EL MAL, DE VIAJE
Sitges y quinto día.
Ayer fue el mal en ‘The Guest’ y, luego, avanzada la tarde, en ‘A Girl Walks Home Alone At Night’ (menos mal: la vampira consciente muerde sólo a quien se lo merece) y en ‘Cold in July’, que es el mal en casa: te pica y eso tira de ti para buscarlo allí donde reside.
El mal fascina. Incluso para mal del propio mal, que tal vez sólo pueda resolverse cuando la gente del común se tome la molestia de enfrentarlo. Hasta donde enfrentar el mal lo lleve a uno. Que suele ser, con la excepción del cine, hasta que a uno lo pillen enredando allí donde no hay que enredar.
EL CRIMEN NUNCA PAGA. A QUIEN NO LO COMETE.
Es un axioma que debería darse en los colegios: “si quieres prosperar, algo tendrás que hacer”. En otros sitios el riesgo es que te pillen. En este sitio te pillan y da igual. Incluso se prefiere. Al que pillan por criminal se le usa para disimular a todos los que hacen cosas hasta peores, pero porque no saben. No culpa de ellos, sino culpa de quien los pone ahí. Que es todo el mundo, en el nivel inmediatamente superior y por encima de éste. El niño ineducado son sus padres. Y el que no sabe y manda, para eso lo han nombrado. Aunque no salga bien, que ocurre mucho. Estar siempre en la inopia, “¿qué me dicen”?,” ¿cómo ha pasado esto?”, eso es la “marca España”. ¿El genio patrio? ¡Pero no, por favor! Debajo de la capa gruesa, trabada, impermeable, que es la costra en la que medran quienes no quieren que nadie los deje en evidencia (el resto de la especie); debajo de ese magma está la gente. Que da miedo. A la gente va a haber que exterminarla. Sin embargo, como viven de ella, se condenan a un eterno dilema que resuelven aplicando sin piedad la incompetencia. En cada instancia de decisión, el tonto, el que más manda.
DE SITGES, A MADRID
Madrid tiene de todo y, lo que no, lo importa. Bajo supervisión de los poderes públicos. Se declara un incendio y envían gasolina en un camión cisterna. Nos dejan cruzados en el paso a nivel y llega el tren. “Para verlo mejor”, dicen, a tren pasado. Y argumentan que el tren nos iba a pillar de todas formas.
ON THE TRACKS
España, por ejemplo, ha decidido ahorrar en Ébola. ¿Quién necesita un hospital puntero en enfermedades infecciosas, con lo caro que sale? Y en el paso a nivel, nos coge en Ébola. Siempre en primera fila, que no ha podido ser por otra cosa: para que veamos lo que es. Probablemente a cualquiera se le ocurre que después de cegar los canales no hay que soltar el agua. A ellos no. ¡Con lo espectacular que queda soltar agua! Titulares, televisión, los votos. Pero, en medio de ello, el agua se desborda. ¡Hay que joderse, el agua!
ET VOILÀ
Pocas bromas, el Ébola. Miedo, pánico, el Ébola. Aun así, es para reírse. Como decía un insigne escritor cuyo nombre no hay por qué mencionar: “¿Es que acaso estamos siempre enfermos?” En alusión a los países en los que Educación, Vivienda, Empleo, Sanidad, se consideraban prioritarios frente a otras libertades, entendiendo que quienes no tienen asegurados Sanidad, Empleo, Educación, Vivienda, no son libres. “¿Es que estamos todo el tiempo aprendiendo? ¿viviendo en nuestras casas? ¿trabajando?” Enfermos, no. Más que cuando lo estamos. Cuando lo estamos, si los recursos previstos para ello andan en el Caribe: con retraso, pero nos cabreamos.
VACACIONES
Miedo, pánico el Ébola. Ahorrar. Para quedárselo. Pero, además, siempre, la incompetencia. Igual como coartada: si pasa algo, que no se achaque a lo que hemos robado. Los trenes descarrilan al azar, o por culpa de los conductores: ¡qué va a ser intereses, económicos, políticos!
EL ÉBOLA
¿A qué las precauciones? Tras un contacto prolongado, protocolos o no, con medios de alto riesgo: “cójase vacaciones, vaya usted donde quiera”. ¿Sin un ratito de seguimiento sólo? ¡Pues sí señor!, ¿qué quiere?, ¿qué le vamos a hacer? Si pasa lo que pase, un accidente. Responsabilidad de la enfermera. Por no prever, cogerse vacaciones la enfermera. Que no puede impedirse, derechos laborales, que coja la enfermera vacaciones.
Mientras tanto, usted y yo (se dicen entre ellos: un concurso); mientras tanto usted y yo nos lo llevamos.
De ‘L’altra frontera’, o no, mañana, Sitges y quinto día, hablamos.