El otro día, en una sala con las butacas sin numerar, y sobre gradas (aclaro esto para que se comprendan mejor las frases), unas señoras, a y b, que enseñaron la entrada al «cortador de entradas» justo a mi lado (por cierto, qué dura vida la del «cortador de entradas»), tuvieron esta breve conversación:
La transcribo aquí:
a.- ¿aquí,
en la primera fila?
b.- ¡nooo!
¡en la primera fila no!
¿Qué quieres,
que sólo les veamos
los pies?
El «cortador de entradas» se sonrió y, cuando las señoras avanzaron, se rió a gusto. Por cierto, ¿cómo se llama realmente ese puesto de «cortador de entradas»? ¿»Revisor de puerta»? ¿»Acomodador sin butacas»? ¿Alguien lo sabe?
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@nico_guau