Primera jornada gastrosófica
Título: Primum víveres.
Primer plato: El Ser y la Nata.
Segundo plato: El muslo como voluntad y representación o La crítica del rodicio (A elegir).
Postre: en el Bar:Thes (franceses) y otras confusiones.
Segunda jornada gastrosófica
Título: La crítica de la sazón pura, o Menú de kantina.
Primer plato: Sopa Campbell à la Danto con trozos de Kant duro.
Segundo plato: Espinacas Spinoza o Coles de Bruselas ‘col de Man’.
Postre: Cocus solus o trocitos de chocolatina espectros de Mars y chupito infraleve.
Otras opciones:
—Lacan con grelos, acompañado con vino peleón Bataille.
—Menú Deleuze: Mil pesetas (con postre especial: arroz con Nietzsche).
—Sesión cañí (para chuparse los sesos):
—Revueltos y Masas del maestro Ortega.
—Degustación asturiana: menú Gustavo Bueno, y con fundamento: fauves con almejas.
—Sobremesa: tila. Para el sentimiento gástrico de la vida.
Tercera jornada gastrosófica
Título: Martin Heidgger. Cocer y tiempo.
Primer plato: Pesar, consumir, aliñar. De camino al haba.
Segundo plato: ¿Y para qué panceta?: cominos de bosque.
(En Kai) Pan y vino suavón (fermentos de Hölderlin).
Reservas con antelación, cocina y comedor limitados en nuestra cabaña.
Cuarta jornada gastrosófica
Título: Más allá de la miel y del pan. F. Nietzsche o: el hambre es un destino que debe ser superado.
Primer plato: El bogavante y su sombra.
Segundo plato: Ecce lomo.
Postre: para los niños (divinos), hay polo.
Precio: La voluntad, de poner.
Se puede repetir.
Durante la jornada, nuestro experto en nutrición dará una charla sobre la utilidad y los inconvenientes de la chistorra para la vida.
Quinta jornada gastrosófica
Título: El espacio culinario de Maurice Blanchot.
Primer plato: La fritura, qué desastre.
Segundo plato: L’arroz de mort o Gulasch, el oscuro.
Bebida: Foucault (con soda, tal como yo lo imagino). Un vaso, no más allá.
Postre: El crocanti de mi muerte.
Nota: Lamentablemente, el homenajeado no se presentará. No sabemos si por la calidad, inconfesable, de las jornadas.
Aminadab tampoco parecía.
Sexta jornada gastrosófica
Título: Gastrosofía en la Antigüedad y el Clasicismo: El Banquete, o el hombre es un lomo para el hombre.
Aperitivo: Fragmentos salteados pre-socráticos, acompañados de un spritz (apeiron con Prosoponsecco) y Agua de Tales.
Dieta pitagórica: Esferificaciones, básicas e inversas.
Dieta cínica: Pienso (¿o es pisto?).
Dieta heraclítea: Llama (de amor viva).
Dieta estoica: Para aguantar el tipo.
Dieta epicúrea: De rerum natura. Esto es: verduras y ensalada de nuestra huerta.
Primer plato: Gui tierno de Oca con Bacon.
Segundo plato: ¿Boquerones o bocartes? La duda hiperbólica.
Invitado de honor: el sopista. Durante las jornadas, se presentará el libro Las memorias de Adrià.
Séptima jornada gastrosófica. Final
Sesión: Ludwig Wittgenstein. “De lo que no se puede hablar, mejor es cuajar”.
Aquí todo se reduce a juegos de lenguado.
En la elaboración de estas jornadas participaron los pinches Paco Bononad, Chema Cobo, Miguel Ángel Hernández Navarro y, especialmente, Mariano de Santa Ana.
Alberto Ruiz de Samaniego es, además de cocinero, profesor titular de Estética y teoría de las artes de la Universidad de Vigo. Crítico cultural y comisario de exposiciones, ha sido director de la Fundación Luis Seoane de La Coruña. Ha publicado, entre otros, los libros Maurice Blanchot: una estética de lo neutro, Apuntes sobre algunas poéticas del inmovilismo y Paisaje fotográfico. Entre Dios y la fotografía. En FronteraD ha publicado, entre otros, Lo destruido y la espera. Notas sobre el cine de Béla Tarr, Holy Morts. Notas a partir de ‘Holy Motors’, de Léos Carax y Chris Marker (1921-2012: El tiempo de una imagen)