Miss Caffeina, Viva Suecia, Elefantes, Andrés Suárez, Miguel Ríos, Kiko Veneno, Mala Rodríguez, Josemi Carmona, Los Secretos, Alba Molina y Emilio Aragón, entre otros artistas, actuarán el próximo 18 de diciembre en el concierto solidario Lucha de Gigantes, en el WiZink Center, organizado por Acción contra el Hambre para recaudar fondos y luchar contra el «monstruo enorme» del hambre. Convencidos de que «somos la generación que puede acabar con el hambre» se subirán de nuevo al escenario en la segunda edición de este concierto solidario que este año destaca la importancia del agua. «Hay tantos gigantes luchando cada día contra este monstruo enorme… Somos la generación que de verdad puede acabar con el hambre, las cifras nos animan a pensar así y pensamos en el efecto transformador de la música, pero también Gigantes son las mujeres que caminan kilómetros para buscar agua para sus familias, gigantes son los agricultores que tienen que crear nuevas estrategias para regar sus cultivos. Hay muchas batallas que se van ganando, pero la lucha continúa», subrayó el vicepresidente de Acción contra el Hambre, Emilio Aragón en la presentación. Asimismo, «en el último año hemos ganado muchas batallas: hemos conseguido reducir la desnutrición crónica y sólo desde Acción contra el Hambre conseguimos ayudar a más de 20 millones de personas en cerca de 50 países. Pero se abren nuevos frentes: las guerras y, cómo no, las crisis climáticas: en 2030, 700 millones de personas habrán tenido que abandonar sus hogares por culpa de la sequía», completaba Carmen Gayo, directora de Comunicación y Fundraising de Acción contra el Hambre.
Este concierto se enmarca en el proyecto Lucha de Gigantes, impulsado por Emilio Aragón e inspirado por la música de Antonio Vega, -amigo de juventud de Emilio Aragón-, porque «representa el espíritu y pone voz a cada una de las luchas individuales de todas las personas que sufren. Hace un año la mítica canción de Antonio Vega nos inspiró para rendir tributo a los 821 millones de mujeres, hombres y niños que pelean cada día. Reitero, hoy la lucha continúa. No pararemos hasta conseguir erradicar la desnutrición, somos la generación que puede conseguirlo», explicó Emilio.
La lista de músicos que ha acudido a la llamada de Acción contra el Hambre es ciertamente amplia e impresionante y entre ellos se encuentran Los Secretos que siguen con el mismo espíritu, la misma pasión, fuera de modas y tendencias, conservando un estilo y un sonido únicos y defendiendo un repertorio que se ha ganado un lugar privilegiado en la música española. Acaban de publicar nuevo trabajo: Mi paraíso. Un disco con miles de guiños a anteriores etapas. Y así se lo comentó Álvaro Urquijo al productor, Nigel Walker, cuando arrancaron con este proyecto: «Quiero la frescura de los discos del principio de Los Secretos, pero con la sobriedad y experiencia que ya tenemos». Y así ha sido, un disco 100% Secretos. Con Álvaro Urquijo he mantenido una distendida conversación, bastante descriptiva sobre la época que vivimos y, a la vez, muy optimista.
Lucha de gigantes es un título que, desde luego, lo significa todo, lo dice todo. Precisamente, hoy que a diario se nos plantean tantas trabas para mostrar noticias positivas, que parece que el pico de información en los medios lo ocupa siempre lo negativo y es casi una tarea para gigantes lograr dar paso a iniciativas y a las buenas ideas que emprenden muchos…
Me parece un título acertadísimo, en efecto. Sobre todo porque añade, es decir, también emana de ahí todo lo que es la música de Antonio Vega y lo que significó, con lo cual no puede haber mejor combinación, no puede haber mejor título que describa perfectamente lo que supone esta acción solidaria… Además, es una canción maravillosa, no veo más que cosas buenas… Desgraciadamente, esta sociedad parece tener más interés en destacar lo negativo que lo positivo. Tienes razón, parece que cuesta mucho más encontrar en los medios atención para las noticias positivas y las causas buenas. Y las hay. Muchísimas. Te lo aseguro. Existe menos analfabetismo, menos mortandad infantil… hay noticias científicas maravillosas, historias para estar más esperanzados en el futuro e inexplicablemente no tienen un hueco en las principales cabeceras informativas. En cuarenta años hemos cambiado a mejor en casi todo, lo que pasa es que al «no ser noticia» no lo cuentan. Parece que impera lo morboso con lo cual la conducta del oyente, del lector, que pueda ser más influenciable o más débil de carácter puede alcanzar cotas más tremendistas o tomar decisiones con su vida ya sea a nivel político o a nivel personal erróneas. Asimismo, esa notoriedad a las noticias no-positivas está llevando a que la sociedad se empiece a contagiar de esa negatividad y ese pesimismo, desafortunadamente. Nosotros creemos en el efecto transformador que tiene la música. Y la noche del próximo 18 de diciembre, como ocurrió el año pasado, acercaremos miles de historias dignas de atender así que deseamos que acudan miles de personas con un compromiso de ayuda, de solidaridad.
¿Es el momento de volver a la emoción?
Creo que yo nunca he dejado de ser la persona que era antes, es el entorno el que ha cambiado. Creo que ha habido un enfriamiento, una vuelta al rencor y al odio y que se refleja en las redes sociales, por ejemplo, a esa capacidad de contestar y de replicar inmediatamente a cualquier comentario, los famosos haters. Nos hemos olvidado de que una gran crisis como la que hemos vivido deja muchos efectos secundarios en la sociedad. Sin darnos cuenta estamos echando la culpa de la crisis a muchas cosas, siempre la culpa es de los demás. Hacemos cero autocrítica y todo esta actitud enconada, agriada, los lastres que va dejando es una sociedad divida, partida, desesperanzada, descorazonada y con un sentimiento de odio muy fácil. Habría que, de alguna manera, pinchar esta burbuja del mal rollito y entrar en una fase de compañerismo, de solidaridad, de respeto que nos ha caracterizado siempre y que nos define como seres humanos. Mira, estamos volviendo a nuestros rasgos más neandertales. Todo lo que ahora mismo nos está pasando es lo que nos hizo sobrevivir hace 70.000 años… si la gente sentía ira era para defenderse, si sentía lujuria porque había que perpetuar la especie… Y hoy, paradójicamente, somos más neandertales de lo que parece por el «y tú más» o el «pues anda que tú…», la envidia, la codicia… cuando deberíamos estar explotando positivamente todo lo que hemos avanzado.
Y con cero autocrítica…
¿Autocrítica? Ninguna. Esta clase política que nos representa hace auténticas barbaridades. De dimitir ya ni hablamos. Ni siquiera piden perdón. Estos políticos que pueden decirte una cosa un día y la contraria sin sonrojarse al día siguiente y no pasa nada. Gente que está engañando con sus currículums o con sus tesis doctorales y nunca pasa nada. Parece que estamos en una guerra de gestos, de actitudes, de pura imagen que no beneficia a nadie. A mí, por lo menos, no me sirve. Cuando me acerco y observo lo que mi hija está estudiando en Historia compruebo que estamos casi con los mismos problemas. Que no evolucionamos tanto… La única explicación que le veo es que nos falta evolucionar como especie. La tecnología nos está ayudando a progresar, dándonos a conocer cosas increíbles, pero no sabemos como «animales» manejar. La prueba está que tiramos de estos avances para «espiar» a otros u otras cosas negativas, no sabemos utilizarlas dándoles el tratamiento positivo…
Y, es fantástico comprobar que la música y este Lucha de gigantes será todo un crossover de generaciones desde Miguel Ríos a Miss Caffeina. Es fascinante ver cómo ese totum revolutum de generaciones sí consigue unir tanto y demuestra que todos formamos parte de un gran proyecto…
Yo, en concreto, soy afortunado por dedicarme a lo que me dedico y haber hecho con Los Secretos todo lo que hemos logrado hacer. Si lo piensas, justamente la música es libre y democrática. A nadie se le ocurre hacer música dirigida a una raza o a una etnia determinada o sólo para ricos o sólo para pobres… La música es una forma muy bonita de demostrar al mundo cómo se puede llegar al entendimiento. No discrimina jamás; la música une. La cultura y el conocimiento, que yo englobo en un todo, es la única parte de la humanidad que nos diferencia de una piedra o de un animal. Y, desafortunadamente, es de lo que más nos estamos olvidando. El conocimiento y saber diferenciar lo que es correcto de lo que no lo es nos ha hecho personas y nos ha ido llevando a «evolucionar», a dejar de ser animales…
Porque aparte de la causa recaudatoria en un concierto solidario, la música consigue lo que tal vez otras disciplinas no consigue: la música es terapéutica, salva, cura…
Tú imagínate que no hubiera cultura en el mundo, que no existiera el cine, la literatura… La falta de cultura es lo que nos va acercando de nuevo a ese tipo neandertal que te comentaba antes. ¿Tú crees que la gente que odia desde las redes sociales, desde Internet, que se dedica a insultar, tiene la suficiente cultura para valorar si lo que está diciendo o sobre lo que está opinando es lo correcto? Mira, es triste. Hijos de amigos, por ejemplo, que no tienen un trabajo pero es que, además, han decidido dejar de estudiar ¡cómo podrán tener un criterio formado, unos valores, a la hora de opinar sobre política, economía o cualquier tema que afecta al ciudadano…! Para empezar, estar todo el día sin estudiar y sin ganas de formarte y sólo estar amarrado a una pantalla de móvil o de ordenador en las redes sociales que, en definitiva, no es otra cosa que cotillear y ver la imagen falsa de los demás… eso es un problema de cultura. Y cuando hablo de cultura la gente piensa en música en tocar la flauta -entre comillas, que nadie lo saque de contexto-. Cultura me refiero a un país civilizado, con información y con formación. Procurar que la ciencia sea más cercana, que la gente esté más preparada… La sociedad sería más empática, más de ponerse en el lugar del otro, ver que la realidad no es tan maravillosa y que existen los problemas…
Lo hemos visto en estos debates celebrados con motivo de las Elecciones. No se ha hablado nunca de cultura, de ciencia…
En otros países forman a los profesores bien, les pagan bien, pero porque saben que son los garantes de la formación y la educación de sus hijos. Para colmo, aquí los padres piensan que en el colegio se lo tienen que dar todo hecho, que les deben educar también en modales, en saber estar, etcétera y no, eso es tarea de padres, de la propia casa. La formación, la cultura, para mí es lo que hace el ser humano más rico y favorece valorar las cosas realmente buenas y acertadas. Evitaríamos así entrar en esta espiral negativa. Aquí hablas de cultura y parece que estás diciendo que todo el mundo tiene que tener el disco de Los Secretos y yo estoy hablando de la formación, de unos buenos modales, de una educación, de un respeto… Por desgracia, entonces surgen estos grupos antisistemas que sólo pretender destrozar, destruir algo en lo que ni siquiera han participado para su creación. Y a la postre sabemos que a cualquier político que dirija un país es evidente que le merece la pena que el ciudadano esté menos formado y menos informado…
Asistir a estas iniciativas solidarias es parecido a asistir a una obra de teatro que te conmueve, te traspasa. Entras de una forma y sales de otra, tu mente ha cambiado por lo que allí dentro has sentido…
Me gustaría pensar que sí y con esa ilusión participamos en todos estos actos solidarios. Mira, a nosotros nos han llamado tristes toda la vida por nuestros textos, porque hablábamos de cosas cercanas a la sensibilidad y yo les decía «pues mira, depende de con quién me compares». Si tú escuchas un tango, una copla, una ranchera o un blues observas que es el mismo lenguaje, el lenguaje de las emociones. Parece, entonces, que los patrones más complejos los guardamos más para nuestro interior. El problema llega cuando la mayoría tiene patrones más simples… y todo nos va desviando a los productos de consumo, al consumismo puro y duro porque es lo que más exponen al espectador. Al parecer, es más importante para muchos participar de una guerra comercial que en la cultura en sí…
Hoy todo parece revestido de nostalgia. En televisión los programas que rememoran vidas de actores o personajes de otras épocas obtienen una audiencia máxima. Como un algo común al que volvemos siempre, ¿qué opina?
Yo tengo la misma sensación, pero tal vez puede ser una percepción simplemente por similitud de pareceres. Mira, por ejemplo nosotros, año 1980: el 21 de julio ya habíamos vivido la muerte de nuestro batería, encontramos a un amigo que nos convenció para que siguiéramos en la música y buscáramos a otro batería, firmamos un contrato discográfico y sacamos nuestro disco a la calle… todo esto en siete meses … Para mí eso era la vida normal. Trabajar, empeñarte en sacar adelante tu trabajo. Lo que ahora está ocurriendo es que de primeras pasan de las cosas culturales. Tú sacas un disco y no pasa nada con él. Ni se vende ni la gente lo compra. La gente sólo escucha la música en plataformas. En los 80-90 sí se hablaba de novedades, de próximos lanzamientos, en televisión en periódicos. Estos refritos de actuaciones de música que vemos de programas de antes, en televisión, era porque existían esos programas, existía esa atención a la música, pero dentro de veinte años ¿a quién van a poner? pondrán videos de YouTube imagino…
¿Que va a encontrar la gente cuando le toque el turno a Los Secretos? ¿Podemos adelantar algo?
Estamos encantados de colaborar, participar, apoyar esta iniciativa. Te adelanto que sólo son dos canciones por intérprete, también te digo. Y, por supuesto, cantaremos las que pensamos que más gustan al público. Seguramente tocaremos A tu lado, que es uno de nuestros clásicos más maravillosos. ¿Por qué? porque nunca ha sido objeto de promoción, de publicidad. Fíjate que es una canción del año ’95, pertenece a uno de los discos del que menos copias hemos vendido y a día de hoy es una de nuestras canciones más querida y más solicitada por nuestros seguidores. Lo que comentábamos antes, tiene algo que toca a los sentimientos de la gente que la escucha, están en el alma y en el corazón de las personas que nos han seguido, el lenguaje de los sentimientos. Y eso es lo que hace maravillosa a la música, esa capacidad de unir. Ocurre algo parecido con Ojos de gata…
Enhorabuena por vuestro nuevo trabajo Mi paraíso y estos 40 años en la música, por seguir con este público tan arrebatadamente fiel. ¿Cuál es el secreto?
No lo sé, si te digo la verdad. Lo único que te puedo decir es que tanto en la época de mi hermano Enrique y ahora, en esta segunda y tercera etapa, nuestra única divisa y nuestra única ley ha sido intentar ser honestos y trabajar con todo el pundonor necesario para hacer las cosas lo mejor posible. No se trata de hacer muchas cosas, ni cobrar mucho, sino que tú mismo pienses que eso que estás haciendo es la mejor versión que puedes dar. Y que tú mismo seas tan «egoísta» para decir ‘oye, es que tiene que gustarme a mí’. No vale que le guste al de la discográfica o al de la radio; no, no, tiene que gustarme a mí. Muchas veces nos han preguntado «¿por qué tardáis tanto en sacar un disco?», pues mira, precisamente porque no me parece ese consumo rápido actual el mejor tratamiento para un disco que va a quedar para la posteridad. Yo quiero que cuando lo escuche dentro de veinte años me guste y te siga gustando a ti y que le guste a cualquiera como yo, que yo no seré tan distinto. Una carrera como la nuestra es de agradecer por el respeto a nuestro esfuerzo, la valoración que se tiene de nosotros por parte de compañeros, de medios y de público, más aún en este mundo de consumo cortoplacista que no deja hueco para bandas de largo desarrollo. Lo que sí es cierto es que hay que intentar hacer las cosas lo mejor posible, intentar mejorar cada día en tu rendimiento, no conformarte con cómo tocas ahora… te aseguro que no hay techo posible. En la cultura, en la música, siempre puedes (y debes) seguir aprendiendo.
¿Le provoca cierto vértigo echar la mirada atrás?
Soy muy poco de mirar hacia atrás; es decir, por ejemplo, no me gusta ver fotos antiguas porque siempre me falta gente, me falta mi padre, mi madre, mi abuela, mi hermano… no soy de los que guste vivir en el pasado y, por otra parte, si te soy muy sincero, todo este tiempo se me ha pasado volando. Me parece que fue ayer cuando estábamos Enrique y yo todavía juntos. La ventaja que tienen la música y las artes es que no tienes que viajar en una máquina del tiempo para disfrutar de ello. Mira, yo tengo un iPod del tiempo de Maricastaña en el coche al que ya ni puedo cambiarle la música por otra porque no lo reconoce el ordenador. Con él escucho a The Beatles, Eagles, Bowie… ¿y qué más da cuándo se ha compuesto esa canción si yo la estoy escuchando en el año 2019? La música Clásica es actual y la de Antonio Vega o la de mi hermano es actual porque la estoy escuchando ahora mismo y me produce placer ahora mismo. ¿Nostálgico? Sí, soy el más nostálgico del mundo, pero además no reniego de las cosas del pasado; no vivo del pasado, pero tampoco reniego de él.
Precisamente la canción Si pudiera parar el tiempo en la que se habla de cómo van cambiando las cosas, se marchan los ídolos, los referentes…
Pero es que fíjate que más bien es una canción protesta en una segunda lectura. Es una canción muy sencilla «y quién ocupará este lugar desierto, quién será el nuevo ídolo o quién va a deleitarme con su música…». Estoy más o menos diciendo que lo que hay ahora no me parece que vaya a ocupar el sitio de un Mick Jagger o de un Bob Dylan o de un David Bowie. No encontramos un sustituto para un futuro musical, existirá un vacío y esto va al hilo de todo lo que hemos hablado antes: cultura, conocimiento, información y formación.
Y se agradece que sigan trabajando duro, que no compongan únicamente una canción o dos singles para salir del paso sin dar importancia al resto del disco. Contienen la esencia de Los Secretos y se notan trabajadas para que gusten todas…
Una canción sería como una especie de díptico, como un pequeño museo muy humilde en el que pienso que tienen que entrar todas nuestras capacidades o lo que somos capaces de regalar en tres minutos. Y de varias maneras distintas. Cada canción tiene su aquel pero básicamente significa ‘qué puede hacer este chico con su voz’, ‘qué puede hacer esta persona con el teclado’ o con las guitarras y siempre en su máxima expresión de calidad y de sencillez. Porque no lo más complejo es lo más bonito. Muchas veces hay que buscar el equilibrio entre el silencio y la música, cuando los silencios son los más difíciles de crear. Siempre hemos hecho la música que sentimos y no la que se considera que está de moda. Luego, la música que haces se puede poner de moda o no, pero tienes que conservar tu esencia, lo que te gusta. Yo tengo que procurar hacer mi trabajo de la mejor manera que pueda y esforzarme con estar en nuestro disco como creo que mejor puedo estar, con el mejor sonido posible, lo más honesto que pueda y eso es lo que hemos intentado siempre. Estas son las mejores canciones que podíamos hacer en este momento…
En este sentido, demuestran que tienen aún mucho que aportar. Se agradece, por ejemplo, que unan su música con una Sinfónica o que los niños formen parte de sus canciones como aquel coro del colegio Tajamar ahora que las Humanidades están perdiendo tanto peso en la Educación. La cultura clásica está desapareciendo, como una especie a extinguir. Al menos, con estas iniciativas los niños viven la música de cerca, conocen la importancia de los ensayos, lo que significa entonar…
Además, los niños son el público más espontáneo y más sano del mundo. Es decir, a un niño no le vas a poder intoxicar con rollos de marketing; si le gustas, le gustas. Mira, por ejemplo acaban de nombrar a Taylor Swift artista de la década ¡de la década! ¡cuando no hay ni guitarras en sus canciones! Las fábricas de Gibson, de Fender, están cerrando factorías… En un programa de televisión recuerdo que les hacían una prueba a unos niños para comprobar esa cercanía con la música: los metían en una sala con guitarras, amplificadores, instrumentos musicales varios y en otra sala sólo había un ordenador y varias games boys. Bueno, el 95% de los chicos se quedaba en la sala donde estaban el ordenador y los videojuegos, pocos querían explorar un instrumento musical… Y esto lo podemos ampliar a otras disciplinas artísticas. Sí, es un poco triste el panorama…
Y están en plena gira. Una gira de conciertos estupendos por España y América…
Pero es que nosotros vivimos en gira permanente al desaparecer la venta de discos o los programas de radio y televisión para promocionar nuestros trabajos de forma natural, como lo hacíamos los músicos en los 80 y 90. Ahora es al revés, tocamos en directo para que la gente nos escuche, se entere de que hemos publicado un nuevo trabajo y poder soltar al aire las canciones para que tengan vida propia. Antes, primero componías, luego grababas el disco, luego tocabas en directo y la gente te iba indicando qué canciones iban a perpetuarse, pero ahora olvídate…. Hace poco en un concierto tocamos canciones del disco nuevo. Las mezclamos con otras de anteriores discos, pero menos conocidas. Bueno, pues el crítico de un periódico que escribió la crónica al ver que la gente no las coreaba pensaba que eran también nuevas, del disco nuevo. Lo que hablábamos de la formación…
¿Les queda algún sueño por cumplir?
¡Muchos! El hecho, sin ir más lejos, de que Los Secretos jamás hayamos sido número uno y estemos aquí hablando cuarenta años después, pues nos lleva a soñar…. Por ejemplo, que en Latinoamérica seamos más conocidos; poder escribir yo de mi puño y letra mi música, ahora estoy reaprendiendo armonía… me queda un infinito aún por aprender de todo. Como te decía antes, sigo formándome, estudiando… Cada concierto de Los Secretos es distinto y un puntito mejor siempre, al menos siempre intentamos mejorar, ser mejores…