico está tan arraigado que sobrevive y acecha, que puede adueñarse de en nuestra sociedad en cualquier momento. No podemos estar desprevenidos. No vamos a dejar que nos inoculen el virus del miedo al otro. Nadie es inmune pero juntos nos inmunizamos.

La rigidez de las fronteras fluye en nuestras sociedades y permea en determinados trámites administrativos, en interpretaciones y decisiones como aquellas que han hecho que en España todavía no tengamos un procedimiento para ejecutar dictámenes de los Comités de Naciones Unidas.

Creemos en el Estado de Derecho, confiamos en el Imperio de la Ley. Por ello no claudicamos.

Gracias a las Jornadas sobre Migraciones y Derechos Humanos de Motril y a María Eugenia Rodríguez Palop por dar luz y permitirnos ver en la oscuridad del no derecho
La majestuosidad de las montañas va de la mano de su vulnerabilidad y la necesidad de su protección.

Que el bienestar de las personas deriva del bienestar de los ecosistemas que sostienen la vida es incuestionable.

Para ello debemos afrontar las causas y consecuencias del cambio climático, para no seguir sufriendo sus impactos en forma de desastres naturales, que se incrementan en número e intensidad, como hemos tenido oportunidad de constatar recientemente. Quiero tener presentes a todas las víctimas de Valencia, a sus familias y comunidades.

Tampoco quiero olvidar a los defensores del medioambiente, colectivos que cuestionan, en ocasiones, con formas poco convencionales el modo de vida imperante. Hermanos atemporales de aquellos desobedientes no violentos que hoy nadie discute que estaban en lo cierto.

Ello permítanme cohonestarlo con el hecho de que en esta cuadragésimo segunda edición hayamos incorporado la categoría de Medio Ambiente, como celebración del reconocimiento del Derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible que comprende el derecho a vivir en Armonía con la Naturaleza.

Gracias Asun Ruiz por haber inspirado y formado parte de la coalición mundial por el reconocimiento de este derecho, trabajemos por dotarlo de contenido en nuestro país.

No puedo terminar sin darles las gracias, sin dar las gracias a todos los que hacen posible que la APDHE siga existiendo tras cuarenta y siete años de fecunda existencia.

Recordarles que ningún derecho se defiende solo.

Que ustedes y nosotros somos responsables en la tarea de privilegiar el diálogo sobre la confrontación, la cooperación sobre la crítica estéril y la apertura sobre la cerrazón para así conocer, abordar, denunciar y trabajar para que el articulado de la Declaración Universal de Derechos Humanos no sea una mera declaración programática si no que tenga eficacia en toda su extensión.

Sólo me resta invitarles a formar parte de APDHE, a sumarse a nuestro compromiso con los propósitos y principios de Declaración Universal de Derechos Humanos, con las víctimas de las violaciones de derechos humanos desde el convencimiento de la imprescindible e inigualable fuerza de la ciudadanía comprometida para emprender y alcanzar tan altas tareas.

 

La Asociación Pro Derechos Humanos de España

La Asociación Pro Derechos humanos de España nace en el año 1976, como la primera entidad orientada a la defensa y promoción de los derechos humano en España. La formalización de la APDHE se enmarca en un contexto de incertidumbre política tras el fallecimiento del dictador Franco con el que se pretendía el impulso, desde la perspectiva de los derechos humanos, de todas las vías conducentes a la democracia, al apoyo de la amnistía política, el reconocimiento de sindicatos libres, la promulgación de una constitución democrática que solventase la indefinición jurídica y derogase las leyes represivas de la Dictadura todavía vigentes.

La Asociación Pro Derechos humanos de España se encuentra inscrita en el Registro de Asociaciones competencia del Ministerio del Interior de España y cuenta, además, con el reconocimiento Asociación de Utilidad Pública desde 1983. Además, es miembro afiliado de la Federación Internacional de Derechos Humanos (Fidh) y forma parte de la Red Internacional “SOS Torture” en la Organización Mundial Contra la Tortura-OMCT. Es miembro fundador de la Federación de Asociaciones de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos de España, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), de la Comisión de Libertades Informáticas (CLI) y de la RedEnderechos para la promoción del Enfoque Basado en Derechos Humanos (EBDH) en la Cooperación Internacional para el Desarrollo y del Comité de Dirección del II Plan de Derechos Humanos.

 

Los Premios de Derechos Humanos

Los premios de la Asociación Pro Derechos humanos de España responden, conforme a las bases reguladoras, al resultado de los votos populares que las candidaturas obtuvieron y a la valoración del jurado, que este año estuvo integrado por representantes de algunas de las agencias de Naciones Unidas en nuestro país. Así, constituyeron el jurado Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España; Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España; Félix Peinado, director de la Oficina de la OIT para España; y María Jesús Herrera, Jjefa de Misión en España de la OIM; actuando como secretario Joaquín Nieto, vicepresidente de la Asociación Pro Derechos humanos de España.

Los Premios anuales de la Asociación Pro Derechos Humanos de España son una constante desde su constitución en 1976. Así, se erigen en clave de arco de la construcción de un marco de reconocimiento, promoción y compromiso de la ciudadanía con los derechos humanos.

El pasado 9 de diciembre de 2024, la Asociación Pro Derechos humanos entregó los premios en su cuadragésimo segunda edición.

Según, el Acta adoptada por el Jurado los premios fueron en la categoría internacional, ex aequo a las Madres Buscadoras de Jalisco, por su incansable actividad como uno los colectivos más activos de madres buscadoras en México ante los miles de personas jóvenes desaparecidas, asesinadas o víctimas de trata, encontrando decenas de enterramientos pero también cientos de personas con vida, y a  Oleg Orlov, por su actividad pacifista en Rusia, que le ha costado la condena de dos años y medio de cárcel por escribir y publicar un artículo contra la guerra y en favor de la paz y la salida involuntaria de su país, tras el reciente intercambio de prisioneros. Así como por su labor como co-presidente de Memorial, la organización rusa de derechos humanos miembro de la FIDH, ilegalizada en 2021 y Premio Nobel de la Paz en 2022.

En la categoría nacional, ex aequo, a las Jornadas de Motril sobre Migraciones y Derechos Humanos, por crear y mantener un valioso y relevante espacio de personas y entidades de juristas comprometidas, junto con organizaciones sociales y sindicales, para tratar anualmente aspectos jurídicos y sociales clave desde la perspectiva de la hospitalidad y los derechos humanos de las personas migrantes y a Mª Eugenia González Palop, por su extraordinaria labor pro derechos humanos y sociales como jurista, académica, investigadora y parlamentaria, siempre con perspectiva inclusiva de género, especialmente sobre la trata de seres humanos, también ante la situación de las mujeres romaníes, las mujeres con discapacidad, las mayores y las mujeres rurales y temporeras.

En la categoría comunicación a Cristina Monge, por su excelente práctica comunicadora desde la ética, el rigor y el entendimiento social, en tanto que columnista de El País y de InfoLibre, analista política en la SER y en TVE y especialista en cambio climático y transición ecológica justa; y por su compromiso activo con los derechos humanos tanto en su labor comunicadora como en su quehacer social dinamizando diálogos y plataformas como + Democracia.

En la categoría cultura a Miguel Ríos, por su reconocida trayectoria a lo largo de seis décadas como músico e icono del rock siempre con la democracia, la paz y los derechos humanos; cada día y en los momentos más especiales: en los años setenta por las libertades, en los años dos mil contra la guerra y en la actualidad contra el genocidio en Gaza.

En la categoría Medio Ambiente a Asun Ruiz, por su contribución decisiva para activar la movilización internacional de la sociedad civil por el Derecho humano a un medioambiente limpio, saludable y sostenible adoptado por Naciones Unidas en 2022; y por su labor al frente de la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirLife, en favor de las aves y la naturaleza, desde una perspectiva social y de derechos humanos.

La categoría honorífica la otorgó la junta directiva por unanimidad a los periodistas palestinos asesinados desde el 7 de octubre de 2023.

 

Migrantes y refugiados. ¿Quo Vadis, Europa?, por Luis Carlos Nieto

La deriva de un continente que restringe los derechos humanos de “los otros” mientras comprueba desnortado cómo enferman “los suyos”.

1). Queremos agradecer al Jurado la concesión del Premio de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, en su categoría nacional, a un proyecto colectivo como son las Jornadas Derechos Humanos y Migraciones de Motril, en primer lugar por el reconocimiento a un trabajo “a contracorriente” ya veterano, que agradecemos de corazón. También porque esta mención nos garantiza la supervivencia y consolidación del proyecto, para que pueda ser acogido y reformulado por otras generaciones. Muchas gracias por vuestro apoyo en estos momentos en los que brota con fuerza la inhumanidad y el odio y se cierran tantas puertas a quienes reivindicamos al pobre, al extranjero, al excluido.

2) Las palabras que traemos a este acto tan entrañable son retales sueltos de la memoria de más de veinte años de trabajo voluntario para contaros brevemente nuestra historia. Son flashes de imágenes, recuerdos, música, poemas, carteles, ponencias de un trabajo intenso y muy satisfactorio, con el paisaje de fondo de la costa de Granada. Sensaciones vividas en un proceso complejo en el que intentamos crear un espacio de solidaridad y acogida con quienes están llegando.

3) La idea surge en Motril, cuando comienza el siglo XXI y se anuncian tiempos punitivos. Las imágenes de los desembarcos de personas extenuadas, que caminan envueltas en mantas hasta la enfermería del puerto, se hacen frecuentes, cotidianas. Vienen con la hipotermia de haber visto de frente la cara de la muerte. Son los supervivientes de las rutas migratorias, de las fronteras. Son los vencidos; por el hambre, la persecución, la guerra, el clima o simplemente “los sobrantes de este planeta”, como los describe Zygmunt Bauman desde la sociología.

4) La geografía y los acontecimientos nos empujaron a arrancar este proyecto. Al este de Motril, en El Ejido (Almería), un lugar donde la segregación espacial y social de los migrantes les había convertido en “infrasujetos”, una turba enfurecida de vecinos había atacado a los trabajadores marroquíes de los invernaderos del poniente almeriense el año anterior. Como siempre se repite en la historia de la persecución de las minorías se les acusaba de un delito que no habían cometido, añadiendo bulos y rumores recurrentes como que habían envenenado el agua o corrompido el aire. Al otro costado, un experimento radical de exclusión social en Marbella presumía de limpiar las calles de mendigos, prostitutas y delincuentes.

5) Esta situación hizo nacer las Jornadas de Motril. Se trataba de evitar que se repitieran estos modelos de exclusión social, para lo que había que revitalizar espacios de derechos y desarrollar el compromiso de sostener principios democráticos. Era una idea de resistencia frente a proyectos incompatibles con el respeto a los derechos de las personas y con la sostenibilidad del territorio, que provocan un clima social tensionado, violento, que reduce a “no personas” a buena parte de sus vecinos. Fue una demanda social que trataba de impedir que estas expresiones de exclusión social se acabaran instalando también en el sur de Granada y fue iniciada por colectivos vecinales, sindicatos, defensores de derechos humanos. Nosotros hicimos lo que sabíamos hacer: juntar gente y pensar juntos, a partir de una idea sencilla de entender, lo que no quiere decir que no fuera profunda, que podría resumirse en que, con inclusión, con reconocimiento, con respeto, con acogida, se vive mejor que con exclusión y violencia. Reivindicamos un territorio de vida, de derechos, democrático.

6) La iniciativa era compleja y plural y en ella hemos participado, en uno u otro momento, defensores de derechos humanos, migrantes, colectivos e instituciones como la Asociación Derechos Humanos e inmigración de Motril, Coordinadora de Barrios de Madrid, Motril Acoge, la Fundación de la Abogacía Española, los Ayuntamientos de Motril y Salobreña y la Asociación Juezas y Jueces para la Democracia. Y dando voz siempre al testimonio de las personas migrantes. Como queríamos garantizar la independencia del proyecto elegimos el espacio de la Universidad, y no cualquiera, sino la universidad pública; la que iguala, la que es de todos, la que no segrega, en nuestro caso el Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Motril, lugar de pensamiento y reflexión que nos ha permitido generar ese espacio de energía y hospitalidad que hoy presentamos aquí, cuyo director siempre creyó en nosotros y nos acompañó.

7) Nuestra idea medular siempre ha sido situar los derechos humanos en el centro del debate migratorio. Pensamos que la violencia de las fronteras tiene mucho que ver con el error calculado de tratar los desplazamientos masivos de personas como excepcionales y urgentes. Al final, un debate de estricta seguridad, tratando los desplazamientos masivos de personas como amenaza, como avalancha, como invasión de la que hay que protegerse. Esta idea coyuntural y “securitaria” de las migraciones actuales nos ha dejado el paisaje devastado de un continente que mientras restringe los derechos de “los otros” comprueba cómo enferman los suyos propios. Hoy migración y refugio son sinónimo de desapariciones, naufragios, expulsiones colectivas, criminalización de niños y niñas que cruzan las fronteras, encierros sin dignidad y muerte, mucha muerte. Fronteras en las que no se respeta la inmemorial ley del mar de rescatar a los náufragos y llevarlos a puerto seguro ni las leyes del desierto que impiden abandonar personas a su suerte sin agua ni alimento. También la expansión de los espacios “sin derechos” o con derechos debilitados como CATES, CETIS, CIES, prisiones, centros; un gran encierro que se ha extendido por toda Europa como una imparable metástasis. Frente a esta realidad pretendemos que los derechos humanos se sitúen en el centro del debate migratorio. Son derechos enraizados en la dignidad y son de todas las personas porque los derechos humanos o son de todos o no son derechos. Si son solo de unos pocos son privilegios. Nuestra propuesta es de vida: Reforestar el paisaje desolado con derechos vigorosos, dar vida a las garantías y situar los derechos humanos en el centro del debate migratorio.

 

Un mar de luto

8) Lo urgente es tratar los territorios de frontera como espacios en los que tienen plena vigencia los derechos humanos. Europa no puede quedar encajada en su actual deriva autoritaria, no solo por la contradicción con sus principios fundacionales y compromisos internacionales sino también por el riesgo de quedar reducida a la irrelevancia. El vigor de Europa ha ido vinculado a la fortaleza de los derechos y las decisiones recientes apuntan en sentido contrario. Muy brevemente, Alemania, un país de inmigración, ha dado un giro brusco a sus políticas migratorias y endurece sus controles fronterizos. Francia impulsa limitar la regularización de los migrantes. En Italia barcos de la armada trasladan a quienes buscan refugio a cárceles sin garantías de Albania y persiguen a las embarcaciones que rescatan náufragos. En Reino Unido sigue apareciendo la propuesta reiterada de trasladar en aviones a miles de migrantes a Ruanda, independientemente de su lugar de origen. En Europa deberían preocupar la repetición de símbolos que anuncian tragedia. Esos barcos y aviones que trasladan personas “sobrantes” son imborrables en la memoria de los deportados y sus pueblos, como en su día lo fueron los trenes llenos de personas hacia los campos de noche y niebla, no hace tanto tiempo. Como ya lo es hoy el cementerio marino que hemos cimentado en la frontera sur, con 30.000 muertos desde que se tienen registros (2014) según la Organización Internacional de Migraciones. Un mar de luto.

9) Seguimos creyendo en el buen derecho, en coherencia con las declaraciones y pactos internacionales más recientes sobre inmigración y asilo. La Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes (septiembre de 2016) el Pacto Mundial sobre Refugiados y el Pacto Mundial para una Migración Segura Ordenada y Regular (ambos de diciembre de 2018) insisten en que los derechos humanos son de todas las personas, el derecho a proteger la vida en el contexto migratorio, respetar los derechos humanos en las fronteras, eliminar la discriminación y luchar contra la incitación al odio y la xenofobia y proteger a la infancia. El buen derecho también que hacen los jueces italianos o británicos que han denegado las deportaciones a Albania o Ruanda, como ejemplo de cordura democrática o un tribunal en España que ha concedido la nacionalidad a una niña apátrida que nació en un tercer país cuando su madre estaba en ruta migratoria, como mecanismo de protección a la infancia.

10) Nos preocupa el Pacto Europeo de Migración y Asilo, cuya filosofía enlaza con la visión reduccionista de la conocida como Directiva de Retorno (2008/115/CE), que convierte una oportunidad de solidaridad en otro muro jurídico que reduce derechos de migrantes y refugiados, externaliza las fronteras para filtrar a los “no deseables”, reduce las garantías, permite los traslados a centros de detención, incluso para los menores y aumenta el riesgo de ser expulsados a países no seguros. La esperada solidaridad obligatoria entre países para acoger solicitantes de asilo y el número de reubicaciones entre Estados se difumina con la posibilidad de pagar por no reubicar.

11) En nuestro país nos van a perseguir casos emblemáticos como “El Tarajal” o “Las muertes en las vallas de Melilla” como exponentes trágicos de las violencias en las fronteras, de la visión reduccionista de tratar los desplazamientos masivos de personas como amenaza. Las imágenes de la frontera en Melilla con los cadáveres de africanos amontonados son difíciles de disociar de las que reportan periodistas de países en guerra. En resumidas cuentas, muertes evitables. También son muy preocupantes los bulos institucionales que vinculan delincuencia con extranjeros pobres, especialmente agresivos con los niños y niñas que han cruzado nuestras fronteras, con el agravante de que estos provienen de quienes tienen la obligación legal de protegerles. La sociedad tiene derecho a saber que está pasando en nuestras fronteras, exteriores e interiores.

12) Cumplimos con el deber de memoria. Reivindicamos un mar donde no habite el olvido: verdad, justicia y reparación para quienes no pueden continuar en el fondo de la fosa marina del olvido. Que nadie pueda decir que no sabía. Y lo documentamos en un lugar (Motril, Salobreña, Almuñécar) en el que sus gentes saben lo que es rescatar la memoria democrática, donde recientemente se ha recuperado la memoria de “la desbandá”, uno de los episodios más crueles de la guerra de España.

Final) Creemos en los abrazos, en los cuidados y en la hospitalidad, en sentido personal, jurídico y político. Las Jornadas de Motril son siempre presenciales, nos reunimos una vez al año para reflexionar juntos, para pensar en un espacio donde la reivindicación es compatible con la celebración y la mezcla de testimonios de quienes han hecho las rutas migratorias con expertos, con el arte, con la cultura han sido posibles. Estamos seguros de que la hospitalidad ha sido la clave de que hayamos mantenido las Jornadas Derechos Humanos y Migraciones de Motril tantos años y contra pronóstico. Al fin y al cabo, como dice el poeta Claudio Rodríguez, la hospitalidad es el origen de la fiesta y el canto.

Luis Carlos Nieto García

Un resumen del siguiente relato, que explica la historia y convicciones de las Jornadas Derechos Humanos y Migraciones de Motril, fue leído en el acto de entrega del premio de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, en su categoría nacional, a estas Jornadas de más de veinte años de edad, el pasado 9 de diciembre de 2024 en el Instituto Cervantes de Madrid. Las jornadas se celebran anualmente en Motril (Granada, España).

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