CAROL.- No me lo creo.
TIAGO.- Que sí, Carol.
CAROL.- ¿Y nadie os vio?
AGAPITO.- Bueno, claro que nos vieron. Yo lo hice para que me vieran. Es que soy un exhibicionista.
CAROL.- ¿Y mientras tanto los actores qué hacían?
TIAGO.- Que no eran actores, era actor.
AGAPITO.- Era uno solo.
TIAGO.- El Brujo.
AGAPITO.- Ese.
TIAGO.- Y un músico, que se llamaba Javier Alejano, y que tocaba muchas y variadas cosas.
Javier Alejano y El Brujo – foto de Jero Morales
CAROL.- ¿Y cómo fue, entonces?
TIAGO.- Ya te hemos contado, echamos carreras entre las columnas, Agapito y yo, mientras papá nos perseguía, y mamá y Finea miraban colgando de una manga de Ceres.
CAROL.- Me refería a cómo fue la función… Pero, ¿de una manga de quién?
AGAPITO.- De Ceres.
TIAGO.- ¿Es que no sabes nada de diosas romanas?
CAROL.- …
TIAGO.- Ceres es la diosa que está sobre la puerta principal de la escena del teatro.
CAROL.- ¿Ceres?
TIAGO.- ¿Sabes que yo duermo en una caja de cereales con papá por culpa de Ceres?
CAROL.- No entiendo… ¿Ella os ha ordenado que durmáis ahí?
TIAGO.- Es la diosa de la agricultura, y es la que le da nombre al cereal.
CAROL.- ¿Eh?
TIAGO.- Realmente no sé si al cereal le llaman así por Ceres, o si es al revés, y a Ceres la llaman así por el cereal.
CAROL.- No entiendo nada.
TIAGO.- Como es la diosa de la agricultura, cuando los romanos se pasaba el rato repartiendo semillas y enseñándoles a plantarlas.
AGAPITO.- Vaya chorradas. Yo soy ateo. Ateo de dioses romanos y de todos los demás dioses que los humanos se inventen.
CAROL.- ¿Y cómo fue la función?
TIAGO.- Bueno, pues se llamaba Iconos o la exploración del destino, y…
CAROL.- ¿CÓMO?
TIAGO.- Iconos o la exploración del destino.
CAROL.- Pero… ¿Y ese título tan poco sugerente?
AGAPITO.- Tú es que no sabes de títulos. A mí me flipa.
CAROL.- Tiago, ¿puedes decirle a Agapito que se largue de este supermercado de una vez?
AGAPITO.- Está visto que no os gusta mi presencia… ¡Pues aquí va a haber Agapito para rato!
CAROL.- ¡Qué tortura!
AGAPITO.- ¡Me voy a echar la siesta, porque cuando me decís esas cosas me cabreo mucho!
Agapito se va volando. Carol y Tiago se quedan mirándole, ella muy feliz y Tiago un poco menos. Desde otro lugar del supermercado llegan Marcelo, Finea y Sabina.
FINEA.- ¿Qué pasa aquí?
SABINA.- ¿Qué le estás contando?
TIAGO.- ¡Nuestro viaje al Festival de Mérida!
FINEA.- Fui yo la que gané.
CAROL.- ¿A qué?
FINEA.- A las carreras de obstáculos entre las columnas del Teatro Romano.
MARCELO.- Eso es mentira.
FINEA.- Vaya, ya habló el listo.
SABINA.- Tiene razón, Finea. Es mentira. No te moviste de la manga de la estatua.
FINEA.- Bueno, ¡era una bromita!
CAROL.- Creo que me he perdido.
MARCELO.- Pues eso, que Tiago y Agapito hicieron carreras de obstáculos entre las columnas y estas dos estaban colgadas de la manga de la estatua que está sobre la puerta principal, mirándoles y escuchando a El Brujo.
TIAGO.- Eso ya se lo he dicho yo.
CAROL.- ¿Y los espectadores os vieron?
TIAGO.- Claro, pero en los festivales de verano están acostumbrados a ver murciélagos por el escenario. En Almagro dice papá que pasaba lo mismo…
MARCELO. – ¿Le has contado también que te enteraste de la historia de Medea, de Edipo, y de Antígona?
CAROL.- Ah, que fueron tres obras en una.
MARCELO.- Bueno, no exactamente.
CAROL.- Con ese título que tiene, Iconos…, no sé de qué puede ir la obra.
MARCELO.- Bueno, es un monólogo de los de El Brujo, en que habla de los mitos griegos que pasan de boca en boca hasta que un autor los pone por escrito y los representa en el teatro.
TIAGO.- Y habla también del destino en la tragedia griega.
CAROL.- ¿Vendrá a Madrid?
MARCELO.- Seguro que sí.
TIAGO.- ¿Cuándo? ¿Podremos ir de nuevo? Es que no me he enterado bien de lo del destino.
FINEA.- Yo con una vez ya he tenido bastante.
TIAGO.- Pero yo no.
MARCELO.- Iremos.
TIAGO.- Papá, si mi vida fuera una tragedia, ¿podría pedirme ser Antígona?
MARCELO.- Vamos, Tiago, cuéntale la otra que vimos.
SABINA.- La otra me gustó a mí, porque al hablar de los romanos, nos contaba la política actual.
CAROL.- ¿Qué era?
MARCELO.- Coriolano, después de William Shakespeare, de Producciones Inconstantes.
TIAGO.- Está adaptada por Jorge Muñoz y Emilio del Valle, y dirigida por este último.
FINEA.- Y salen cinco intérpretes, Gonzalo Hermoso, Jorge Muñoz, Lidia Palazuelos, Luna Mayo y Soledad Vidal, y la penúltima toca el chelo y la última canta canciones de ópera.
CAROL.- ¿Es una ópera?
MARCELO.- No, es una de Shakespeare con fragmentos musicales.
FINEA.- En El murciélago fingido también va a haber fragmentos musicales.
SABINA.- Yo ahora quiero tocar el chelo en El murciélago fingido.
MARCELO.- Si no sabes ni tocar el pandero, Sabina.
SABINA.- Eres un envidioso.
TIAGO.- Era una obra sobre política, democracia, y esas cosas que luego papá me tuvo que explicar. Pero creo que me enteré muy bien de todo, aunque la veré en Madrid de nuevo por si acaso.
CAROL.- ¿Cuándo?
TIAGO.- Pues en agosto, desde el día 14 en el Bellas Artes.
CAROL.- Iré contigo.
TIAGO.- Papá, ¿tú crees que la política es un asco?
FINEA.- ¿Os he dicho ya que ahora quiero hacer la segunda parte de El murciélago fingido a modo de tragedia griega? Porque en una tragedia griega el destino tiene el poder.
TIAGO.- El poder lo tienen los políticos.
SABINA.- El poder lo tiene el pueblo, os lo digo yo que soy una murciélaga portuguesa. “Grandola, Vila Morena…”
Sabina se pone a cantar. Tiago se queda pensando qué será eso que canta. Marcelo se va a hacer los honores a la diosa Ceres, porque es la hora de la siesta.
(¿Por qué Tiago se lleva tan bien con Agapito? ¿Qué significará que Sabina cante esa canción en ese momento? ¿Cuántos murciélagos viven ya en el supermercado? Para saber todo lo que pasa en este terrible supermercado y algunas cosas fuera de él, pulsar aquí.)
@nico_guau
Gonzalo Hermoso es Coriolano en Coriolano, después de William Shakespeare
