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Guinea Ecuatorial, silencio envenenado

 

Desde que Obiang Nguema Mbasogo se afianzó en el poder, y desde que decidió que el sustituto en la presidencia sería el hijo que tiene con su ambiciosísima mujer Constancia, activó la maquinaria para que no haya ningún obstáculo que impida sus maquiavélicos designios. Siendo tan evidentes las carencias intelectuales del elegido para perpetuarse en el poder, Obiang ha tomado medidas para minimizarlas y en relación a los otros miembros de sus mastodónticos gobiernos. Así, ya es normal en Guinea que personas carentes de cualquier formación, ni académica, ni profesional, ni acreedoras de ninguna solvencia moral, sean confiadas en puestos altos de la administración del Estado. Además, es tendencia también asentada que estas personas sean de su entorno familiar, si es posible.

 

La necesidad antes aludida tiene efectos devastadores en la sociedad guineana, y porque, desde las instancias más altas del Estado, y promovida por los interesados, se ha adoptado medidas para que las sucesivas generaciones de guineanas pueden aceptar y asimilar las directrices gubernamentales, incorporándolas a sus vivencias cuotidianas. Así, este macabro plan de adecuar el nivel mental del resto de los guineanos al de los miembros de su familia y allegados ha propiciado el olvido deliberado de la educación, hasta el extremo de que la enseñanza primaria, y pública, no solamente es víctima de una desatención gubernamental impropia de tiempos contemporáneos, sino que en la misma se ve clara intencionalidad en que persista este estado de cosas. Tenemos que denunciar, pues, que hay un plan del gobierno de Obiang de impedir el acceso de niños guineanos a la educación en toda la Guinea Ecuatorial

 

Esta preocupación se hace extensiva al ámbito de la enseñanza secundaria, donde los alumnos inscritos son abordados por los miembros de los estamentos armados del entorno del régimen para abandonar los estudios y formar parte de los mismos, y en claro detrimento de una formación académica básica. Este acoso se traslada al raquítico ámbito universitario, donde, por ejemplo, existen inaceptables presiones de los mismos miembros de la familia gobernante para que los procesos académicos se adecúen al aludido proceso idiotizador. Es verdad demostrable que la facultad de Ciencias Políticas ha endurecido sus condiciones de acceso porque es » un foco persistente de subversión». Dicha facultad ha visto disminuida sus recursos humanos. La misma palabra, «política», crea tal incomodidad al mismo presidente Obiang, que ha intervenido personalmente para atajar los peligros y adecuar la formación a sus inicuos intereses. (Los funcionarios de la UNGE recuerdan, pasmados, la vergonzosa reprimenda que les echó Obiang para persuadirles de ser un foco de desestabilización)

 

La desatención que sufre la educación primaria ha sido objeto de preocupación de otros guineanos, que han recogido los testimonios gráficos de la misma, en forma de fotos de estado actual de varias escuelas del todo el ámbito nacional, y también en comentarios que muestran la preocupación por esta intencionalidad oficial. Pero el régimen de Obiang no se echa para atrás, y el proceso de la anulación intelectual de los guineanos se traslada a otros estamentos, que se encargan de la provisión de contenidos que desvíen a las jóvenes generaciones de guineanos de fuentes de información útiles. Así, es bastante conocido el entusiasmo del actual vicepresidente del Gobierno en la organización de concursos de marcado cariz idiotizador, como de borrachos, o de comilones, a los que han seguido la contratación externa de espectáculos musicales mediante ofertas millonarias a raperos foráneos.

 

Este proceso de desviación de la atención de la juventud ha cobrado dimensiones estelares cuando todo el aparato del gobierno se ve involucrado, y que ha tomado forma con la organización repetitiva y escandalosa de concursos de belleza, involucrando en los mismos a jóvenes en proceso de formación, abortados para atender estas exigencias impuestas a contratiempo. Pero el furor del régimen por organizar, ante la menor oportunidad, concursos de belleza encierra deseos, apenas disimulados, de la clase dirigente de disfrutar de los atributos físicos de las encausadas. Hay, por qué ocultarlo, una gran necesidad de ver culos en el régimen de Obiang, un hecho que se confirma con la inesperada inclusión de un grupo numeroso de brasileñas que, traídas con fondos del presupuesto nacional, o de fondos improvisados, y acomodadas en lujosos hoteles, tomaron parte, y a culo descubierto, !en el desfile del día de la independencia! No hay ningún elemento que justifique esta inclusión, salvo las enfermizas inclinaciones de la clase dirigente y la necesidad de inclinar la sensibilidad de la juventud hacia temas baladíes.

 

La incesante labor del régimen de Obiang por eliminar de toda Guinea todo atisbo de educación y de recurso a la razón ocurre ante la indiferencia de los partidos políticos de la oposición, creados para acceder al poder, pero desde los planteamientos antidemocráticos del régimen. Tamaña afirmación se refrenda no solamente porque un grueso de la oposición comulga con los supuestos del régimen, al que se sometieron, alegremente recompensados, sino porque otros partidos, emplazados, algunos, más allá de las fronteras guineanas, muestran tal rechazo mutuo que hace no creíble la idea de que una vez alcanzado el poder se abonarían a la alternancia democrática cuya falta achacan al régimen de Obiang. O sea, la lucha por el poder no ha podido ser enmascarada.

 

Es esta lucha soterrada, a veces abierta, la que ha impedido aunar fuerzas para luchar contra la irracionalidad impuesta por el régimen. Es decir, hay muchos guineanos que en apariencia luchan por la democratización del país que podrían ser culpables de la supervivencia del régimen que creen combatir. Es denunciable que en las condiciones descritas los criterios partidistas supongan un impedimento al aporte de esfuerzos para luchar contra la irracionalidad de la familia de Obiang. Pero hagan lo que hagan los políticos aspirantes a los puestos, la jefatura del Estado, inclusive, deben saber que su inhibición ante la maquinaria corrupta de la dictadura por idiotizar a una generación de guineanos es un hecho que se volverá contra ellos. Y es que se olvidan que Obiang abona el terreno donde sus iniciativas más inicuas serían acogidas con un enfermizo alborozo y de ello hay muestras desalentadoras.

 

Barcelona, 17 de octubre de 2013

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