Van pasando los años como caídas de pétalos en flor y mi corazón te sigue amando. No te has ido, estás de viaje al otro lado de ese universo misterioso que todos debemos explorar tarde o temprano. Tus ojos, tu mirada tierna, tus besos, tu amor…sigue floreciendo en mi piel aún sabiendo que solo puedo verte y sentirte en los sueños.
En la soledad personal de mi existencia y rodeado como ahora estoy de la belleza explosiva de la naturaleza, que ha detonado en mantos de mil colores, añoro tu presencia, el calor de tus manos, la voz que guiaba mi camino, el calor de tu cuerpo y las caricias de tus besos.
En cada momento de felicidad que aflora en mi camino sin ti, aún más te deseo que estés presente compartiendo conmigo la ilusión de vivir. Cada flor, cada silencio de la noche, tu presencia se me hace necesaria, aunque sólo sea en el recuerdo de nuestras ilusiones y esperanzas.
Cada mañana al despertar y cada noche al acabar el día, cuando la luna me saluda y las estrellas palpitan en mi corazón, siempre estás ahí, en mi recuerdo, en un beso de amor, un abrazo en el silencio, unas lágrimas que hacen sentirme más unido en tu largo viaje.
Hoy, día de nuestro aniversario 4 de mayo, el vacío que tengo en mi corazón por no estar a mi lado, me hace ser cada día más fuerte, amándote aún más…
Busco en los sueños la ilusión de sentirte aunque solo sea en las nubes del pensamiento, en la niebla que separa nuestra existencia.
Tal vez nadie comprenda que habiendo pasado los años, te tenga siempre presente. Nuestra casa está rodeada con tus imágenes en cada rincón de nuestro nido que con tanto esfuerzo levantamos los dos. Aún recuerdo con cariño mientras vimos una de las últimas películas en el calor del hogar titulada Coco de dibujos animados de Disney. Quién la haya visto, comprenderá la importancia del recuerdo vivo y de las fotos de nuestros seres queridos que se fueron. Por ello, amor, sigues viva y siendo la reina de mi corazón.
El amor verdadero tiene esas profundas raíces que te envuelven y que alimentan las pasiones y los recuerdos de un sendero que optamos por caminar juntos hacía nuestras ilusiones.
Me estás dando fuerzas para seguir adelante por ese camino que tú has dejado al tomar un atajo hacia el cosmos del universo. Alimentas mi alma y sigo siendo con tu ayuda, el faro de nuestras hijas que han sido el fruto de nuestro amor incondicional y duradero.
Ahora llegan dos nietas, Leonor como tú y María. Cuánto hubieras disfrutado con ello. No me lo puedo ni imaginar. Pero seguro que desde donde estés, podrás igualmente verlas crecer y tendrán siempre presente, a su hermosa abuela que tuvo que marchar a cumplir una misión.
En medio de un prado verde, rodeado de margaritas y otras flores silvestres amarillas y moradas, escribo con el bello canto de los pájaros, estas palabras que alimentan mi sentir. Veo volar mariposas de bellos colores cerca de mí. Alguna tímidamente se acerca para ver que hago y cuando comprueban que te estoy escribiendo, aletean sus alas contentas y me dejan que te siga amando.
Tu amor siempre.