Durante estos días Iván Ruiz presenta su ópera prima como director en la Sala Artesano (Calle Pedro Unanúe, 9. Madrid). Hablamos con él. Esto es lo que nos ha respondido. Ustedes pueden acercarse al teatro para visitar su obra.
¿Quién es Iván Ruiz?
Un cántabro que lleva más de cuatro año buscándose la vida en Madrid.
¿Qué espera Iván Ruiz del teatro?
Son tiempos difíciles para el teatro –y para todo en general…-, pero si nos agarramos a eso no podremos avanzar. Debemos tener ilusión, hacer cosas nuevas y encontrar un lenguaje para contar lo que sentimos. Hay que estar en constante movimiento, siempre con optimismo.
¿Qué espera Iván Ruiz de 1967?
Espero que el espectador sienta lo que quiero contar y que durante 50 minutos se traslade a otro mundo. No quiero transmitir una historia con su planteamiento, nudo y desenlace sino evocar sentimientos, sensaciones y experiencias.
¿Qué es 1967?
Siete actores se enfrentan a varios autores, partiendo del teatro como ritual.
¿Qué autores?
Principalmente textos de Pier Paolo Pasolini, pero también de Chéjov o Dostoievski, entre otros.
¿Qué quiere contar Iván Ruiz?
Cómo pueden llegar a degradarse las personas. Fetichismo, masoquismo y violación en una pesadilla que no se acaba nunca. Parafraseando a Pasolini: «El placer de ser humillado no conoce fondo, sobre todo cuando nos consideramos inocentes».
¿Quiénes son los actores?
Alejandro Gil de Rozas, Cedma Morales, Rafael Ordóñez, Susana Rodríguez, Enrique Uhalte, Francisco Valcarce –todos compañeros de la EMAD- y Roberto Ruiz –mi hermano y un gran descubrimiento-.
¿Dónde y cuándo se puede ver 1967?
El jueves 31 de octubre y el jueves 7 de noviembre en la Sala Artesano de Madrid.
¿Por qué la Sala Artesano?
La distribución de la sala y el ambiente son perfectos para plasmar la atmósfera de 1967.
¿Por qué 1967?
La obra tiene lugar una noche de 1967 –partiendo del Calderón de Pasolini-. Di a los actores textos diferentes e intenté que todo tuviese coherencia. Puse las bases del juego y entre todos creamos 1967.
¿Por qué Pasolini?
El cine de Pasolini siempre me ha encantado y al descubrir sus obras de teatro me gustó aún más. Tiene una forma particular de transmitir los sentimientos. Te puede contar la mayor crueldad del mundo desde la belleza.
¿Por qué teatro como ritual?
Investigué sobre el teatro de Grotowski. A partir de la idea de teatro como ritual se crea la atmósfera que piden los textos de Pasolini.
¿Qué le lleva a un actor a dirigir una obra de teatro?
Gracias a la formación que tuve en la Escuela Municipal de Arte Dramático conocí a personas increíbles con las que podría trabajar toda mi vida. Les dije: ¡vamos a montar una obra!, ¡esto no puede acabar aquí! Con iniciativa me puse a pensar en 1967 y probé suerte.
¿Cómo se ven los toros desde la barrera?
Desde la butaca lo veo aún con más nervios que sobre las tablas. Es interesante ponerse a este lado, te das cuenta del trabajo que conlleva.
¿Prefieres las tablas o la butaca?
Las tablas. Aunque la vista desde la butaca me permite ver más cosas, puedo ayudar a los actores y aplicármelo también a mi formación como actor.
¿Qué verá el público?
Un rompecabezas que irá armando mientras avanza el espectáculo. Amor y sexo como degradación. ¡Y a siete actores magníficos!
¿Por qué el público no puede perderse 1967?
Por la atmósfera que se crea, por como autores tan diferentes acaban por contarnos lo mismo. La interpretación tiene mucha fuerza, el espectador no saldrá inmune. Hemos intentado crear grandes imágenes y grandes momentos. Poesía teatral.
Antonio García