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En el centenario de Adela Escartín

 

           

LAS CUATRO ESTACIONES DE ADELA

 

«En primer lugar, quiero agradeceros, en el nombre de Adela y en el nuestro, la meritoria asistencia a esta fiesta de cien cumpleaños que hoy celebramos con ella en esta villa de los muertos. ¿Cómo olvidar a nuestra Maestra? Con la ilusión que le hacía a ella cumplir los 100 años, no la íbamos a dejar aquí sola en un día tan señalado, a pesar de una climatología adversa.


‘El otoño es una estación melancólica y violenta’, decía uno de sus personajes, Juana Feria, la última protagonista absoluta que interpretó Adela sobre las tablas de un teatro, en 1974, tras su regreso a España. Pues en otoño vino a nacer ella, a finales de octubre, para ser una buena Escorpio, algo que determinaría su personalidad y su destino.


Adela siempre adoró ser original, ir a contracorriente de lo convencional y previsible. Cuando tenía dudas en alguna elección, preguntaba cuál era el modelo más solicitado por el público, para a continuación comprar el contrario. No hay más que fijarse en el marco de granito que separa su nicho del resto de esta fachada de mármol negro. Quizás por eso fue a morir un 8 de agosto, que es un día en que a otros nos da por nacer, y a muchos pueblos por celebrar sus fiestas. Caía un sol de justicia a las 12 de la mañana del 9 de agosto de hace tres años. Volvimos a recordar lo que significa la palabra verano, asistiendo a su entierro.


Comenzaba el invierno, cuando celebramos su funeral religioso en la Iglesia de San Sebastián, en la calle de Atocha, el barrio de cómicos más antiguo de la villa. Coincidió que en esa misma misa, cantaba el Coro de la Unión de Actores, y así tuvo Adela el más alegre de los funerales, con un chisporroteante surtido de villancicos que anunciaban la cercana Nochebuena.


Ya sólo nos queda celebrar con ella una gran fiesta de primavera, para recibir la caricia de las estaciones al completo, junto a ella. Esperemos que pueda ser en la primavera de su centenario, con motivo de la esperada publicación del libro de su arte y de su vida, que estamos preparando en la RESAD de Madrid, con todo nuestra dedicación y cariño.


Y en memoria de Adela, ¿qué mejor que pronunciar, a los pies de su nicho, sus propias palabras e impresiones acerca de su vida?, como adelanto de este libro que nació con la condición de ser publicado tras su fallecimiento. Sirva como testimonio de su memoria, que no partió con ella, sino que incubó entre nosotros, sus antiguos alumnos y amigos, como la mejor de sus herencias.


¡Larga vida a la memoria de Adela, que hoy cumple sus primeros cien años!»

 

De izq. a dcha.: M. J. Vinielles, I. Irazábal, C. Arranz, P.G. de las Heras,

M. Andina, A. Armada, Lola Gil, Luciano S., N. Mateo, D. Sarasola,

J. L. Subías, e Isabel Cámara.


El texto que antecede fue pronunciado por Juan Antonio Vizcaíno, antiguo alumno y biógrafo de Adela Escartín, como bienvenida y apertura al Acto del Centenario de la insigne actriz española, directora de escena y maestra de interpretación, nacida en Canarias el 26-10-1913, y fallecida en Madrid el 8 de Agosto de 2010.


Tras la lectura de los fragmentos de sus memorias (que fueron llevadas a cabo por Mª Jesús Vinielles, Java González, Luciano Sánchez, José Luis Subías, Pedro de las Heras, Ione Irazábal, Isabel Cámara, Lola Gil, Alfonso Armada, Nieves Mateo, y Marina Andina) pudo escucharse finalmente la voz de Adela Escartín, grabada en plena representación de la obra Te juro Juana que tengo ganas, del autor mejicano Emilio Carballido, que se estrenó en el Pequeño Teatro de Magallanes, de Madrid en 1974.


En el fragmento seleccionado, el personaje de Juana realiza (con todo el virtuosismo vocal de La Escartín) esta declaración de principios:


 

¡A mí me encantan las joyas!

Me encantaría llevar ocho brillantes en cada dedo.

y que mi cuello chorreara perlas como el de una sirena.

Y tejer bandas para el pelo de piedras preciosas,

que centellearan al sol; y verme por las calles,  

con la cabeza chisporroteando luces verdes, rojas y azules.

Y colgarme cuatro pendientes de cada oreja,

y llevar en los tobillos y en los brazos:

ajorcas, pulseras, monedas y colgadizos.

Y que a mi paso se escuchara un estruendo de fantasmas

que arrastran cadenas de oro.


 

Con un largo aplauso de los asistentes (entre los que se encontraban, además, Daniel Sarasola, Corina Arranz, José Manuel Ocaña y Ángeles V.)   se despidió el acto del Centenario de Adela Escartín, a los pies de su tumba en el Cementerio de San Lorenzo y San José de Madrid. Tras una semana continuada de lluvias, finalmente brilló el sol sobre el forillo de lápidas, en esta entrañable fiesta de cumpleaños.

 

 De pie, de izq. a dcha.: D. Sarasola, J. A. Vizcaíno, Lola Gil, P. G. de las Heras, Ángeles V.  M. Andina, L. Sánchez,  M. J. Vinielles, I. Cámara, I. Irazábal. Agachados: A. Armada, J. L. Subías, J. Gonzalez y N. Mateo.

 

Foto en B/N de Adela Escartín: Juan Manuel Balaguer

Fotos del Centenario (por orden de reproducción): Juan Antonio Vizcaíno, José Manuel Ocaña y Corina Arranz.

 

 

+ SOBRE ADELA ESCARTÍN

Los lectores que deseen obtener más información sobre Adela Escartín, pueden encontrarla en  esta misma revista en los siguiente enlaces:

 

Portada

https://www.fronterad.com?q=adela-escartin-o-el-arte-de-la-transfiguracion

https://www.fronterad.com/?s=node/4124 (Autorretrato salvaje de una dama)

https://www.fronterad.com/?s=node/2558 (Funeral con villancicos por Adela Escartín)

https://www.fronterad.com/?s=node/6345

https://www.fronterad.com/?s=recordando-a-adela-en-madrid-y-la-habana (Anne Serrano)

http://www.abc.es/20100811/cultura-teatros/adela-escartin-201008111140.html (Alfonso Armada)

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