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BrújulaHacer arte con IA para criticar la IA

Hacer arte con IA para criticar la IA

La inteligencia artificial, anunciada en su día como una herramienta para mitigar el colapso ecológico, encarna una profunda ironía. Por un lado, tiene el poder de optimizar la producción energética, agilizar las redes de distribución y revolucionar nuestra capacidad para gestionar los recursos de forma sostenible. Por otro lado, su brutal demanda energética contribuye precisamente a las crisis ambientales que la IA se supone que debe suavizar. Lejos de ser un salvador neutral, la IA añade otra capa de complejidad a la intrincada red de la influencia humana en el planeta. En el ámbito de la biología sintética, la situación se vuelve aún más complicada. La ingeniería genética, impulsada por la IA, ofrece la tentadora posibilidad de diseñar formas de vida capaces de abordar problemas ambientales: bacterias que consumen contaminantes, plantas que secuestran carbono. Pero la evolución, normalmente ciega y sin guía, no se deja conducir fácilmente por las intenciones humanas. Los errores en este ámbito podrían provocar desequilibrios ecológicos con consecuencias que escapan a nuestra capacidad de predicción o control. Sobre todo este barullo de miedos y posibilidades versa la exposición Move37 que el artista británico Mat Collishaw (Nottingham, 1966) presenta hasta el 31 de mayo en el nuevo espacio Seed 130 de Londres. La muestra consta de 2 grandes trabajos realizados con IA: Aftermaths, una espectacular video-proyección de ocho minutos, a alta resolución, sobre vida mutante y laboratorios en el fondo del mar, y Alluvion, una colección de imágenes botánicas especulativas que, con un clasicismo formal próximo a la pintura vegetal del siglo XVII, simula mutaciones descontroladas entre flores e insectos.

 

Dónde: Seed 130, Londres, Reino Unido

Cuándo: Hasta el 21 de mayo

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