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Finea en los camerinos de Margarita, o el lenguaje de los signos

¿Pues no está Marcelo metiéndose en los camerinos de las compañías cuando le da la gana? Pues yo me meto también en donde me apetece. Soy capaz de inaugurar una nueva sección.  Así que la semana pasada, el jueves, me metí en los camerinos de un espectáculo que está en la sala pequeña del Teatro Lara, Margarita, o el lenguaje de los signos. Y ahí estaba Jesús Amate, su autor y director, respondiendo no sé qué pregunta a una acomodadora. ¿Por qué le hace preguntas una acomodadora? Eso sí que no lo sé, pero la conversación la grabé con el móvil de Carol (se lo quité la tarde entera, pero no se lo digas) y ahora la he transcrito. A la acomodadora, como no sé su nombre, la he llamado Finea, que es un nombre la mar de bonito (yo me llamo así…) Sí, pensarás que soy yo, Finea, la que le estaba haciendo estas preguntas a Jesús, ¡pero no! Yo no puedo hacer preguntas a los humanos, porque soy una murciélaga, y no estamos muy bien vistas. No sé qué hubiera pasado si de repente Jesús se hubiera encontrado con una murciélaga haciéndole preguntas en los camerinos un rato antes de la función… Lo mismo habríamos salido ya en los periódicos.

JESÚS.-  Con Margarita, o el lenguaje de los signos quiero contar que los tiempos evolucionan y nosotros debemos evolucionar con los tiempos, sin que el tiempo llegue a atraparnos y a manipularnos. Quiero contar que la vida empieza en nuestra cabeza y se manifiesta en nuestro cuerpo, y lo que vivamos con nuestro cuerpo va a afectar a nuestra cabeza, así que, ¿qué fue antes? ¿El huevo o la gallina? Y quiero también contar una bonita historia en la que poder ver de forma casi romántica que por debajo de todo está el amor, o quizá el deseo de amor, de amar, de ser amado, amada, amade, amadis, amadotus…

FINEA.- ¿Y Margarita es tu alter ego, o lo es el otro personaje, el del chico?

JESÚS.- Margarita podría ser mi alter ego. El chico también podría serlo… Si Margarita fuera mi alter ego, sería mi alter ego mental, y yo necesitaría de un buen psiquiatra o psicólogo… Si mi alter ego fuera el chico, también podría ser mi alter ego corporal; en ese sentido necesitaría de un buen fisioterapeuta o conductor emocional. También pudiera ser que ninguno de ellos fuera mi alter ego, y mi alter ego ande por ahí perdido… También pudiera ser que Margarita fuese mi alter y el chico mi ego, así que los dos juntos serían mi alter ego; en cualquier caso, ego te absolvo.

Finea seguro que sonreía, porque Jesús es muy gracioso hablando, pero tras la mascarilla era difícil saberlo realmente.

FINEA.- ¿Qué importancia le das al lenguaje no verbal?

JESÚS.- Pues mira, según los sabios sabiondos, el lenguaje no verbal es más del 70% del lenguaje total, es decir, que la importancia que yo le otorgo al lenguaje no verbal es el 70% de todo el lenguaje en general, en su conjunto, conjuntamente hablando, de lo que es la comunicación intrapersonal e interpersonal, interconectados con nosotros, con los otros, con el universo universal, entonces, el lenguaje no verbal tiene una importancia múltiple.

Ahí Finea empezó a experimentar el lenguaje no verbal en su cuerpo, tratando de preguntar la siguiente cuestión que se le había ocurrido, pero mejor que no os describa lo que se puso a hacer… Al final decidió recurrir a las palabras…

FINEA.- ¿Y cuántas obras tienes escritas?

JESÚS.- Pues debo tener unas quince.

FINEA.- ¿Y estrenadas?

JESÚS.- Pues… unas diez u once…

FINEA.- ¿Y a qué horas escribes? ¿En qué te inspiras? ¿Cómo te viene la inspiración?

JESÚS.- Suelo escribir a cualquier hora, la verdad es que me inspiro en el baño, me inspiro cuando paseo por la calle con mi perro…

FINEA.- Oh, ¿un perrito? ¿Cómo se llama?

JESÚS.- Matteo.

FINEA.- Oh, ¿y cuándo le traes al teatro?

JESÚS.- ¿Pueden entrar perros en el Teatro Lara?

FINEA.- Bueno, no lo sé, pero entran murciélagos…

JESÚS.- ¿Cómo?

Ahí me quedé un poco petrificada… ¿Me habría visto mi alter ego, Finea, la acomodadora? Hubo un silencio tenso. Al final, Finea habló de nuevo…

FINEA.- ¡Era broma! Pero, no sé, en un teatro tan antiguo, supongo que muchos perros y muchos murciélagos habrán entrado…

JESÚS.- Jejeje, seguro…

FINEA.- Bueno, me estabas hablando de la inspiración…

JESÚS.- Me inspiro cuando estoy haciendo otra cosa que no es precisamente escribir, y entonces recopilo toda esa información en mi mente o en el móvil y después escribo. Puedo escribir a cualquier hora, de la tarde o de la noche, y entonces, sobre esas ideas que ya se me habían ocurrido mientras hacía otros menesteres, se me van ocurriendo más que voy añadiendo… Después releo, releo mucho, y sobre esa relectura voy añadiendo… También escribo mucho en la escuela (tengo una escuela de teatro, no sé si lo sabes), mientras se dan otras asignaturas, como, por ejemplo, danza del vientre. He escrito muchas cosas teniendo de fondo música de danza del vientre.

FINEA.- ¿Tienes una escuela? ¿Qué escuela?

JESÚS.- Se llama Benamate, es una escuela de interpretación. Tenemos un curso regular desde octubre a junio, y otros talleres y cursos de verano… ¿Te apuntas?

FINEA.- ¿Yo?

JESÚS.- No, la murciélaga… Jejeje…

FINEA.- Jejeje…

En ese momento no sabía si me habían visto, estaban hablando de mí, me habían descubierto e iban a llamar a los del control de plagas o qué… Llegaron los actores con sus mascarillas, chocaron un par de veces los codos con Finea y Jesús, y yo salí corriendo, bueno, volando, y me colgué de un esquinazo de la sala Lola Membrives esperando que empezara Margarita, o el lenguaje de los signos.

Finea, la murciélaga

Margarita, o el lenguaje de los signos
escrita y dirigida por Jesús Amate
Con Aisha Wizuete y Javier Díaz / Aleix Esqueret
En el Teatro Lara, los jueves a las 19.30h, hasta el 12 de agosto

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