Los pueblos indígenas han sido objeto, desde el comienzo de las conquista imperialistas de los países considerados adelantados, de un genocidio sin precedentes en la historia de la humanidad, que se ha alargado hasta la actualidad, dejando claro la resistencia de estas naciones indígenas, su valentía y su dignidad por encima de los que hoy se consideran civilizados. La lucha por la defensa de sus tierras y de su vida aún continúa en numerosos lugares ante la ceguera consentida de la comunidad internacional y el crimen de lesa humanidad que cometen muchos gobernantes actuales donde mantienen a estos pueblos originarios en el olvido, negándoles su derecho como nación a pesar de los reconocimientos de leyes nacionales e internacionales que supuestamente les protegen.
Siempre he considerado un error y un abuso sin causa justificada, la expulsión de sus tierras del pueblo de los Pigmeos, cuando se declaró Parque Nacional de Virunga protegiendo a los gorilas de montaña. Igual valor tienen los gorilas como el pueblo Pigmeo de vivir en sus tierras. Es una práctica que se está dando en muchos lugares y por lo tanto un acto criminal contra pueblos indígenas que han demostrado hasta hoy ser los únicos guardianes de nuestro planeta. Quienes estamos deforestando, contaminando los ríos y el aire, sembrando de plásticos en los mares, haciendo desaparecer a las especies, somos nosotros, los “civilizados” y entonces recurrimos a proteger zonas que ya están protegidas por pueblos milenarios expulsándolos de su casa y condenándolos a la miseria y a la muerte.
Naciones Unidas ha reconocido abiertamente que los líderes mundiales son responsables del cambio del clima y que la Agenda 2030 ha fracasado en el mismo momento en que dejaron a un lado a los pueblos indígenas, grandes veladores de la biodiversidad de nuestro planeta.
Es por ello que Proyecto Gran Simio está en contra del plan de Unión Europea conocido 30×30, que tiene como objetivo convertir el 30% de la Tierra en áreas protegidas para 2030, cuando los pueblos indígenas ya habitan en el 80% de la biodiversidad mundial y tan solo protegiendo sus tierras, se su superaría con creces el 30%. Qué manera más indigna de hacer planes como si de esa forma estuviéramos protegiendo nuestro planeta. Que mentira disfrazada egoísmo y genocidio. Este robo de tierras implicará arrebatar enormes extensiones de tierras indígenas y convertirlas en parques y reservas nacionales militarizadas, donde son comunes las expulsiones, los asesinatos, las torturas y las violaciones. Supondrá el mayor robo de tierras de la historia.
Por todo lo expuesto, tengo que denunciar lo que le está ocurriendo en la Comunidad Indígena Qom Potae Napocna Navogoh (conocida como Primavera), en la Provincia de Formosa al norte de Argentina y contar su historia que seguramente será la misma de muchos pueblos indígenas en el mundo masacrados por las Autoridades de sus respectivos países.
Felix Díaz, es el líder indígena de dicha comunidad que está siendo despreciada por las Autoridades provinciales y nacionales de Argentina. Su lucha debe ser escuchada y conocida. El mundo no puede cerrar los ojos ante el atropello continuado e unos pueblos que nos han dado lecciones en conservación y amor por la naturaleza. Esta Comunidad donde está Félix está ubicada en el Departamento Pilcomayo de la Provincia de Formosa. Desde febrero de 2021, miembros de esta Comunidad se encuentran acampados en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, pidiendo audiencia al Presidente de la nación Alberto Fernández, solicitando un diálogo para que se abra de nuevo el caso por un espacio que esta comunidad ostentaba anteriormente como Consejo Consultivo Participativo de los Pueblos Indígenas de la república de Argentina bajo el Decreto Nacional 672/16. Un Decreto que sigue vigente pero que les echaron del espacio donde se encontraban, sin notificación alguna y quintándoles toda la documentación y enseres personales de los miembros del Consejo Consultivo.
¿Es así como se trata a un pueblo? ¿Es el valor que dan los políticos a los pueblos indígenas ciudadanos con derechos? ¿Cómo puede tener la indecencia de mantener a un pueblo durante un año esperando a ser recibido para resolver lo que por derecho y por ley les corresponde? ¿Es así como se trata a unos pueblos que llevan en el lugar mucho antes que el mismo nacimiento de la nación Argentina? No puedo comprender este desprecio ante unas personas sabias que solo piden lo que es suyo y está regulado por ley. Al revés, deberían estar orgullosos por tener el honor de tener como ciudadanos a pueblos milenarios, con su gran cultura. Se les debería proteger, en lugar de olvidarlos y tratarlos como si fueran residuos. ¿Dónde está la sociedad argentina? ¿Dónde están los grupos ecologistas y medioambientales que no los apoyan o protegen?
Pero hay más, Felix me comunica que también su Comunidad se encuentra reclamando que les devuelva el territorio que les han expropiado en año 2007 por una resolución del Gobierno de la provincia de Formosa. El territorio indígena fue reconocido por un Decreto en el año 1940, en el año 1952 fue ratificado el mismo decreto con una superficie de 10.000 hectáreas y en el año 1963 se volvió a ratificar la propiedad de sus tierras. En 1977, en plena dictadura de Argentina, se ratificó nuevamente como reserva indígena. Han sido 2.042 hectáreas las usurpadas que eran propiedad de los indígenas y dentro de esas tierras, una parte está dentro del Parque Nacional Pilcomayo. La ley nacional lo tiene declarado como área de conservación. Se prohíbe a la comunidad indígena pescar, no se puede recolectar, ni cazar, tomar el agua, no se pueden ir al monte para buscar las medicinas que tradicionalmente conocen, ni realizar la práctica espiritual como pueblo indígena amante de la naturaleza. Ellos denuncian esta violación de los Derechos Humanos y de la Comunidad Qom Potae Napocna Navagoh y el caso se encuentra en la Corte Suprema de la Nación, presentando denuncia ante el Estado Nacional de Argentina y el Estado Provincial de Formosa, cuya causa sigue vigente pero sin respuesta. ¿Puede la justicia cerrar los ojos ante esta violación clara a la Comunidad Indígena? ¿Serán capaces de no dar respuesta como lo está haciendo el Presidente de la nación al no querer recibir a los representantes de este pueblo? Esto es una clara violación de los derechos humanos y va contra la Constitución Argentina. ¿Qué hacen los políticos que no están apoyando esta causa?
La voz de Félix, el líder indígena a quien considero un hermano y amigo, es clara y profunda, llena de espiritualidad y firmeza, de nostalgia y pena, de compromiso a su pueblo, alzando la voz a pesar de poner en peligro su vida.
“Toda esta lucha continuada hace mucho daño a la salud de los pueblos indígenas. No puede ser que el Estado Argentino sea culpable de todos los males que sufrimos los pueblos. Han muerto muchos líderes indígenas por la pandemia por falta de acceso a la salud, falta de acceso al agua y la pandemia ha profundizado la crisis en el mundo indígena. Argentina no tiene una ley que proteja las tierras comunitarias indígenas, porque las leyes en Argentina son de propiedad individual de cada persona. Y este es uno de los grandes problemas que sufrimos, la inseguridad jurídica de nuestras tierras.”, me dice Félix Díaz con una clara voz de angustia y a su vez de resignación e injusticia. “Detrás de esta negativa del Estado Argentino hacia los pueblos indígenas, se están muriendo chicos por desnutrición porque no hay pesca, no hay caza, no hay recolección, no hay trabajo. Somos los más afectados de la pandemia y no tenemos a donde denunciar. No hay organismo estatal que resuelva este problema. Pero aún así estamos buscando diálogo para poder mejorar la relación con el Estado y que se haga cargo de los problemática general para los pueblos indígenas”. Félix no sólo con esto lucha por su comunidad, sino por todos los pueblos indígenas de la nación que se encuentran en situaciones parecidas. ¿A qué espera el Estado para tomar una solución? ¿A que desaparezcan de hambre y enfermedades y de esta forma acabe así la molestia que les pica en sus cerebros? Ahora ya no son conquistadores que vienen del otro lado del charco a masacrar a los nativos, ahora son los propios gobiernos establecidos desde hace cientos de años los que continúan con el genocidio abusivo y la falta de derechos humanos y de respeto a los que antes que ellos eran dueños de las tierras.
La historia de resistencia y lucha de la Comunidad Indígena Qom Potae Napocna Navogoh me ha conmovido profundamente y las palabras de su líder me han llegado al corazón y a mi indignación. Tienen unos estatutos que ojalá fueran recogidos todos sus puntos por la constitución, con ese respeto por el medio ambiente y el medio natural que es su vida de siempre, respetando la biodiversidad de los ecosistemas.
Sin embargo se están deforestando sus montes, contaminando sus aguas y quieren decidir su propia política en su territorio, pero carecen de recursos para ellos, unos recursos que les niega el Estado y les olvida con intencionalidad asombrosa y criminal. Todos los sistemas que tiene el gobierno para solucionar problemas a los ciudadanos, a ellos se les niega por ser opositores y denunciar los abusos de Autoridad, dando la cara frente a las injusticias que padecen. Denuncia que nunca han sido agenda del Estado para solucionar sus problemas, que son olvidados y repudiados, que son objetos y en las elecciones les usan y después les tiran como material descartable impidiéndoles a buscar recursos. Ninguna ONG ambientalista nos han contactado para ayudarnos, me dice Félix con tristeza. Quieren ser constructores de su propio destino y autónomos, tener un propio gobierno pero siempre respetando las reglas del Estado Argentino. Buscan sin lograrlo por el momento, un acuerdo entre Argentina y los pueblos indígenas y es por esa razón también que están apostados, acampados frente a la casa rosada, buscando diálogo para que puedan proponer lo que ellos desean pero siempre en el más absoluto de los respetos.
Como en numerosos gobiernos donde aún resisten las Comunidades Indígenas, al Estado no le conviene que los indígenas se organicen y cumplan las reglas del Estado. Según Félix, incluso ahora les quieren dar de baja como personaría jurídica para que no puedan efectuar denuncias ni exigir sus derechos. La ignorancia del gobierno es visible cuando llevan un año frente a la residencia del Presidente de la nación sin que a éste le importe lo más mínimo. ¿Es acoso esto una democracia o más bien un genocidio?
Pero la lucha de este gran líder indígena pone en peligro su vida, como muchos que han sido asesinados por reclamar y denunciar tierras en Latinoamérica, por luchar por los derechos de su pueblo.
“Yo soy el líder indígena de la zona norte de Argentina (Formosa) de la Comunidad Indígena Qom Potae Napona Navogoh. Una Comunidad muy reconocida y por esta lucha que empecé a llevar adelante, el Estado Provincial no nos cede los recursos que salen del Estado como una vivienda digna, no nos dan agua potable, me cierran todas las puertas por ser un luchador de la cusa indígena. Tengo un nieto que nació en el año 2000, el 25 de mayo, le hemos llevado varias veces al registro civil para inscribirle. Nunca ha sido inscrito. Ahora tiene 21 años, pronto 22 y no tiene documento de identidad. Estas son las consecuencias que me ocasiona a mí como líder indígena al defender el derecho indígena, defender el medio ambiente, en esta lucha tan desigual que estoy padeciendo. No tengo recursos para sostenerme. Pero pongo mi cuerpo, mi energía en esta lucha porque sé que se trata del futuro de las generaciones de mi comunidad y demás pueblos indígenas de Argentina”.
Palabras de Félix que me dejan impresionado y sin palabras. Su mensaje es claro y directo. Su petición justa. Su compromiso único y espiritual en defensa de la vida de sus hermanos. Su lucha justificada y siempre basada en el respeto.
Espero que esta llamada de atención llegue al Gobierno y pueblo de Argentina, para que ayuden a esta Comunidad y el resto de las Comunidades Indígenas. Ellos tienen un gran valor humanista y de defensores de la tierra para ellos sagrada. Llevan cientos de años sufriendo y siendo masacrados en el mayor genocidio silencioso y de largo tiempo de la humanidad. No podemos cerrar los ojos ante la evidencia de nuestros hermanos los pueblos indígenas. Somos responsables de su exterminio y del odio que contra ellos mucha gente sostiene en sus pobres corazones, sobre todo en los políticos que supone deberían ser los primeros defensores de sus peticiones, que son nada menos, que se les trate como ciudadanos con derechos.
La historia del genocidio de los pueblos indígenas que aun continua, es triste y amarga. La ignorancia y el pasotismo de los gobiernos provinciales y nacionales, es sin duda un crimen de lesa humanidad que tiene que ser juzgado por la Comunidad Internacional que calla y mira a otro lado. Las palabras de Félix, son el altavoz de todas las naciones indígenas, la esperanza de sus pueblos por ser reconocidos como personas jurídicas. Su lucha pacífica llevando como arma la palabra, es la bandera de la libertad de su pueblo. Una historia real que se está reproduciendo injustificablemente en muchos rincones del mundo. Basta ya.
https://www.youtube.com/watch?v=ZpX9YIUdAj8&feature=youtu.be