Querido blogodiario(semanal): sé que esto no debe hacerse. Que uno nunca debe sincerarse con aquello que escribe. Que lo que se habla es flatus voci y lo que se pone por escrito quod scripsi. Que yo no sé latín. Pero algo me ha quedado del colegio. El Instituto Ramiro de Maeztu. Donde ahora, en las horas lectivas, incluso en los recreos, no dejan que los niños salgan a la calle: allí, en la calle, pasé la mayor parte del bachillerato y a lo mejor es por eso por lo que no sé latín, pero me suena. Querido blogodiario(semanal): mi intención es ir incorporando al viaje cine cada semana. De hecho, ésta tenía Riddick 3 y La piedra de la paciencia. La tengo incluso, La piedra de la paciencia, escrita y publicada. En libro. Pero era mi intención contar las dos; mejor, como hago siempre: que las dos me contaran. No ha dado tiempo. Ando en la preparación de un Congreso, radioteatro y ficción sonora, sobre dos continentes, con catorce comunicaciones, tres representaciones en vivo de audiodrama, música, poesía; y voy que ardo, como el fósforo, que no puede apagarse. Ahora, querido blogodiario(semanal), para uno de estos días, de aquí al viernes, te lo prometo: Riddick 3 y La piedra de la paciencia. Y antes, lunes, martes, una cosa que hay también sobre series, coincidiendo con la revista El Duende. Una sinergia, que se le llama a tropezarse varios hacia un mismo objetivo. Aquello de que «se me ha ocurrido a mí y ahora resulta que se le está ocurriendo a todo el mundo». Pasa constantemente y con las series, que ellos fueron primero, los de El Duende, en lo que a mí respecta, pasa, de un día para otro, con suspense. ¿Qué pasará mañana? El folletín. Si se supiera qué va a pasar mañana, ¡vaya ganas! Yo lo sé, querido blogodiario(semanal): mañana será lunes y no habrá nada aquí ni sobre Riddick 3 ni sobre La piedra de la paciencia, que vendrá y que tendrá tus ojos, como sucede siempre con la conciencia y con la risa. Mientras tanto, querido blogodiario(semanal), que sepas que no me olvido. Y que me duele.