FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SITGES. TERCER DÍA.
Para lavar nuestros pecados, toda la noche llueve en Sitges. Es lo menos que podemos hacer: llevarlos relucientes. Que sean el asombro y la envidia de quienes no los lavan. ¿Será cierto que prohíben para forzarnos a pecar? Eso se dice hoy en Cataluña, que, hace un año, hubiera salido “no” a la independencia y ahora, de tanto prohibir, saldría “sí”.
Nadie lo sabe: la bella duerme todavía en la urna y el príncipe que besará sus labios está pensando afiliarse a Podemos
Igual de eso va la cosa: cambiar el pasaporte o cambiar el país.
Quienes quieren que cambie todo para que nada cambie apuestan por cambiar de pasaporte.
Quienes se inclinan por hacer algo que les sirva igual prefieren transformar el país.
Sitges, lloviendo. Amanece y deja de llover. Ése, el del arco iris, es el pacto con la Divinidad.
Tercer día de Sitges.
‘La distancia’, de S. Caballero.
‘I Origines’, de M. Cahill.
´The Guest’, de A. Wingard.
La distancia es lo que hay de donde estamos a donde quisiéramos llegar. O lo que a ellos les separa de nosotros.
En la extinta Unión Soviética se dedicaron recursos estatales a la investigación de la telekinesia, la telepatía y otros fenómenos ‘paranormales’, que es lo que decían los pensadores rusos: “No hay actitud más acientífica que negar lo que no comprendemos”. Es lo que hace el indígena de una isla perdida: achacar a la magia, porque no ve el proceso, lo que sólo es electricidad.
Hasta qué punto Sergio Caballero, director de ‘La distancia’, ha tenido esto en cuenta, allí no se explicita. Pero ocurre en Siberia. En una central rusa abandonada. Hay telepatía. Teletransportación. Y un circo en la pista de ‘The Stalker’, con tres enanos lúbricos a la caza del Aleph.
El científico austríaco vestido de peto regional y en la cabeza el barro de Lacuesta leyendo a François Auigiéras da la nota folklórica.
Al final, la contundente fuerza de la imagen.
“Si la evidencia científica negase definitivamente sus creencias”, refiere uno de los personajes que se le pregunta al Dalai Lama, “¿usted qué haría?” Tras pensárselo mucho, el Dalai Lama responde: “renunciar a mis creencias”. Y, al científico: “¿Y si una experiencia espiritual se le demostrase irrefutable?” Otra de las protagonistas: “Puedo dejar caer mi móvil mil veces, un millón de veces. Con que sólo una de ellas quedase flotando en el aire bastaría”.
El mensaje implícito es, tal vez, lo que lastra a una entretenida película.
Mientras tanto, a la espera de una demostración en contra o a favor de la existencia de la Divinidad, la Gravedad afecta. Lo que nada sostiene, acaba por caerse.
‘The Guest’. ‘Teorema’ pasado por ‘Virtuosity’, que despierta la complicidad en la figura del justiciero, por muy malo que sea, hoy que nadie hace justicia a nadie.
Domingo. Octubre. 5.
El cielo va cargado. Nubes negras.
O nos ponemos a ello de verdad, o, al terminar el día, la lluvia nos mojará de todas formas.