Kim Schmitz, el capo de MegaUpload, parece sacado de una mala teen movie yanqui. Ya saben, el tipico gordito protogangster -con look entre Risky Business y Eurovisión- que luego llega más lejos que nadie. Avión privado, coches de lujo, champán, putas, blanqueo de dinero, extorsión, etc… Sin duda mucho más cerca de los Urdangarines, Fabras y Guerreros carpetovetónicos que del espíritu comprometido de una Red abierta, compartida y solidaria. Pues bien, anoche hubo en esa Red crujir de dientes y vestiduras rasgadas porque lo habían enchironado. Yo me pregunto, ¿qué tiene que ver el enriquecimiento -a costa de los demás- de un ricachón grimoso y sus amigotes, con la cultura libre y compartida. Megaupload era un emporio de descargas ilegales con MUCHO ánimo de lucro, que utilizaba el almacenamiento privado como marca blanca y fuente adicional de negocio (lo siento por los engañados que tenían sus archivos allí). Ayer nadie atacó a ninguna red P2P, nadie vulneró ningún derecho a compartir información. Sólo detuvieron a unos cuantos chorizos y de paso pusieron de muy mal humor a los pobres diablos que les financian sus lujos.