Delius De entre los alumnos del gran Alberto Breccia siento una especial debilidad por aquellos que, lejos de imitar miméticamente al maestro, buscaron desde el primer momento su estilo propio, atendiendo únicamente al axioma de la libertad que aquel genio de la historieta predicaba. Así fue como descubrí a María Delia Lozupone, hoy Delius, en aquella publicación que se llamó, en homenaje al autor de Mort Cinder, El Tripero. Y desde entonces, la he seguido en su faceta de ilustradora, la más abundante, y en la de historietista, desafortunadamente mucho más escasa. Con esos trabajos y con sus clases de morfología en la cátedra Longinotti es como se gana la vida esta porteña nacida en Buenos Aires en 1974, que colabora con su compañero en que permanezca activo el Longevo Instituto de Patafísica de la capital argentina. Mucho de lo mejor que hace, y que a veces difunde a través de su blog, va destinado a esos cuadernos que siempre la acompañan, en los que refleja sus emociones más privadas. De ahí ha extraído para nosotros esta pequeña semblanza de unos días de vacaciones en San Bernardo a finales del 2008 con su marido y con su hija, sus segundas vacaciones fuera de temporada, que están lejos de pertenecer a esa corriente bobalicona e inane que nos inunda últimamente en algunos álbumes. Felipe Hernández Cava