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Mientras tantoIgnacio Pajón, editor dramaturgo I

Ignacio Pajón, editor dramaturgo I


 

‘Si no puedes ir al teatro, léelo’, nos dijo un pajarito…

Y para leerlo, qué mejor que acudir al Salón del Libro Teatral para conocer ese mundo.

Si en el Gallinero ya hablamos con una actriz-librera  y una escenógrafa-librera…  ahora nos hemos encontrado con un dramaturgo-editor.

Es Ignacio Pajón, responsable junto a Concha López Piña e Isaac Juncos de Ediciones Antígona, en este momento seguramente la editorial más activa en la publicación teatro, con un catálogo de autores tan dispares como Gil Vicente, Lope de Vega, Fernando Arrabal, Juan Carlos Rubio o Miguel del Arco.

 

¿Cómo echó a andar vuestra editorial?

Empezamos en 2006, con la idea de especializarnos fundamentalmente en teatro y filosofía. Los tres socios procedíamos de esos ámbitos, y pensamos que era una línea que nos permitía aplicar nuestros conocimientos en edición, y al mismo tiempo un hueco importante en el ámbito editorial español.

Poco a poco, nos fuimos dando cuenta de que hacíamos más falta en teatro que en filosofía, pues en esta hay otras editoriales que cubren el espectro que nosotros queríamos cubrir. Mantenemos la línea de filosofía, pero es secundaria, y nos hemos centrado en teatro. Hay muy poquitas editoriales que tengan un fondo de teatro, y casi ninguna que lo mantenga como su principal colección. Desde entonces lo tenemos muy claro. También en el nombre: ‘ediciones Antígona’.

 

 

Cuéntanos un poco más sobre ese cambio de la balanza hacia el teatro.

Pues parece al principio una cosa muy arriesgada. Piensas que no puede salir bien: publicar teatro, el género literario que menos lectores tiene, en una sociedad como la nuestra, que no está acostumbrada a hacer esfuerzos… Pero al final, lo que piensas es: si no hay casi nada más en el mundo editorial que se dedique al teatro, será por algo.

Todo el mundo nos dijo: ‘no puede funcionar, os va a salir mal, esto se tiene que caer’. Y luego ha funcionado muy bien. Simplemente cambiando un poquito algunos detalles de cómo se orienta la publicación teatral, todo ha sido diferente: cuidando materiales, maquetación, corrección de erratas, presentación del texto, diseño, cubiertas… Haciendo justo lo que normalmente no se ha hecho con los libros de teatro, acaban teniendo mucho más mercado.

 

¿Teníais algún modelo en la cabeza?

Más que modelo de la línea de teatro, queremos hacer lo que propone la editorial Acantilado con la narrativa.

 

¿Qué tiradas de ejemplares publicáis?

Depende. Sabemos que existe menos público objetivo respecto a una novela o un ensayo de no ficción que tenga un tema de actualidad candente. Así que tenemos que hacer siempre tiradas más o menos cortas, contenidas. Hemos probado varias cosas, hasta que hemos encontrado el punto adecuado. Con el mundo digital actual, se pueden hacer tiradas bastante cortas, en torno a 300 ejemplares, y a medida que se venden, reimprimir con mucha velocidad. Está funcionando muy bien.

 

Con la evolución de la editorial, ¿ha cambiado el tipo de autores que publicáis?

Hemos crecido mucho casi sin darnos cuenta. En un primer momento, éramos una plataforma que intentaba dar el espacio que al autor de teatro español contemporáneo se le estaba negando dentro del mundo editorial. Y aunque pensábamos en tener un espectro de autores bastante amplio, jóvenes y veteranos, siempre pensábamos en los que normalmente no están muy en el candelero.

Pero la colección creció, los textos de calidad fueron llamando a otros textos de calidad, y en muy poco tiempo nos hemos hecho con prácticamente… ¡todos los autores! Estamos asombrados con los textos que nos llegan. De publicar a autores de mucha calidad pero poco reconocimiento, hemos pasado a publicar también a los de muchísima calidad y muchísimo reconocimiento.

 

¿Cómo gestionáis la selección? ¿Habláis con los autores? ¿Buscáis vosotros mismos nuevos textos?

A eso me dedico yo, a la construcción de la línea editorial. Hay que mantener un contacto constante con los autores, saber qué están escribiendo, preguntarles por textos inéditos, qué tienen previsto hacer con ellos…

También llegan muchos textos no solicitados. Es asombroso la cantidad de teatro que se escribe. Además, nos dedicamos a leer y entresacar lo que vemos que tiene mayor calidad y encaja con nuestra línea. En los últimos años, también algún autor de mucho prestigio nos manda una obra para que se la editemos.

 

¿Esa consolidación ha tenido que ver con estar atentos a la cartelera?

Eso es fundamental. Hay que tener muy presente qué es lo que se está representando. Una de las socias de la editorial (Concha López Piña) va prácticamente todos los días al teatro.

Y además, hay que estar atentos a lo que no se estrena. Tenemos un gran número de autores de mucha calidad ahora mismo en España, pero no todos encuentran la misma facilidad para llegar a la escena. Quizá desde la editorial también podemos poner nuestro granito de arena para que alguno de ellos pueda tener mayores posibilidades de ser representado.

 

¿Y estáis atentos al público, a los éxitos de taquilla?

Por supuesto. Hay que tener muy en cuenta los gustos del público y saber de su diversidad. Existen muchos públicos, y lo que demandan es muy variado. No solamente comedia, o musical, o drama. Hay que estar presente en todos los círculos teatrales, ver todo tipo de estrenos, y reconocer qué es lo que puede funcionar. Algunos textos son especialmente adecuados para libro. No todos funcionan igual una vez publicados. También eso hay que tenerlo en cuenta, saber si ese texto se deja leer con facilidad, si tiene valores literarios, calidad…

 

 

Eso quizá os permite tener un efecto muy interesante a nivel económico: vender libros de un gran autor que tiene repercusión comercial… te permite publicar otro tipo de textos, ¿no?

Sí. Algunos textos tiran de la colección hacia arriba, y nos permiten luego un mayor riesgo al embarcarnos en otros proyectos que a priori son muy meritorios pero que no sabemos cómo van a funcionar. Que haya textos que salgan a la luz sin tener en cuenta la rentabilidad es extremadamente satisfactorio y muy positivo para el panorama literario de teatro en España.

 

¿Estáis abriendo las puertas a textos contemporáneos extranjeros?

Estamos empezando. Hemos publicado un par de textos de Portugal, estamos con un proyecto de Holanda, otro de Turquía, y poquito a poco lo queremos ampliar a todo el ámbito europeo.

Por otro lado, no somos especialistas en clásicos, pero ya hemos ido incluyendo algunos, tanto españoles como extranjeros, para que la colección se base en la calidad literaria y esté abierta a todas las posibilidades.

Nuestra previsión es que, cuando tengamos un cuerpo mayor de colección, abramos series específicas dentro de ella.

 

Para dar a conocer la colección, seguramente ayudará la publicación de un clásico vivo como Fernando Arrabal. ¿Cómo se hace para publicar a Arrabal hoy en día?

Arrabal es un autor muy peculiar, magnífico, con una enorme carrera y que sigue en activo. Hemos tenido la tremenda suerte de que nos mande su última obra, El impromptu tórrido del Kremlin, un texto brillante, extremadamente bien documentado, y divertidísimo, que según lo leíamos no podíamos parar de reír. Teníamos que publicarlo.

Arrabal vive en París, por lo que hay que mantener el contacto con él a distancia. Eso es un desafío sabiendo quién es y cómo es. Por eso, cada mail de Arrabal es una joya literaria, pero al mismo tiempo supone para nosotros una novedad en el trato con el autor. Ha sido muy divertido trabajar con él.

 

En la tercera edición, que seguro que llega pronto, ¡incluid los mails al final, como postfacio o algo así, que querremos leerlo todos!

 

(Continua aquí…)

 

Vera Yobardé

@verayobarde


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