2017. Marzo. Llueve. Una característica del tiempo es que se dobla con frecuencia sobre sí mismo, como una hoja de papel. Y lo que estaba en la parte inferior de la hoja se junta con lo que hay en la parte superior, que es la forma de viajar por el espacio con un salto instantáneo: esos vuelos que llegan a destino en el mismo momento de salir. Esto cubriendo espacios, o tiempos, muy alejados entre sí. Si no, no tiene mérito o no tiene más mérito que la imaginación: el abuelo que introduce a sus nietos en una nave de hojalata para un viaje intergaláctico y el viaje se produce sin que la nave se mueva un milímetro, los largos recorridos ferroviarios en el lecho de Eloísa está debajo de un almendro.
El tren del tiempo. Oviedo. Hoy hizo un año. Llovía como hoy y fueron estos mismos cachopos, estos mismos bocartes, este mismo pixín, esta sidra, estas piedras, adoquines brillantes, asfalto al que las aguas han prestado el betún del limpiabotas: el tiempo nos lleva a nuestro destino, que es estar, cada vez, allí donde llegamos: ¿para qué desplazarnos? ¡Venga el tiempo! ¡Cuando sea, allí estamos!
THE KINKS Rainy Day in June
Una sombra preñada de niebla
Abrió su manto sobre el suelo
Y aunque todavía lucía el sol
La lluvia empezó a caer como una tromba
Entonces las luces se apagaron
Desvaneciéndose en las tinieblas
No hubo esperanza
Ni razón
Aquel lluvioso día de junio
El águila extendió sus alas poderosas
Y se precipitó sobre su presa
Y el cielo, de un brillante azul
Se tornó de improviso sucio y gris
Cosas queridas
Que se fueron
Descansan en sus tumbas
No hay esperanza
Ni razón
En este lluvioso día de junio
Llueve sobre todos nosotros
El diablo alargó su arrugada zarpa
Hacia una mariposa
Elfos y gnomos se encogieron de miedo
Demasiado aterrorizados hasta para gritar
El día del juicio final les hacía señas
Llamándolos a su destino
No habrá esperanza
Ni razón
En este lluvioso día de junio
Y llueve sobre todos nosotros
Llueve sobre todos nosotros
DUENDES
Tiene el tiempo un duende oscuro que escapa a su destino asignándolo a otros. La caja que hay que vender siempre a la mitad de su precio hasta que el precio es uno, al que ya nadie compra y aparece tirado, desperdicio del tiempo y hay dos nombres propios más cortos que O, María de la O, que son Casio y Nicasio. Entiendo que el día en el que este chiste me hizo gracia se fraguó mi destino. Eso: aceptarlo porque no queda otra. Y llama el tiempo.
BOWIE. The Next Day. Reportaje en francés. La música, en 1:09″. De otra manera, no nos deja Youtube.
El tiempo pasa. Y moja. Confundir tiempo y tiempo es privilegio de quienes, sin embargo, distinguimos “ser” de “estar”. En ello estamos.
Oviedo. Tercera edición de SACO. Marzo de 2017.
Conmoción en Vetusta.
PROFANACIÓN
Encaramado al palco, la luz verde, Rodrigo Cuevas, duende, recibe con canciones al público que empieza a llenar el patio de butacas. Hora y media más tarde, a teatro completo, puesto en pie, el público despide a un artista con ligas, incorrecto, popular, comprometido, brillante, que en esta primera jornada de SACO oficia, con un documental sobre su trayectoria y un hilarante ramillete de canciones, el regreso de la gente común al Campoamor.
IMÁGENES DEL HECHO
Según escribo esto, el cielo tiembla. En el cercano hotel EL MAGISTRAL los huéspedes no dormirán esta noche. Huele el aire a revolución. El César Carlos se remueve en su tumba. De alegría. “¡Que sufran, que para eso son Borbones!” ¡Los tercios! ¡Al asalto del Templo! ¡Con montera picona, medias de red, chaleco, el pecho descubierto! ¡Pueblo sentado en las localidades del Princesa de Asturias! En la calle después. ¡Los tercios por los bares!
Cuatrocientos noventa años os contemplan.
Es el SACO de Oviedo.