Juan Rulfo, el autor de «Pedro Páramo», fue compañero de excursiones del fotógrafo Roberto Fernández Balbuena, y es una de las 18 imágenes que se muestran por primera vez al público. Y junto a Rulfo, cortezas de árboles, ramas, volcanes, manzanas, vasijas, huevos, cortinas, libros, una caja de costura, una lupa… Admirador de la naturaleza y los objetos, Fernández Blabuena, nacido en Madrid en 1890, arquitecto que dedicó buena parte de su vida a pintar y a tomar fotos, subidrector del Museo del Prado, llegó al exilio mexicano con 49 años. Al poco tiempo de llegar a México se casó con Elvira Gascón, una muchacha de Soria, 21 años más joven que él, a la que había conocido en la Junta Delegada de Incautación y Salvamento del Tesoro Artístico. A finales de los años cuarenta logró hacerse con una cámara Hasselblad y con ella tomó cientos de fotografías que han permanecido inéditas. Estas «Emulsiones históricas» representan, como se señala en el folleto publicado con motivo de la exposición, «la visión a través del objetivo de un arquitecto y pintor que, a los cincuenta años, descubre la magia de la fotografía».