Uno hubiera pensado que si existe en el mundo oficios susceptibles de ser sustituidos por máquinas podrían ser los de periodista, artificiero o incluso el de camarero. Algo más artesanal como la elección de obras que componen una exposición cultural, algo como el trabajo de un comisario de exposiciones, queda fuera de dudas que pertenece y pertenecerá al ámbito de los humanos. ¿Y si no fuera así? ¿Y si un programa pudiera elegir cuadros, fotografías o esculturas? Está pasando. La Maison Rouge de París expone su colección en el orden fijado por un programa informático y para ver el resultado sólo hay que acudir a ver la muestra titulada Le mur.