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Mientras tantoGuía práctica de Teatro Moderno marca Acme

Guía práctica de Teatro Moderno marca Acme


 

¿Usted practica Teatro Moderno o es de esos teatreros anticuados a los que les gusta contar historias? ¿Sabe lo que es la vanguardia o es un recalcitrante aristotélico? Descúbralo con la Guía Definitiva de Teatro Moderno marca Acme patrocinada por Tu Teatro en Casa y El Corte Inglés. A continuación presentamos el nonálogo indispensable para fabricar una obra moderna y no esa casquería arcaica de los teatros a la italiana.

 

Marca Acme

Marca Acme

 

 Actores que brincan. Que salten, bailen, corran, que usen una comba, que vuelvan a saltar, que hagan flexiones, que hagan abdominales, que boxeen, que hagan la croqueta sobre el linóleo… en definitiva, que suden, que sus gotas de sudor salpiquen al público, ¿no es el actor un atleta? ¡Pues que lo demuestre! Si logra que alguno de sus actores fallezca en directo realizando algunas de estas prácticas, o cualquier otra que se le ocurra, entonces le garantizamos que habrá hecho la obra de Teatro Moderno definitiva.

 

 Micrófonos. Un actor (o varios), en al menos un momento del espectáculo,  debe utilizar un micrófono. Lo cogerá, pondrá cara seria, gesto interesante, mirará al público y dirá un monólogo. Estos monólogos suelen ser un tostón, de los llamados «voz del autor», pero no importa, porque estamos haciendo Teatro Moderno.

 

 Sudaderas con capucha. Es un vestuario imprescindible. Deben ser de cremallera, con cordones blancos o a juego con el color de la chaqueta y se pueden encontrar en todo tipo de firmas multinacionales. Son baratas, resultonas, sirven para sudar más cuando los actores saltimbanquean y nunca pasan de moda. Se pueden combinar también con vaqueros de saldo, camisetas de tirantes (no canottieras, sino de las que el cuello se hace grande al primer lavado) y zapatillas tipo Converse.

 

 Espacio Vacío. ¿Escenografía? ¿Qué es eso? Esto es Teatro Moderno, nada de casas, nada de remas, ni de bastidores, nada de muebles de salón. Aquí los actores se mueven. Si estuviera todo lleno de trastos, ¿cómo iban a correr? ¡Un momento! ¿Y una obra que sea una carrera de obstáculos?

 

 Escena de discoteca. Toda obra de Teatro Moderno debe tener una escena de discoteca. Si usted no pone a sus actores a bailotear con música dance no está haciendo Teatro Moderno. No importa que usted esté trabajando un texto de Shakespeare o de Moliere, porque usted está haciendo Teatro Moderno y el Teatro Moderno está por encima de la tradición. También se puede aceptar la variante: escena de karaoke. Consideramos que es innecesario explicar esta variante.

 

 Proyecciones. Proyecte, proyecte y proyecte. Hágalo sin ton ni son, hágalo sin necesidad de que lo que proyecte tenga relación con el espectáculo. De hecho, si lo que usted proyecta guarda relación con el espectáculo o tiene sentido alguno, estará siendo demasiado aristotélico y seguramente ya no estará haciendo Teatro Moderno.

 

 Música muy alta. Los espectadores que pagan una entrada de Teatro Moderno no quieren ver teatro, quieren vivir una experiencia única y usted, que es generoso, se la va a proporcionar; así que rómpales los tímpanos con la música a toda tralla, así todo será más real. ¿Qué no se oye a los actores? ¡Qué importa! Escuchar a los actores es teatro antiguo.

 

 Texto tirado. Sus actores no deberán dar ninguna intención al texto. El texto NO se dice con intenciones. Eso está pasado de moda. De hecho, si sus actores logran decir el texto con la boca cerrada serán verdaderos actores de Teatro Moderno. El texto se puede susurrar o decir gritado, pero que el actor no se ponga estupendo; el texto se debe decir sin más.

 

 No contar nada. Si ha pensado que el Teatro Moderno debe tener algún mensaje o trasfondo, está usted equivocado. Es mero divertimento. Es cúbicamente hípster. A su vez, todo lo que suceda en escena debe ser incomprensible, si hay un solo espectador en la sala que comprenda lo que usted está haciendo habrá fracasado.

 

Acme

Sea usted el Correcaminos del Teatro Moderno gracias a ACME

 

Pautas opcionales del Teatro Moderno:

 

 Haga que sus actores insulten al público. Los espectadores de este tipo de espectáculos son eminentemente sadomasoquistas, así que deles lo que buscan. Estamos aquí para complacer.

 

 Use máscaras antigás. Así sus actores tendrán más probabilidades de morir ahogados mientras corren, brincan y se rebozan con la moqueta que raspa su espalda provocando que se desangren.

 

 Saque a sus actores en ropa interior. Si no le convence la opción sudadera capuchera con jeans del Primark, no lo dude más y que salgan en ropa interior. El desnudo fue algo muy ochentero y eso ya es la Antigüedad. Sería ideal que, en algún momento del espectáculo, uno de los actores lance cubos de agua o hielo a sus compañeros para que se transparente su ropa interior mientras tratan de hacer algún monólogo sesudo del autor de moda.

 

 Dirija a varias bandas. No importa que usted haya dirigido el espectáculo a la italiana, ahora disponga al público a dos bandas, a tres bandas o a cuatro. Así todo parecerá más moderno aunque los espectadores no vean la obra, ¿para qué quieren ver? ¡Antiguos!

 

 Represente teatro en el salón de su casa. Use los muebles de su abuela, vista a los actores con vestuario sacado de un contendor de donación de ropa y ya será lo más de lo más. Eso sí, cobre la entrada a precios desorbitados, porque sólo así será importante lo que usted está haciendo.

 

Y unos últimos consejos:

 

 En público, jamás nombre a sus actores como actores o actrices sino como actantes.

 

 Evite usar palabras como personaje, fábula, historia, pensamiento, música o autor.

 

 Hable de teatro asociativo, imágenes, espacio sonoro, catarsis, fragmentación, creación colectiva o acústica saturada.

 

Ahora ya está preparado para practicar Teatro Moderno. ¡Adelante!

 

muflón Silvestre

 


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