Ciudad extraña
Ciudad extraña...
algo hay en ti que
a la aridez de la verdad nos lleva.
(Rosalía de Castro)
TALKING OF MICHELANGELO
Sobre la calle fría de la mañana
espera ya el dolor,
cotidiana es la muerte
y un aire barre lento tus palabras
como plumas de un ala
rotas sobre el asfalto.
Despierto está tu afán
que sin embargo sabes
a espaldas de tu sueño.
Imágenes, destellos,
figuras que traspasan,
ilusión que se afirma,
sombras que mueve el sol :
¿ vida ? - La hora
es breve. Alerta un ansia
fría cada paso. Cada sonrisa
leve oculta otra pasión.
Nadie entraña un anhelo.
Estos no van y vienen
talking of Michelangelo.
Tiempo es desilusión.
Transparente cristal,
duro de transparencia.
Y todo puede verse en un alba
de mayo : la rapidez, la precisión,
el gesto útil, la nítida eficiencia,
la solidez, el fracaso diario
de cualquier duelo,
la distinta tensión. No existe
el tiempo. Ni el alma se conoce.
Ni necesarios son. Los ojos,
sólo los ojos. Los ojos sólo
ven las miradas. Los ojos sólo
miran la atención. Los ojos
sólo atienden el vacío. Los ojos
están vacíos. Una manchita roja
en el asfalto. El aire limpio.
Las ventanas ciegan. Nadie
oye. ¿ Puede decirse nadie ?
Estos no van y vienen
talking of Michelangelo.
La noche está cortada
a la medida. Espera a cualquier hora
en las vitrinas. Mira.
El silencio es exacto.
No hay dudas. Toda la acción
de un cuerpo se proyecta sobre
su propia ausencia. Alma es
simulación. La perfección
del espanto. ¿ Qué has de sentir ?
Nada puede tu vuelo.
Has de aceptar
la herida de la noche.
Es eterna. Y es tuya.
Queda sólo el dolor.
La angustia es compañera
y no hay distancia a la muerte.
En ella somos. En ella estamos.
Lejos no se oye el mar.
Estos no van y vienen
talking of Michelangelo.
LA LUNA CAMBIA DE JARDÍN René Char
En la serenidad, verde
presencia, ocultas
el venero de tu ser.
Eres la inocencia solar,
el ojo de la noche.
Las estrellas desconfían de tu canto.
Qué saben ellas de transparencia.
Hace tiempo que no tienes corazón. Tu imperio es el olvido.
Vienes como una roca blanca a desnudar los sueños.
La vida es ese instante que diluye tu luz.
En la nada te ofreces.
Cambias de soledad como de tiempo el mundo.
Sólo tu mirada permanece.
Miras el agua del pensamiento, la raíz del fuego,
la insólita pasión, la sílaba en cenizas,
la sed, la sombra, el suspiro, el silencio.
El alma reconoce otro vuelo en tu mirar.
Entonces brota en ella el recuerdo.
Pequeño sol de la mente, ojo del tiempo.
la confianza inventa sus estrellas.
Pupila estremecida, busca para su instante un corazón.
Corónalo de dicha.
Cal desnuda que despierta a la muerte,
dile que la vida es la otra cara, tu oculta transparencia.
Amar es olvidarse.
Cambia la soledad la memoria del mundo.
Sólo tu mirada permanece.
En la serenidad, verde
presencia, un camino
de luna atraviesa el jardín.
VOZ DE BOMARZO
Selber ein Fels sein.
(Günter Kunert)
Ser uno mismo una roca.
En Parco dei Monstri. En las frondas
de yedra. En los mantos de líquenes,
en las garras del sol. Y allí perdido
soñar sombra de nombres. Saber
que en el humus se oculta
nuestra historia, nuestra deformación
es hondo olvido, nuestra extraña
memoria raigambre de la sed.
Ver que hay otra voz que sostiene
la vida, varada en el silencio,
trenzada en el pavor,
que recorre y relumbra
las venas de la tierra,
los latidos del monte,
los abismos del mar.
Que somos quimeras
de esa lumbre,
noche gris que despierta
en auroras del tiempo.
Somos el liquen de las horas,
el aliento del musgo,
el peso de la brizna,
el rostro del espacio.
Oímos nuestra propia tristeza
y una sola verdad
nos respira por dentro. Otros
la llaman luz, alguien la muerte.
De nuestra soledad sabemos sólo
que invade nuestro ser,
como un agua o la brisa.
Somos también la solidez
de un nombre. Por ejemplo: Bomarzo.
PEQUEÑA NADA
1
Ahora que el corazón
rueda en la noche
polvoriento de estrellas
tal vez
puedas decir
si es tuyo el sueño
o si acaso
otra voz
late olvidada
en el oscuro viento
de tu nombre.
2
En la onda-negra-llama de la noche
bebes la tersa imagen,
doblegada ceniza
en la ternura
del rostro de tu sed,
el sueño de tu impulso,
la pereza del tiempo.
En los ojos
del miedo despiertas tú,
insomne, recordado
en el distinto
espejo de otra frente.
La mueca del silencio
destruye la mirada
en el corazón,
alguien muda en tu oído
las palabras
ajenas a tu cuerpo.
Es el humo del llanto
quien revela,
cercana a tu tristeza,
una pasión sin nombre,
ésa es tu sangre atada,
el ciego azar
que te infunde y te llama
a la aurora del tiempo.
¿Sabes volver a ti,
al hilo de tu encanto,
a la esquirla de sombra,
a eso que llamas sol
y es acaso la muerte,
dura, pequeña nada,
espina de tu viento?
Eso es pues tu canción,
espacio y lumbre,
un respirar de estrellas,
un viejo corazón
loco de olvido.
José Luis Reina Palazón(Puebla de Cazalla, Sevilla,1947)
Entre sus siete libros de poesía destaca la trilogía: Exotarium I: La soledad del día (Editorial Alfar, Sevilla) y Exotarium II: Cuerpo Inseguro, Exotarium III: Antes del olvido (Ediciones Calima Palma de Mallorca-Madrid). Ha editado poemas en revistas rusas, italianas, holandesas, alemanas, francesas, israelíes, norte y sudamericanas etc. y participa en festivales internacionales de poesía.
Ha realizado traducciones de Goethe, Trakl, Celan, Benn, Else Lasker-Schüler, Enzensberger, Kunert, Grünbein, Sarah Kirsch, Sachs, Ajmátova, Tsvietáieva y Pasternak.
Ha sido galardonado, entre otros, con el Premio del Ministerio Español de Cultura por la Obra de Trakl en 1989 y por la obra completa de Celan en el año 2000, así como con el Premio de Traducción Fundación Goethe en 2004. En 2007 se le concedió el Premio Nacional de Traducción por el conjunto de su trayectoria.