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España, mon amour

 

 

Una cosa sí sabía: tampoco hace falta justificar

la noche, ni el dolor, en ningún lugar.

Adam Zagajewski, Asimetría

 

 

Si pudiera con el humo

hermanar la geografía

rendir los argumentos

que se han ido pegando

como carne seca

a la guadaña

de los segadores.

 

Si pudiera con la lluvia

todavía demasiado tímida

lavar las heridas

coger a Francisco de Goya en brazos

y acostarlo

en medio de la razón

que produce monstruos

y nos ha llevado hasta esta acequia real

del corazón.

 

Si pudiera con el silencio

trenzar

con mimbre trigo

y bramante cárdeno

la trama de los afectos

engarabitada.

 

Si pudiera

con la noche y el dolor

encima

abrir la puerta de esta casa

a los amigos

rotos como muñecos.

 

No. La noche. Y el dolor. En ningún lugar.

 

¿De qué estamos hablando

ahora mismo

cuando la mayor parte del país duerme

y yo creo que he encontrado

una llave inglesa

que desmonta las quimeras

de los ilusos,

de los ciegos,

de los que están

cargados de razón?

 

No. La noche. El dolor. En ningún lugar. 

 

¿Acaso estábamos condenados

a esta eterna errabundia

por los campos tan tristes

y luminosos

de España?

 

 

 

[Asimetría, de Adam Zagajewski. Acantilado. Barcelona, 2017. Traducción: Xavier Farré]

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