El lenguaje es la diferencia fundamental entre los humanos y los demás animales. Sin el lenguaje la Historia no existiría. De la postura erguida a las herramientas y finalmente al lenguaje, que hizo posible la formulación de conceptos abstractos… ergo la filosofía, la ciencia, la tecnología…
Todo esto que suena tan obvio lo escuché en un documental de La 2, y me sentí muy reconfortada, aunque algo ya me barruntaba yo. Sin embargo, mi padre nunca hubiera estado de acuerdo con la primera frase. Quería tanto a nuestra sabia fox terrier que siempre decía: Fly habla, lo que pasa es que no pronuncia.
Cosas que he recogido por ahí:
—Serviciando, gerundio que soltó Joaquín Almunia en una entrevista en la radio. Debe de ser una de las aportaciones al lenguaje legadas por la burocracia de la UE. Generalmente son feas y prescindibles.
—Tomás Gómez (líder socialista madrileño) exigió “la dimisión inminente del presidente regional” (Ignacio González), sin caer en la cuenta de que de ser inminente no hacía falta reclamarla. En realidad quería decir inmediata, claro. Y por cierto, sólo se exige algo que se está en condiciones de obtener. Todo dios lo utiliza –en especial los políticos, ay- pero en estos casos deberían usar el verbo reclamar.
—Anoté también la frase “alternación habitual hombre-mujer” en El País. Creo recordar que hablaban de las listas electorales llamadas “cremallera”. Una edición cuidadosa hubiera preferido alternancia. ¿Hace falta esa innovación?
—Me sorprendió que el escritor nicaragüense Sergio Ramírez escribiera en un artículo: “…en la vida hay otras escogencias que son las que al final perduran”. Curiosa palabrita que nos llega del otro lado del charco, con la intención de competir con nuestras opciones, elecciones, etc. Pero no me veo, no me veo soltándola en medio de una conversación; hagan la prueba…