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Mientras tantoHorror en el supermercado XXXIV - Lo que me faltaba

Horror en el supermercado XXXIV – Lo que me faltaba


 

Jueves por la mañana. Carol persigue a Manoli por todo supermercado con una nariz de payaso en una mano y una silla en la otra.

 

MANOLI.- ¡Lo que me faltaba!

 

CAROL.- Es que siempre quise ser payasa.

 

MANOLI.- ¡Si payasa ya eres!

 

CAROL.- ¡No recurras al tópico, Manoli! Me refiero a payasa de profesión. A ganarme la vida siendo payasa. A ganarme la vida haciendo reír.

 

MANOLI.- Que dejes de seguirme.

 

CAROL.- Es que necesito que te rías.

 

MANOLI.- ¡Pero si eres la persona menos graciosa que conozco!

 

CAROL.- ¡Ríete un poco! ¡Por favor!

 

MANOLI.- ¿Cómo que quisiste ser payasa? ¡Ayer dijiste que trapecista! ¡Anteayer funambulista!

 

CAROL.- Claro, todo de circo. ¡Si hasta quise vender las entradas en un circo! Anda, mírame un poco y ríete, por favor… Quiero hacerte un número de payasa antes de que veamos Rhumans en la Abadía.

 

MANOLI.- ¿Qué?

 

CAROL.- Rhumans, de la compañía Rhum & Cía, qu ahora están en la Abadía. A ver, Manoli, no pongas esa cara cuando te hablo de cosas de circo. Hay que reivindicar los espectáculos de circo. Si no lo hacemos tú y yo, aquí, desde nuestra base de operaciones, que es este supermercado, ¿quién lo va a hacer? Y sobre todo, ¡hay que reivindicar la figura del payaso! Tú misma piensas que soy una payasa porque me consideras idiota. Estás dando mal uso a la palabra, a una profesión tan bonita…

 

Manoli para de huir y se gira hacia Carol. Carol se para y deja la silla en el suelo.

 

MANOLI.- Ya, en eso tienes razón… Creo que eres bastante idiota.

 

CAROL.- ¿Lo ves?

 

MANOLI.- A ver, anteayer te caíste al suelo tratando de caminar sobre un alambre. Ayer estabas dispuesta a balancearte en un trapecio después de untarte las manos con harina para rebozados, y si no llega a ser por mí te hubieras ‘escorromoñao’ contra la estantería de los detergentes. ¿Qué quieres que piense?

 

CAROL.- Justo es eso, Manoli. Es que el payaso vive al límite. Al payaso le gusta el riesgo. El payaso come cuando tiene hambre. El payaso es libre. El payaso tiene alas y las utiliza. El payaso se mira se mira al espejo y saca lo mejor y lo peor de sí mismo y te lo cuenta, a veces incluso te lo cuenta sin palabras, solo con una mirada.

 

MANOLI.- Deja de ponerte moñas y hazme el numerito ya, que tendremos que ir a las cajas…

 

CAROL.- Gracias, Manoli. Te voy a hacer el número de la silla. Es un número muy conocido. Igual lo conoces…

 

MANOLI.- Venga, al grano.

 

CAROL.- ¿Te vas a reír?

 

MANOLI.- Sí.

 

CAROL.- ¿Me lo prometes?

 

MANOLI.- Que sí…

 

Carol la mira, se pone la nariz de payaso. Mira a la silla. Vuelve a mirar a Manoli. Otra vez a la silla. Levanta un pie. Lo pone en el borde de la silla. Intenta ponerse de pie sobre la silla pero como ha puesto el pie en el borde, se ‘escorromoña’ de boca contra el suelo. Manoli mira al cielo con cara de «¿qué he hecho yo para merece esto?» y tal como había prometido a Carol, se ríe, y se acerca a levantarla del suelo y comprobar si sigue teniendo todos los dientes en su sitio.

 

Oscuro.

 

(¿Sobrevivirá Carol a esta semana tan circense? Para saber todo lo que pasa en este terrible supermercado, pulsar aquí.)

 

@nico_guau

 

Rhumans de Rhum & Cía y Jordi Aspa
con Joan Arqué, Roger Julià, Piero Steiner, Pep Pascual, Mauro Paganini
Dirección: Jordi Aspa
En el Teatro de la Abadía hasta el 19 de mayo de 2019

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