A menos que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero caigan un 7,6% cada año entre 2020 y 2030, el mundo no alcanzará el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5° C por encima de los niveles preindustriales establecido en el Acuerdo de París, alertó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente este martes.
El Informe Anual de Brecha de Emisiones del PNUMA dice que incluso si se implementaran todos los compromisos incondicionales actuales en virtud del Acuerdo, se espera que las temperaturas aumenten 3,2° C, lo que provocará impactos climáticos más destructivos y de mayor alcance. Esto quiere decir que la ambición colectiva debe aumentar más de cinco veces sobre los niveles actuales para lograr los recortes necesarios durante la próxima década.
Cada año, el estudio evalúa la brecha entre las emisiones anticipadas en 2030 y los niveles consistentes con los objetivos de 1,5° C y 2° C del Acuerdo de París. El informe asegura que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 1,5% anual durante la última década. Las emisiones en 2018, incluidos los cambios en el uso del suelo, como la deforestación, alcanzaron un nuevo máximo que equivale a 55,3 gigatoneladas de CO2.
«Estamos avanzando hacia un calentamiento de 3 a 5 grados Celsius para fines de este siglo en lugar de 1,5 a 2, que era el objetivo de París», aseguró el director de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Talas, durante la presentación del informe en Ginebra.
Hay que actuar de inmediato y aumentar la ambición
El PNUMA asegura que 2020 es un año crítico para la acción climática. En la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático en Glasgow, Escocia (COP 26), se espera determinar el curso futuro de los esfuerzos para evitar la crisis, y se espera que los países intensifiquen significativamente sus compromisos climáticos.
«Nuestro fracaso colectivo para actuar de manera temprana y dura contra el cambio climático significa que ahora debemos realizar recortes profundos a las emisiones, más del 7 por ciento cada año, si lo desglosamos de manera uniforme durante la próxima década. Esto muestra que los países simplemente no pueden esperar hasta el final de 2020, cuando vencerán nuevos compromisos climáticos, para intensificar la acción. Cada ciudad, región, empresa e individuo deben actuar ahora”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa.
Andersen aseguró que se necesitan progresos rápidos para reducir emisiones tanto como sea posible en 2020 y luego impulsar las contribuciones determinadas a nivel nacional provocando grandes transformaciones de las economías y las sociedades.
“Necesitamos ponernos al día con los años en que postergamos. Si no hacemos esto, la meta de 1,5° C estará fuera de alcance antes de 2030″, dijo la funcionaria.
Según el informe, las emisiones globales, todavía están aumentando. «Hace un par de años teníamos una pequeña esperanza de que la parte de CO2 de las emisiones se había mantenido básicamente estable durante algunos años, pero en 2017 y 2018, aún no tenemos los números de 2019, las emisiones de CO2 aumentaron en el último año en un dos por ciento, lo que en realidad está por encima del promedio de los últimos 10 años «, explica John Cristensen, quien participó en la elaboración del estudio.
El riesgo de superar los 1.5° C
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió que ir más allá de 1,5° C aumentará la frecuencia e intensidad de los impactos climáticos, como las olas de calor y las tormentas presenciadas en todo el mundo en los últimos años.
«Entendemos que a 1,5 grados Celsius, el 75% de los arrecifes de coral morirán, a dos grados prácticamente todos los arrecifes de coral desaparecerán . Entendemos que los insectos que necesitamos para la polinización para tener nuestra producción de alimentos se verán significativamente afectados y es probable que perdamos hábitats masivos y, por lo tanto, insectos en el nivel superior», agregó Andersen.
Otras consecuencias son el aumento de hasta diez centímetros en el nivel del mar y un océano Ártico sin hielo en el verano.
“El principal impacto hasta ahora y para fines de este siglo proviene de los cambios en los patrones de lluvia; y hemos comenzado a ver que algunas de las regiones se vuelven más secas, especialmente África y algunas partes de Asia y algunas partes de América, y eso tiene un impacto aún mayor que los cambios de temperatura», explicó Petteri Talas.
Los países desarrollados deben aportar más
Las naciones del G20 representan colectivamente el 78% de todas las emisiones, pero solo cinco miembros del G20 se han comprometido con un objetivo a largo plazo de cero emisiones.
«Y la mayoría de los que se comprometieron con nuevos planes el próximo año y con cero emisiones de carbono no están en el G20; Algunos de ellos sí, pero no muchos. Y luego miramos en detalle los países del G20 este año y también tengo que decir que muchos de los planes que se han discutido realmente todavía no se han implementado”, aseguró Cristensen.
El informe asegura que, a corto plazo, los países desarrollados tienen que reducir sus emisiones más rápido que los países en desarrollo, por razones de equidad, y porque el Acuerdo establece que las naciones de bajos ingresos aún pueden aumentar las emisiones para impulsar su economía.
Sin embargo, todos necesitarán contribuir más a los efectos colectivos. Los países en desarrollo pueden aprender de los esfuerzos exitosos en las economías ricas, así como adoptar tecnologías más limpias de forma más rápida.
El informe sostiene que en 2020 todas las naciones deben aumentar sustancialmente la ambición en sus Contribuciones determinadas (NDC), como se conocen los compromisos de París, con políticas y estrategias para implementarlas.
Los objetivos de París aún son posibles afirma el Programa, pero no se están implementando lo suficientemente rápido o a una escala lo suficientemente grande.
Para limitar las temperaturas, las emisiones anuales en 2030 deben ser de 15 gigatoneladas de CO2, lo que significa recortes de 7,6% anuales hasta 2030 para la meta de los 1,5°, y de 2,7% por año para la meta del 2° C.
Es decir, los niveles de ambición en las contribuciones nacionales deben aumentar al menos cinco veces para lograr la meta de 1,5° C y el triple para la de 2° C.
Cada año de retraso en aumentar la ambición más allá de 2020 conllevará la necesidad de recortes más rápidos, que se volverán cada vez más caros, poco probables y poco prácticos, advierte el PNUMA.
«Debido a la procrastinación climática que hemos tenido esencialmente durante estos 10 años, estamos buscando una reducción del 7,6% cada año. ¿Es eso posible? Absolutamente. ¿Tomará voluntad política? Sí. ¿Necesitaremos que el sector privado se apoye? Sí. Pero la ciencia nos dice que podemos hacer esto «, concluyó la directora del Programa de la ONU para el Medio Ambiente durante la presentación del informe.