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Kareninas: los amores prohibidos de Anna & Jane

 

‘El amor es algo tan libre como cualquier espíritu;

las mujeres por naturaleza aman su libertad,

y lo mismo sucede con los hombres,

si se me permite decir la verdad’,

Gabriel Rossetti


(Rossetti no siempre es así, el Amor es esclavo del propio Amor)

 

Anna Karenina, la musa atrevida de Tolstoi, mujer contracorriente de la burguesía deminónica rusa, enamorada de quien nunca debió, y Jane Burden, la musa rebelde de Rosetti, que pasó de las callejuelas decrépitas de Oxford a las pinturas más admiradas del siglo XIX en Inglaterra, encarnada en cuadros en forma de Ginebra y Proserpina, también, enamorada de quien nunca debió.

 

¡Culpemos, sin más, al amour, al amour fou!

 

El destino y la fatalidad se conjuraron contra sendos corazones casados y, al mismo tiempo, descasados en amores infernales, alejados de los convencionalismos de una época. Cuando apelar al divorcio era toda una provocación social, especialmente, proviniendo de mujeres jóvenes, bien atendidas por sus maridos y con hijos a los que cuidar. ¿Acaso, tiene una mujer derecho a enamorarse de otro hombre al que no pertenece socialmente? ¿Qué sucede cuando las dobles vidas se transforman en ataduras, siniestras, infinitas de bucles poseídos por la pasión? ¿Dónde estaba la frontera entre la razón y la sinrazón?

 

¡Ay, Kareninas… Culpemos, sin más, al amour, al amour fou!

 

Kareninas, ¿por qué tuvistéis el valor de probar ‘el Amor prohibido’? ¿No entendistéis que el corazón siempre encuentra excusas para la razón? Enfrentarse a los convencionalismos conlleva consecuencias. Machismo e incomprensión, desprecio y soledad. Decir o no la verdad, bajo tanta presión, sin ser vosotras mismas, conduce irremediablemente a la locura, esclavas de la mentira del gran teatro del mundo. Mientras, paradojas, el destino os arropaba con ‘virtuosos’ maridos. ¡Craso, craso error, Kareninas! ¿Adónde fueron a parar vuestros sueños convertidos en auténticas pesadillas con nombres de amantes locos? Vronsky y Rossetti, el conde de Anna y el poeta-pintor de Jane.

 

¡Culpemos, sin más, al amour, al amour fou!

 

Kareninas recordad que la sociedad sólo tenía una respuesta cuando Jane (en La Musa Rebelde) preguntaba sobre el verdadero significado del AmorEl Amor es para la poesía. El Amor es para los niños y las mascotas. Somos mujeres adultas y vivimos en sociedad. El Amor es un lujo que no nos podemos permitir. 

 



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