Se ve mucho en tuiter, que la gente se enfada y despotrica. Dicen: “tras el confinamiento y todo lo que ha pasado y en viendo que la gente no ha cambiado, he perdido mi fe en la humanidad”.
Pues qué bien.
Yo estoy un poco harto de la gente que se queja. Sobre todo de la que se queja todo el tiempo; cosa que no es, ni mucho menos, privativa de twitter. Quejicas los hay por todos lados.
A mí me gusta la gente que hace, no la que bloquea y destruye.
Me gusta el movimiento y no la Duda (precisamente el movimiento es evidencia de las muchas dudas, las pequeñas).
Mira, el mundo siempre ha sido una pocilga y, al mismo tiempo, un edén.
Ni antes las utopías ni Rousseau. Pero tampoco ahora la racionalidad instrumental.
Tontos del bote los hay. Los hubo. Los habrá. A mansalva.
No es cuestión de fe, optimismo o voluntad.
Es cuestión de que te calles y nos dejes a todos tranquilitos de una vez.