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Acordeón¿Qué hacer?Eutopía, Europa como un lugar próspero, III: Sí a la paz

Eutopía, Europa como un lugar próspero, III: Sí a la paz

“Hoy necesitamos urgentemente un nuevo movimiento pacifista que sea amplio, creativo y consciente de su fuerza”, escribió Stefan Weidner en un ensayo para el diario alemán Berliner Zeitung en julio, en el marco del debate sobre mi idea de un Fondo Eutopía para la Paz. “Este movimiento debe superar el boicot mediático que está experimentando en la actualidad y, si no hubiera otra opción, incluso debería construir su propia base mediática y política”, escribió Weidner. En su opinión, el Fondo Eutopía para la Paz es un paso en esta dirección: realismo radical y, al mismo tiempo, una especie de emocionante poesía política en la tradición de Joseph Beuys.

Cambios de ánimo

Weidner, autor de numerosos libros sobre temas internacionales y antiguo soldado de la inteligencia de señales de la Bundeswehr, sostiene que hoy el movimiento pacifista no solo contaría con el apoyo de la mayoría de la sociedad alemana, sino también con el de muchas personas en Ucrania y Rusia.

De hecho, se multiplican las noticias de que el eutópico llamamiento a la negociación, que ha acompañado a la serie de estas mis columnas desde el principio, se está haciendo realidad. En una reciente entrevista con la BBC, Volodymyr Zelenski anunció que cambiaba de postura y estaba dispuesto a negociar el fin de la guerra con Rusia, incluso directamente con Vladimir Putin.

Esto va acompañado de un aparente cambio en la opinión pública de Ucrania, según reflejan las encuestas. El 44 % de los ciudadanos cree que ha llegado el momento de negociar. Esta cifra supone casi un 10 % más que los que se oponen a las negociaciones.

A esto se suman los numerosos miembros de la diáspora ucraniana que, aunque abogan por la paz, temen ser reprimidos por sus conciudadanos más militantes. Si se combina con los cientos de miles de hombres ucranianos sujetos al servicio militar obligatorio que han optado por vivir en el extranjero, parece confirmarse el apoyo mayoritario a la paz del que habla Weidner.

Metáforas ambiguas

El político lituano Kęstutis Kubertavičius, por su parte, utilizó una metáfora al argumentar contra el Fondo Eutopía para la Paz: “Imaginemos que un vecino de detrás del muro irrumpe en mi piso de tres habitaciones y ocupa una de ellas. Pone una puerta nueva, levanta un muro. Es más fuerte que yo, me echa de mi parte del piso. Y qué, pregunta el político como si se dirigiera a mí, ¿me alegraría que los demás vecinos se unieran y crearan un fondo, nos dieran dinero al 50 % y que nos lleváramos bien?”.

Conviene tener cuidado con metáforas similares. Respeto tanto a las personas que, ante una amenaza inminente para su vida, deciden luchar como a las que huyen. Sin embargo, la geopolítica y las decisiones tomadas a nivel de los gobiernos nacionales no se traducen de forma unívoca en el comportamiento de los individuos.

Para que la comparación con una casa tenga sentido, valdría la pena, creo yo, considerar cuáles fueron las relaciones de vecindad a lo largo de las generaciones, quién construyó la casa y dispuso las viviendas, sobre qué base se adquirieron los derechos de propiedad. La cuestión es si merece la pena profundizar en todo esto. Al fin y al cabo, las metáforas son intrínsecamente ambiguas. No ayudan a tomar decisiones en base a “o lo uno o lo otro”. Las metáforas nos enseñan que el mundo es ambiguo.

En el espíritu de la ambigüedad del mundo, EUtopia nos anima a buscar una conexión en lugar de lanzarnos a polemizar con un adversario. ¿Qué tenemos en común Kubertavičius y yo?

Al final de su extenso comentario, el político señala que, para abogar por el desarme, primero hay que convencer a los agresores del mundo de que no recurran a las armas. Y este es el hilo conductor que me une con él, y al mismo tiempo el quid de la Eutopía: la paz es una condición para el bienestar de los ciudadanos, al mismo tiempo que puede ser un negocio lucrativo. La paz puede resultar más rentable que recurrir a las armas.

Contra la propaganda

A lo largo del último mes he escrito sobre el Fondo en diversos medios de comunicación en distintos idiomas y países de Europa. Me ha llamado la atención que muchos comentaristas polémicos parecen haber dado por buena la palabra “paz” a Moscú. El llamamiento a buscar vías de paz ha sido desautorizado como una estratagema putinista. Es un invento del Kremlin para “diluir las mentes de Europa”, como comentó un internauta respecto a mi texto sobre el Fondo emitido en Deutsche Welle, un medio de comunicación público alemán para el exterior.

¿Es realmente así? Al fin y al cabo, la base de una buena vida para los ciudadanos de cualquier estado es la paz, no la guerra. Al mismo tiempo, tampoco significa que la paz entre Moscú y Kiev deba concluirse necesariamente en los términos de Moscú.

EUtopia se dedica a devolver la idea de la paz al centro del debate público. Defiende la idea de paz frente a la apropiación o la manipulación. Grzegorz Kołodko, exviceprimer ministro y ministro de Finanzas polaco, subraya en el marco del citado debate en el Berliner Zeitung que si quieres la paz, prepárate para… la paz. Kołodko lo dice sin rodeos: la máxima popular “si quieres la paz, prepárate para la guerra” es una de las frases más estúpidas de la historia de la humanidad.

La paz en términos concretos

¿Cómo te preparas para alcanzar la paz? Llevando a cabo negociaciones eficaces. Persiguiendo conversaciones, aprovechando la más mínima oportunidad para conducirlas. Creando un marco geopolítico, social y económico en el que el acuerdo cuente con el mayor apoyo posible, en interés de todos.

La paz no tiene por qué ser un signo de debilidad, un sinónimo de derrota o un dictado del más fuerte. Todo lo contrario, puede satisfacer las necesidades de la población de las zonas en guerra. Requiere ardua negociación, astucia, conocimientos y determinación. El Fondo Eutopía para la Paz está pensado precisamente para eso: crear apoyo y concentrar recursos para lograr una buena paz y evitar que continúe la guerra. Porque sí, la paz tiene un precio. A veces ese precio es alto. Pero, ¿no es generalmente más alto el precio de la guerra? ¿Más sangriento y trágico?

Al mismo tiempo, la soberanía del movimiento por la paz se basa en la constatación de que la política de paz es el arte milenario de resolver los conflictos sin asesinar ni destruir. Como todo arte, tiene sus leyes, sus herramientas y sus expertos, que son ciertamente diferentes de los expertos de la guerra. Quizás ahí radique gran parte del problema: si preguntamos a los expertos de la guerra sobre la paz, no resulta sorprendente que digan que no.

¿Dónde está la justicia en esto?

Moscú atacó Kiev violando las normas del derecho internacional. Su ataque ha causado directamente la muerte y el sufrimiento de millones de personas. Ha infundido miedo, ira, una sensación de impotencia y una profunda injusticia. Y esto también atañe a un gran número de ciudadanos europeos que no se han visto directamente afectados por la guerra.

En el espíritu de EUtopia, la rabia y el miedo deben expresarse. Deben atenderse tanto a nivel individual como colectivo. También, en este contexto, leo la polémica de Kubertavičius y la respeto.

Al mismo tiempo, las leyes básicas de la psicología y la terapia del trauma enseñan que cuando nos enfadamos y lo lloramos demasiado, nos despedimos del dolor y luego intentamos seguir adelante. ¿Cuándo llegará el buen momento para hacerlo? ¿Seguir adelante significa hacia dónde precisamente? Cada individuo y la sociedad y sus políticos deben responder por sí mismos.

A diferencia de la gente de muchas regiones de Ucrania, escribo estas palabras en un lugar donde nadie ocupa por la fuerza una parte de mi casa. Lo considero un privilegio, pero también una obligación hacia quienes están siendo bombardeados. En mi situación, veo más fácil buscar un futuro mejor. Como después de cada fase de sufrimiento llega un momento de cambio, EUtopía nos anima a hablar de ello hoy. Y a buscar hoy formas de llevarlo a cabo.

¿Qué pensáis de todo esto? 

En mi ciclo mensual #EUtopía: Europa como un lugar próspero animo a crear un nuevo movimiento pacifista. En lugar de abandonarnos al fatalismo de una distopía de guerra, construyamos la EUtopía, que en griego significa “buen lugar”. ¿Cómo llevar a cabo negociaciones de paz eficaces? ¿Cómo garantizar la sostenibilidad de la paz? ¿Cómo sería un mundo posbélico? Escríbenos en Twitter [@fronterad] o comenta en Facebook [FronteraD en Facebook ].

 

 

El primer texto de la serie se titulaba Europa como un lugar próspero: La esperanza en un futuro mejor

 

El segundo, Eutopía, Europa como un lugar próspero, II: El Fondo Eutopía para la Paz en la Unión Europea

 

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