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Francisco De Castellvi, la lúcida conciencia de trascender

 

Comenzando estos apuntes sobre grandes jugadores que han existido en la historia del ajedrez he decidido hacer lo que en realidad no se logra casi nunca: empezar por el principio.


Son muchas las figuras que entran en mi lista de maestros del ajedrez sobre los que comentaré en este espacio, pero ninguno puede competir en importancia histórica con el valenciano Francisco  De Castellvi.


Este hombre ganó la primera partida de ajedrez.

 

Sí, el ajedrez moderno, tal y como lo conocemos hoy, con Dama o Reina que puede ser movida por filas, columnas y diagonales, vio a su primer vencedor en Valencia, según investigaciones muy serias, circa 1475*.

 

En una partida que comenzó con 1 e4, lo cual significa que el peón que va delante del Rey Blanco se adelanta dos casillas, movimiento que es considerado hoy, más de quinientos años después como uno de los dos mejores para comenzar correctamente una partida de ajedrez. Con una respuesta del bando Negro 1…d5, defensa que aún se juega en estos tiempos y que se conoce como Escandinava. Y que terminó en el movimiento 21 del blanco cuando dio “Jaque Mate” con su Dama al Rey rival. Se sintetiza el inicio del largo andar del Ajedrez de nuestros días. Lleno de partidas brillantes y mentes prodigiosas. De artistas, creadores en el tablero de metáforas tan crípticas como bellas e imperecederas, verdaderos himnos a la imaginación y la inteligencia. De científicos del cálculo exacto, hasta los bordes de la capacidad del cerebro humano. De deportistas que sacrificaron todo, muchas veces incluso la salud, por ir más allá en la búsqueda de la perfección en un juego prácticamente inasible, infinito.


¿Cómo sabemos de esta partida y su resultado? Pues porque tres  hombres del siglo XV, entre ellos los dos que la protagonizaron, quisieron dejar constancia histórica no solo de este encuentro, sino del nacimiento del nuevo Ajedrez. Y lo hicieron escribiendo un poema donde se narra la partida jugada a jugada, más las características de la nueva pieza y sus movimientos.

 

“Scachs d´amor”, es el título del poema, escrito en valenciano antiguo, que hoy se reconoce como: “El acta de nacimiento del Ajedrez Moderno”.


Derrotaron siete siglos de práctica del ajedrez arábigo medieval, y en la conciencia de estar dando paso a una era totalmente distinta, nueva, lo dejaron plasmado del modo en que mejor se trasciende: en una obra literaria. Estaremos de acuerdo en que esa fue su mejor jugada.

 

Denostaban de la presencia árabe y su dominación de siglos al territorio que sentían y consideraban suyo. Quizás por ello no se sentían cómodos amando y practicando un juego que aunque maravilloso, representaba la superioridad intelectual de aquellos que lo introdujeron en la península.

 

Tal vez confiaban ya en la fuerza y determinación de una mujer, (Isabel la Católica), que sería el definitivo azote de los dominadores musulmanes, y le ofrendaron ese rol de pieza tan poderosa y versátil como nunca antes había correspondido a  una mujer.

 

Continuaremos la próxima semana con este apasionante tema donde se une el nombre de un ajedrecista, un interesante juego literario y parte de la historia de España, alumbrando al nuevo Ajedrez.

 

 

* Toda esta información ha llegado a mí, vía internet. He leído con asombro y muchísimo interés resúmenes de investigaciones realizadas fundamentalmente en Valencia. Mi intención  es puramente divulgativa y si los lectores de estas líneas se sienten atraídos a informarse más y se aproximan a las fuentes primigenias habremos cumplido nuestra misión.


Salvador Palomino

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