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Horror en el supermercado LXV – Maniquís

Sábado por la tarde. Plena hora de la siesta. Hace calor. Carol está bajo el chorro del aire acondicionado, en el pasillo de la fruta. Marcelo, que, para el que no lo recuerde, es un murciélago, revolotea alrededor de ella. Se posa sobre los melocotones.

CAROL.- Ya te he dicho que no te pongas en la fruta.

MARCELO.- ¿Y dónde me pongo entonces?

CAROL.- Pues te cuelgas de cabeza debajo de cualquier sitio…

MARCELO.- Qué más da…

CAROL.- No, no da igual, es por higiene.

MARCELO.- ¡Pero si desde que vivo en la ciudad me lavo a menudo! ¡Me lavé en abril!

CAROL.- Muy bien, pero quítate de ahí.

MARCELO.- Vale, pero si te hago caso me escuchas media hora más.

CAROL.- Qué suplicio.

Marcelo vuela hacia la etiqueta de los melocotones, que está colgada sobre ellos, se cuelga boca abajo, y empieza a hablar.

MARCELO.- Pues sí, y luego entre los maniquís de las butacas de la sala roja había algunos ramos de plantas, pero no sé si eran de plástico porque no me pude acercar.

CAROL.- ¿Y eran maniquís de hombres o de mujeres, o unisex?

MARCELO.- No sé, yo estaba colgado del techo de la roja, eso está lejísimos de las butacas.

CAROL.- ¿Y qué significado tiene eso de los maniquís?

Blanca Li y sus maniquís

Blanca Li (en primer término) y detrás El regreso – Foto de Lalo Cortés

MARCELO.- No sé. Es una instalación de Blanca Li que se llama El regreso. Llevaban bozal. Y camiseta de Teatros del Canal. Eran un público silencioso. ¿Sabes cuando los actores dicen “el público parecía pintado”? Pues ahora podrán decir que “el público parecía de maniquís con bozal”. ¿Te imaginas si aquí en el súper, en las cajas, entre cliente y cliente, ponéis maniquís con bozal y con la camiseta del supermercado? O aquí mismo, cogiendo la fruta. Si el aforo del supermercado se reduce a un tercio, podéis poner los otros dos tercios con maniquís, pero estaría bien que unos llevaran un carrito de la compra, otros una bolsa, otros estuvieran cogiendo melocotones, otros seleccionando el papel higiénico más suave, otros…

CAROL.- Vale, que sí, que te he entendido…

MARCELO.- Y en el metro también podrían poner maniquís, con bozal y la camiseta de “metro vuela”, y en las iglesias, maniquís rezando, y en los parques, maniquís de niños jugando en los columpios, y en los colegios, maniquís de niños sentados en las aulas, y maniquís de profesores escribiendo en la pizarra, y…

CAROL.- Cállate ya, es asqueroso.

MARCELO. ¿Y si ahora les da por llenar todo con maniquís? Toda una ciudad de maniquís.

CAROL.- Es diabólico. Es desagradable… Parece de película de terror. Lo deberían advertir al comprar las entradas, que en las butacas habrá maniquís, que te puede tocar un maniquí al lado. ¿Y cuánto ha costado lo de los maniquís?

MARCELO.- No sé, pero luego te quito el ordenador y lo investigo.

CAROL.- ¿Mañana qué ves en Madrid en Danza?

MARCELO.- A Olga Pericet.

Un cuerpo infinito de Olga Pericet

CAROL.- ¿Y si estás viendo a Olga Pericet y el maniquí que tienes a lado de repente se rasca un ojo?

MARCELO.- ¿Y si se pone a toser?

CAROL.- ¿Y si te dice algo al oído, “esta ya la he visto”, por ejemplo?

MARCELO.- ¿Y si en los plausos se pone a aplaudir como loco?

CAROL.- ¿Y si le suena el móvil?

MARCELO.- No, mejor, ¿y si de repente te toca una pierna, te empieza a meter mano y…?

CAROL.- ¡Aaah! ¡Qué asco! ¡Qué desagradable! (Sale corriendo.)

MARCELO.- ¿A dónde vas?

(¿Descubrirán el significado de los maniquís antes de que acabe el estado de alarma? ¿Acabarán poniendo maniquís por doquier en todas partes? ¿Los de Teatros del Canal, serán maniquís de hombre, de mujer, o unisex? Para saber todo lo que pasa en este terrible supermercado, pulsar aquí.)

@nico_guau

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