Tras la tormenta informativa y su primer mes de pontificado, tenemos que acercarnos otra vez a la figura de Francisco. Mucho se ha escrito sobre este pastor jesuita argentino desde entonces entre la esperanza y la sorpresa, sin olvidar las críticas por un oscuro pasado que no fue tal. Y es que los medios de comunicación de medio mundo han vuelto a encontrar en la Iglesia católica una nueva oportunidad para ofrecer informaciones sin descanso. En este universo también ha destacado la industria editorial que se recompuso fácilmente al desconcierto inicial. Ya hay en las mesas de novedades más de dos decenas de títulos de lo más variados sobre el papa Bergoglio. De toda esta producción yo destacaría dos libros esenciales e imprescindibles (con mayúsculas): El papa Francisco. Conversaciones con Jorge Bergoglio de los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti (ediciones B) y Sobre el cielo y la tierra, que el aún cardenal Jorge Bergoglio escribió con su buen amigo el rabino Abraham Skorka (Debate).
¿Y por qué elegir estos dos libros de entre todos los publicados hasta la fecha? Por una razón destacable: los dos libros habían sido publicados mucho antes de que el cardenal argentino estuviera en las quinielas como papable. Es decir, no son productos de consumo rápido, o de circunstancia, al hilo de la intensidad informativa del momento. Rubin y Ambrogetti mantuvieron sus conversaciones con Bergoglio en 2010 buscando entender su figura a través de su vida y pensamiento. De hecho, El papa Francisco sigue siendo el mejor acercamiento biográfico al personaje desde la autobiografía más íntima (ya vendrán los biógrafos más adelante). En estas páginas se nos aparecen las vivencias de un químico argentino, hijo de italianos, que se ordenó sacerdote a los veintiún años tras una temprana vocación religiosa y eligió convertirse en jesuita. Descubrimos también su asombro por la realidad, por sus sucesivos ascensos eclesiásticos y por la enseñanza obtenida en su labor pastoral. Todo ello nos lo cuenta un tímido Francisco que hace recuento vital, mientras nos confiesa su pasión por el fútbol o el tango e, incluso, que llegó a tener novia. Por tanto, es un libro sencillo que nos permite aproximarnos al nuevo pontífice desde una perspectiva necesaria y personal. Benedicto XVI ya lo destacó con su decisión: el papa es una persona, ni más ni menos, con su historia y su conciencia.
Asimismo, se descubre en estas páginas la tranquilidad y la naturalidad del nuevo pontífice. Su actividad y sus decisiones desde su elección no se deben a una calculada pose mediática, como muchos observadores han pretendido, sino que beben de una forma concreta de entender el mundo y su relación con los demás. Una visión esperanzada, que va más allá del simple optimismo, de quien confía en Dios y se atreve a lanzar un ancla hacia el futuro para poder llegar hasta lo que se anhela. Y también una visión humana del futuro de la Iglesia, porque considera que debe acompañar en el crecimiento de las personas y crecer en humanidad. Todo esto, y mucho más (como la vivencia de la dictadura), aparece en El papa Francisco, un libro que todo interesado debería leer y disfrutar.
El prólogo de este libro lo escribe el rabino Abraham Skorka, con quien Bergoglio mantiene una relación de amistad y de encuentro desde hace años. Skorka considera, pienso que muy acertadamente, que el cardenal Bergoglio ha sido, y seguirá siendo, un «maestro de la fe, de acuerdo a la cosmovisión bíblica, [que] debe expresar su crítica a todos los miembros de la sociedad en la que predica, desde la tribuna del espíritu, la que se encuentra alejada de todo interés partidario. Las falencias sociales que pudo percibir a través de su encuentro con Dios, no pueden permanecer silenciada en su ser, como expresó el profeta: “El Señor, Dios, ha hablado. ¿Quién no ha de profetizar?” (Am 3, 18)».
Y, probablemente, el mayor gesto profético de ambos protagonistas, Skorka y Bergoglio, haya sido encontrarse para dialogar sobre la fe y la vida. Nos encontramos, por tanto, ante un rabino judío y un cardenal católico que no se esconden para dar un repaso a la condición humana en Sobre el cielo y la tierra. Unas páginas en las que hablan de todo. La lista es larga, profunda e incontenible: desde Dios al infierno, pasando por la muerte, la globalización, la política, el amor, la ancianidad o la historia de su querida Argentina. Es imposible resumir el contenido del libro en este breve espacio. Mi recomendación es que lo aprovechen. Saldrán transformados de este encuentro entre dos hombres sabios que hablan desde Dios. No es fácil leer este tipo de encuentros, y menos en un país como España, por eso, nos llama más la atención el encuentro interreligioso. Como asegura en un momento concreto del diálogo Skorka, «descubrir al otro, en cambio, es un gran desafío». Skorka y Francisco son conscientes de que para conocer el rostro de Dios hay que recorrer el camino del reconocimiento humano. No es mala lección.