«Francisco Bens fue completamente ignorado, incluso fue apartado de sus funciones, porque su solvencia y fuerza evidenciaban los fallos de los demás. Ahora creo que ha llegado el momento de valorar su figura y ser un ejemplo de liderazgo». Lo asegura José Egea Gutiérrez-Cortines, productor audiovisual e ingeniero de sonido además de director de Horizon Media con más de 180 proyectos audiovisuales en su trayectoria de la mano de directores como Mario Camus, Carlos Saura, Roberto Bodegas, Antonio Mercero o Javier Fesser y que ahora debuta en la literatura con El Capitán Bens, la historia de un soldado, nacido en La Habana y curtido a golpe de machete que, tras perderlo todo, unió el desierto del Sáhara bajo bandera española sin disparar un solo cartucho. Bens se adelantó a su tiempo y es el paradigma del héroe que, cual ave fénix, resurge de sus cenizas: «Conforme buceas en acontecimientos de la historia de España compruebas que muchos héroes quedan fuera de los libros y, como es el caso de Bens, mueren en el olvido. Tal vez sea el destino del héroe en nuestro país, como fueron Quevedo o el propio Cervantes». Bens es un personaje más que extraordinario en una España siempre plena de acontecimientos extraordinarios. Su vida daría para varias novelas y películas, pero sigue siendo un desconocido. Ahora, uniendo historia y literatura, Egea nos acerca al militar que organizó la llegada de España al Sáhara. Un trabajo el de Bens pacífico, sin faltarle firmeza, y con unas grandes dotes diplomáticas.
Este héroe enterrado por la historia protagoniza El capitán Bens, «un homenaje a los servidores públicos, sean militares o civiles, que con su trabajo honrado engrandecen una nación». Una novela que no dejará indiferente porque si cada libro tiene tantas historias como gente que lo ha leído, ya que la experiencia de vida de cada cual es diferente, Egea explica esas diferentes miradas a través de un genio como Kubrick «que no hacía pelis para llevar a las personas a conclusiones sino para generar debate». La época de Bens era aquella en la que gente respondía a sus acciones y sus palabras, un tiempo y un lugar en los que la palabra tenían un valor. Con la recuperación de la figura de Bens seguimos creyendo en el ser humano valorando su historia porque el hombre es fundamentalmente memoria y como decía Arquíloco, «mira como al hombre olas llevan y olas traen…».
¿Por qué se decide a escribir esta novela? ¿Y por qué dedicada a Francisco Bens? Por cierto, ¿dónde la encuadramos: novela histórica, de aventuras…?
La primera buena y en la frente. Este es un debate amplio que hemos tenido porque creo que novela histórica restringe mucho. La grandeza del personaje de Francisco Bens va más allá de la mera novela de aventuras, e incluso histórica. Más que dar información sobre un periodo de la historia y desarrollar un documento académico, me parecía mucho más relevante la figura del propio Bens, que resume el viaje del héroe descrito por Joseph Campbell: una persona que no sólo vence la dificultad a la que se enfrenta sino que se supera a sí mismo, naciendo una nueva persona. Para mí Bens constituye más que el paradigma del militar conquistador, un ejemplo de servidor público entregado y comprometido, cuyo valor principal es la palabra y la honradez. El hecho de que sea militar creo que es circunstancial. De hecho su gran logro son sus batallas y logros militares, pero más todavía los que consiguió mediante el uso de la diplomacia y la paz. Pero, posiblemente, no podríamos entender su figura si obviamos el drama y los conflictos anteriores.
En España Francisco Bens es apenas conocido, pero en el Sáhara fue una leyenda. Fue el hombre que organizó la llegada de España al Sáhara. Hábleme de él.
Francisco Bens nació en la Habana en el seno de una familia humilde, con 15 hermanos, que hizo sus estudios en la Academia Militar de allí. A partir de aquí, su vida estuvo inmersa en multitud de conflictos, incluyendo los primeros que ocurrieron en Marruecos. Como su hoja de servicios indica a partir de aquí volvió a Cuba, donde estuvo en algunas de las batallas más duras, y en primera línea de combate. Tras la independencia de Cuba regresó… A partir de aquí podríamos tener la figura de alguien que ha sucumbido y abandonado la vida. Pero contrariamente a esto es nombrado gobernador del Sáhara, a partir de lo cual, como el ave fénix que resurge de sus cenizas, Bens durante casi 20 años unifica todas las tribus del Sáhara que terminan por reclamar la nacionalidad española para sí mismas. Esto, además, lo hace con muy poco recursos y apoyándose en las mujeres del Sáhara, que forman para él una muy eficaz red de información. Por esta razón Bens es un ejemplo del liderazgo y diplomacia y, además, una figura que no es del pasado, sino que nos propone valores para el futuro.
Toda una zona estratégica como Villa Bens tomó el nombre del capitán al tomar posesión de Cabo Juby. En la novela nos describe su cara más estratégica y sus artes diplomáticas…
En el ámbito de la estrategia militar se considera que la mejor guerra es aquella en la cual se logró la victoria sin librar ninguna batalla. Esto no quiere decir que haya que renunciar a un ejército y mucho menos que éste tenga que carecer de medios técnicos y humanos. Por el contrario, el ejército tiene una importancia fundamental para el sostenimiento de la paz como medio disuasorio. Esto lo sabía bien Bens cuya diplomacia estaba basada en soluciones adaptadas a las formas y cultura local, pero apoyado por una fuerza cuya función era disuasoria. Un segundo elemento esencial para esta labor diplomática fue el desarrollo de una efectiva red de información con el apoyo de las mujeres saharauis como te contaba anteriormente.
A Bens se le define como una versión española de Lawrence de Arabia mejorada. Consiguió sin pegar un solo tiro lo que otros asaltan violentamente, lo que convierte a Bens en un colonizador absolutamente excepcional. Sustituyó las armas por las palabras y la diplomacia que usó con inteligencia y astucia. ¿Exagero?
No creo que exageres en absoluto. Y dices bien: mejorada. TH Lawrence creo que es un militar valiente y de grandes dotes tácticas, pero que nunca estuvo destinado a gobernar y, posiblemente, nunca hubiera podido hacerlo. Es mucho más fácil exacerbar sentimientos nacionalistas, que es lo que finalmente hicieron los británicos, que gobernar y hacerlo en una zona tribal, donde sus habitantes cubrían sus manos con una tela cuando la estrechaban con un cristiano, un nasarani como ellos decían. Muchas de las tribus entonces, incluso, asumieron la nacionalidad española como propia, sin ser en absoluto obligados a ello. Esto es mucho más de lo que consiguió Lawrence y ninguno de los grandes héroes de la historia británica. Pero Lawrence sí contó con apoyo, con una narrativa y el desarrollo de una épica alrededor de las victorias logradas, junto con un país que valora a sus héroes.
Bens llegaba a acuerdos de forma natural, a modo de intercambio productivo, por ejemplo: todo el que quiera dar de beber a su ganado tenía que traer una piedra y dedicar un día de trabajo a construir el zoco. ¿Es así?
Esto es así. Bens hizo entender al pueblo saharaui que la construcción de aquel lugar era una tarea de todos. Tengamos claro que la dominación siempre viene a través de la dependencia, y la dependencia es obediencia debida. Él conocía el fuerte carácter independiente de los saharauis, de manera que hizo que creyeran en el proyecto como construcción común. Pero no pensemos que fueron los jefes tribales los que solicitaron hacer todo aquello. Bens fue convenciendo a tribu por tribu en diversos exploraciones al desierto, que yo he querido resumir porque si no se iba a extender mucho la narración. Pero una de las claves de Bens fue la constancia en el objetivo a conseguir.
Hizo muy suyo el principio que en términos militares se llama ‘voluntad de vencer‘…
En estrategia hay tres principios básicos: la voluntad de vencer, la libertad de acción y la capacidad de ejecución. Cualquier militar conoce estos principios, y si alguno de estos falla lo más probable es que fracasen. Obviando la voluntad de vencer, que siempre le caracterizó, la libertad de acción en la soledad de aquel desierto le permitió hacer cosas que, posiblemente, si hubiera estado cerca de los puestos de mando, sean estos militares o políticos, no hubiera podido hacer. De hecho, llevó a cabo exploraciones que en principio no estaban autorizadas, pero que vio necesarias para conseguir sus objetivos. A ello se añade su capacidad de ejecución basada en el uso inteligente de los pocos recursos con los que contaba. No olvidemos que llega al Sáhara con apenas 21 soldados y el objetivo de incorporar apenas unas pequeñas poblaciones pero en un territorio muy extenso.
No podemos olvidar que Bens consiguió que aquel territorio sirviera como escala aeronáutica. Repostaban los aviones en su ruta entre Europa y América. Allí se instaló la Compañía Francesa Aeropostale…
Esto es un momento importante en el trabajo de Bens y que probablemente requeriría de más capítulos de los que le he dedicado. No olvidemos que las tribus saharauis consideraban como principal enemigo a Francia. Esto es algo que a Bens le vino bien pero de lo que más tarde tuvo que desdecirse debido a los acuerdos que se habían firmado a nivel político para instalar estas pistas de aterrizaje del servicio postal.
Curiosa era la comunicación entre su equipo con el ejército de tierra en Canarias con palomas militares y también civiles de las islas. He leído que con la información que iba y venía a Gran Canaria y Tenerife, Bens pudo hacer dos incursiones: la primera sin permiso del Gobierno en 1910 y en 1911 en Atar y Boujador. La idea de Bens era situar a cada empresa de pesca…
En principio, el objetivo principal de la llegada de Bens al Sáhara, y de los acuerdos por los cuales España se queda con aquellos territorios, era crear una zona de protección para los pescadores y majoreros de Canarias. Habitualmente eran objeto de actos de piratería por las tribus saharauis, especialmente si por azar del destino terminaban fondeando o encallaba en la costa saharaui. En la era de la comunicación en la cual la obtención de respuesta de un mensaje llevaba más tiempo, el nivel de independencia de los mandos desplazados era mucho mayor. Pero también la carga de responsabilidad lo era, pues no era compartida. Eso es una cosa que me llamó mucho la atención pues en este momento vivimos en una época en la que todo el mundo evita la responsabilidad, firmar un mail o responder si quiera. El tiempo de Bens era uno en el cual la gente respondía a sus acciones y a sus palabras y no temían firmar sus cartas. Eran un tiempo y un lugar en los que la palabra tenía un valor y esta se firmaba con acciones coherentes.
Ahora que se habla tanto del trato a las mujeres… leí algo que Bens dejó escrito en cuanto al trato a observar con las mujeres moras. Recomendaba mostrarles «cariño, amistad y consideraciones, que todas a una vean en nosotros no al cristiano enemigo de su ley, sino al hombre que las sabe distinguir y cuyo trato las eleva de la triste condición que suelen disfrutar»…
Francisco Bens es una mezcla de personalidad caribeña mezclado con el rigor y la responsabilidad de la formación militar. Esto hizo que fuera capaz como nadie de administrar políticas como él decía «de puño de hierro en guante de terciopelo». La cuestión es que apenas tuvo que utilizar el puño de hierro. En esta tarea descubrió unos aliados: las mujeres. En un lugar donde la mortandad infantil superaba el 38 % y donde las niñas no llegaban vírgenes más allá de los 12 años, donde las enfermedades venéreas campaban a sus anchas, Bens se convirtió no sólo en protector de las mujeres sino en confidente de ellas, y las unidades militares españolas el lugar en el que ellas podían expresarse con más libertad. Esto es una cosa que realmente me hubiera encantado hacer, entrevistar a alguna de aquellas mujeres que tuvo relación con Bens. Hubiéramos podido ver casos reales de «empoderamiento» femenino de verdad y no un feminismo ideologizado y manipulado. Un feminismo basado en la expresión del hombre y de la mujer desde el principio básico del respeto.
Está claro que llegar solo, con una misión que hacer a otro territorio que no es tu hogar, logra que hombres con iniciativa y voluntariedad imaginen grandes sueños y lo que es más importante, los cumplan.
Leyendo a Hannah Arendt vemos que habla sobre la banalidad del mal y que lo que más le impresionó en el juicio Eichmann por el Holocausto y los campos de exterminio fue que esto fue llevado a cabo por personas normales. Esto mismo desde un enfoque positivo nos lleva a pensar que Bens fue una persona normal que hizo grandes cosas pues supo ver en el bien colectivo su propio beneficio. Esto es una buena pregunta para los momentos que vivimos, ¿podríamos tener un líder como Bens? Lo cierto entonces es que fue asumido como un líder tanto por las tribus como por todos aquellos que sirvieron con él. Es emocionante leer algunos de los documentos que se escribieron sobre él pues sus subordinados y muchos de los soldados que sirvieron lo consideraban un padre. Esto trasciende de la figura del líder pues al final entregó su vida por una causa común y no fue correspondido por aquel colectivo que servía, que es España.
¿Cómo fue la documentación para escribir este libro? Imagino que un trabajo arduo. Le he leído que buscando la hoja de servicios de Bens, en el Archivo General Militar de Segovia, le comentaron que existen, desde 1760, hojas de servicio: «Hay un dicho que alemanes y franceses cuentan del ejército español: el ejército español no tiene monumento al soldado desconocido porque todos lo son y tiene hoja de servicio»
Quiero decirte antes de responder a esta pregunta que el ejército español no es otra cosa que una extensión de los principios y valores del país al que defiende. Por esta misma razón considero a los militares españoles servidores públicos, como cualquier otro funcionario. Es por esta razón también que me impresionaron mucho los archivos y militares en general porque muestran la solidez y grandeza de una nación, que es capaz de conservar los registros de todos y cada uno de los militares que han servido a España desde el siglo XVII. Esto dice mucho de nosotros como nación, con un respeto por la institución y de la institución por mantener un registro de sus actividades y de las personas que han pasado por ella. Estas cosas quedan por encima del ruido político, están por encima de los vaivenes ideológicos y muestran que, al final, lo que queda es el trabajo comprometido de los individuos. Siglos después.
¿Qué le ha revelado el estudio y análisis de la personalidad del Capitán Bens y acerca de nuestra solidez como nación? Este libro, quiero pensar, viene a congraciarnos con la historia y para hacernos comprender la importancia de los sentimientos, del arraigo de los lazos, del esfuerzo, de la voluntariedad, de la entrega…
Francisco Bens es un personaje que evoluciona a lo largo de su vida. Nos hemos acostumbrado a personajes lineales que apenas varían su actitud y que mantienen una convicción y unos objetivos de forma continua. Pero creo que Bens ejemplifica las mismas dudas, los mismos cambios que muchos experimentamos. Pensemos que Bens termina por combatir en las diversas guerras que finalizaron en la independencia de Cuba. Cuba fue su lugar de nacimiento y donde tenía a su familia. Abandonó aquel lugar posiblemente sumido en una terrible crisis de la que la gran mayoría no nos hubiéramos podido recuperar nunca. Pero él, enfrentado al desierto, encuentra fuerza en muchos principios y valores y aquella voluntad de vencer de la que hablábamos anteriormente. Personalmente, esto me parece sobrehumano y el ejemplo del arquetipo del héroe.
Retomando lo de la documentación, ¿qué libros le han sido especialmente valiosos? Las guerras de hoy son muy distintas y la forma de contarlas también, ahora recibimos las noticias desde mil puntos de vista. Por cierto, creo que la nieta de Bens aún vive, ¿pudo localizarla?
En el trabajo de desarrollo de Bens hubo tres principales fuentes: su biografía -recientemente publicada en una nueva edición por la editorial Athenaica-, la documentación oficial y libros sobre psicología y relacionados, en especial, con el estrés postraumático que afecta a los veteranos de guerra. Esto me parecía de especial relevancia para entender el porqué de las cosas que hacía Bens, y en especial de aquello que callaba. Al leer su biografía descubrí que había muchos eventos sobre los que pasaba por encima de manera suave, y apenas mencionaba. Comprendí que para entender las razones de cada decisión y acción de Bens debía estudiar más sus silencios, incluyendo el fallecimiento de su hija pequeña. En esta labor fueron muy importantes también mis contactos con varios veteranos del Sáhara con uno de los cuales, por cierto, he desarrollado una gran amistad y ha terminado por prorrogar el libro: Juan Gómez. Juan es también historiador y arqueólogo con lo cual me ha ayudado a mantener un cierto rigor dentro de la libertad de acción que la narrativa requería. En cuanto a la nieta de Bens, me encantaría poder contactar con ella, lo he intentado por varios medios, pero no ha habido oportunidad.
¿Considera que nuestros compatriotas, aquellos que han defendido España, estaban hechos de otra pasta? Nunca dejaron a los suyos atrás… ¿Qué tenían los héroes de antes que le falta al español de hoy?
A veces tenemos un sentido colectivo del heroísmo, cuando en realidad el heroísmo, que también es honradez, sacrificio, valentía y constancia, son valores individuales. Estos individuos encontraron el colectivo que valorara estas cosas y les apoyara en su empeño. Esto ocurría porque el objetivo de este héroe beneficiaba a todos, y no a alguien en particular. Respondiendo a la pregunta, creo que siguen existiendo héroes así y con ellos no cruzamos en las calles. Pero la historia y muchas veces los propios medios de comunicación construyen sus propios héroes basados en lo que es la narrativa del momento, y este es también el caso de Bens. Francisco Bens fue completamente ignorado, incluso fue apartado de sus funciones, porque su solvencia y fuerza evidenciaban los fallos de los demás. Ahora creo llegado el momento de valorar la figura de Bens y como puede ser un ejemplo de liderazgo.
España sin África era para Bens un país mutilado, mucho más importante de lo que la gente cree, y sólo se ha tratado en libros por algunos aventureros que le han dado un tono de romanticismo así como en algunas películas, cuando es mucho más que eso…
Una de las grandezas de nuestro país es el lugar en que se encuentra. Somos entrada y salida del Mediterráneo y nacimiento del Atlántico, final de Europa y principio de África, final de África y principio de Europa. Tierra de acogida de judíos, de árabes, de gitanos, de romanos, griegos, fenicios y origen de Celtas e Íberos. ¿Qué otra nación en el mundo puede reclamar un legado así? En cada lugar en el que hemos estado, más allá de la península ibérica, nos hemos vinculado de manera especial. Esto lo prueba la cantidad de matrimonios mixtos que hubo en Latinoamérica en comparación con los pioneros ingleses, holandeses o alemanes. Nuestro vínculo emocional también con muchos lugares ha sido de gran fuerza. Y esto ocurre con el Sáhara u otros lugares que, en la actualidad, están en los medios como es el caso de Cuba. Para los españoles han sido algo más que colonias, sitios en los cuales han dejado parte de sí mismos y un legado de integración con el lugar.
En el Sáhara existe el recuerdo a Antoine de Saint-Exupéry quien aparece, también, en la trama de su novela. Fue nombrado jefe de escala en Tarfaya. Decía Saint-Exupéry en sus memorias, «la tierra nos enseña más sobre nosotros mismos que todos los libros… porque ella se nos resiste», ¿qué quería decir?
Tuve una experiencia corta, pero intensa, trabajando en el norte del desierto en Israel. Encontré mucha similitud a lo que es navegar en el océano. Son inmensidades inabarcables en las que el hombre es el ser más débil. Pero por esta misma razón esta inmensidad te coloca en tu lugar. Pruebas de lo que eres y de lo que no eres capaz y, como decía Carl Sagan, «apenas un destello en la inmensidad del universo». ¿No es esto fantástico?
En efecto. Saint-Exupéry en Carta a un rehén sintetizó su paso por el desierto así: «Viví en el Sahara. Soñé también yo, después de tantos otros, con su magia. Cualquiera que haya conocido la vida en el Sahara, donde aparentemente todo es mera soledad y desamparo, llora aquellos años, a pesar de todo, como los más hermosos que le ha tocado vivir»…
Yo he llegado a hablar con seis veteranos del Sáhara y leído muchos textos y comentarios de otros veteranos y civiles que por allí pasaron. Todos ellos opinan que la época mejor de su vida fue aquella que pasaron en el desierto. El desierto es un lugar inhóspito, de temperaturas extremas, donde apenas hay atracciones. Entonces mi pregunta era: ¿por qué todos coinciden en que aquella fue la mejor época de su vida? Posiblemente la respuesta está en que precisamente no hay nada. Sólo queda lo prioritario, lo importante, en ausencia de distracciones. Me decía Juan Gómez que allí, en el Sáhara, todo es más claro, las amistades son sinceras y la camaradería necesaria para sobrevivir. Esto nos hace mucho reflexionar sobre la necesidad de muchas cosas que tenemos alrededor, y si realmente estamos sufriendo por lo que es accesorio.
Vamos, que el mítico El Principito comenzó a existir en lo que fue una vez suelo español…
¿No es El Principito un resumen de muchos de los miedos y anhelos del hombre? Es muy posible que no se hubiera podido escribir en otro escenario mejor que este, por eso su sencillez, por eso su pureza.
Usted se dedica al cine desde la parte de producción, sonido… Su novela conlleva una interesante puesta en escena muy cinéfila, muy visual: océano, desierto y cielo. Imagino que vería pasar por su cabeza las aventuras que escribía como fotogramas. La apasionante biografía de Bens merece una película…
Creo que más que una película lo que merece es una serie. Una de las claves de Bens es la evolución del personaje, cuando además piensas que aquel alférez nacido en la Habana, bajo de estatura y enjuto de cuerpo fue capaz de convertirse en un líder tan impresionante. Entonces esto lo que te pide es una serie donde podamos disfrutar de la evolución de Bens.
Cuando Bens fue retirado a la Península se sintió triste e inadaptado, no ya porque en la inmensidad desértica se encontrara mejor que en cualquier ciudad, cuentan que «era más la melancolía por paisajes , por personas y por estilo de vida». Reitero, ¿cuánto puede enamorar el desierto…?
Como te decía anteriormente lo que es vivir en el desierto y vivir en libertad merece capítulo aparte. Cuando has estado casi 25 años de tu vida en un lugar sin fronteras y sin límites entiendo que debiera ser complicado volver a la civilización.
Ahora Tarfaya es uno de los puntos de las costas africanas que más pateras ve partir, el punto más cercano entre Canarias y el continente africano, ¿es así?
Posiblemente. Lo que vemos también aquí es que el tráfico de humanos apenas ha cambiado. Si siglos atrás se pagaban los esclavos en destino, ahora es la propia mano de obra la que paga por hacer ese viaje para llegar a los mismos lugares. Las rutas son las mismas, los traficantes posiblemente sean los mismos, y lo que han cambiado han sido los medios y la tecnología únicamente.
¿Le duele que nadie recuerde el vínculo de España con el Sáhara que usted narra y valora en esta novela?
Como se ha visto en la reciente crisis diplomática con Marruecos, el tema del Sáhara es un tema que continúa siendo actualidad. Otra cosa es que valoremos la relación que tenemos con la antigua colonia y las tribus que allí había. Como siempre ocurre en asuntos políticos y diplomáticos, las cosas no son blancas o negras, y es importante tener en cuenta todos los matices. Es muy curioso, cuando he buscado documentación la publicación literaria en España en general no es extensiva, sino intensiva, es decir: hay mucha información sobre unos temas determinados y sobre otros apenas existen publicaciones recientes. Un ejemplo de esto es que cuando se busca documentación sobre la guerra de Cuba la gran mayoría está enfocada en la revolución castrista y conflictos posteriores. En muchos casos ha sido más fácil obtener información de archivos y registros oficiales que literatura o libros escritos al respecto. En este último caso, además, para obtener bibliografía hay que ir a las tiendas de libros antiguos lo cual no deja también de ser un placer.