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Mientras tantoEl triple serbio

El triple serbio


«Los serbios no tenemos miedo», decía uno de esos mocetones de dos metros y pico antes de la batalla de esta tarde en Estambul. Sobre el parqué una selección de veteranos contra una de jóvenes tan serbios como en los viejos tiempos: fajadores en defensa, expertos en gestionar el tiempo y, sobre todo, íntimos amigos de la línea de triples, esa frontera que parece ser el perímetro idóneo que separa a Serbia del resto del mundo. Un chavalito con rostro angelical y la frialdad de un francotirador de Belgrado, un tal Teodosic, ajustició a España a falta de tres segundos. La dejó tan paralizada que ni siquiera recuperó el resuello para intentar ver el aro contrario. Sinceramente creo que nos lo merecíamos. Tanto durante este partido como en todo el torneo, salvo el día de Grecia,hemos ofrecido una imagen desquiciante, ciclotímica, alejada de unos campeones del Mundo en un deporte que es todo agresividad y adrenalina. Supongo que hoy todos miramos a los graderíos para ver dónde estaba Gasol. Y me sumo al coro de las lamentaciones: sinceramente con él todo hubeira sido distinto, la España de Marc y Garbajosa, de Felipe y Fran Vázquez no intimida debajo de los aros, aún ofreciendo una abundante dosis de talento en el exterior: Navarro, Rudy y Ricky.

 

Lo de ayer en el Monumental de Buenos Aires tuvo también algo de triple serbio. España no puede despilfarrar su crédito mundialista en las condiciones que lo hizo ayer con un rival de la categoría y el pedigrí de Argentina. El resbalón fue de los grandes y reabre de nuevo un fantasma que parecía aplacado tras Sudáfrica. Brasil y, sobre todo esta Argentina de ayer, se ven como antagonistas con ganas de revancha y no amistosa precisamente. Otra cosa es decir que era un amistoso contra una selección necesitada de autoestima, empezando por Messi y acabando por el utillero. Otra cosa es que España venía de jugar contra Lichtenstein y llegaba en un viaje turístico que comprendía una visita a la Casa Rosada. La liturgia de este deporte no perdona. Ayer los argentinos nos metieron cuatro, algo que no sucedía hacía mucho tiempo. 

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