Cuando una persona ha sido víctima de la tortura, las secuelas físicas y psíquicas son difíciles de superar sin el apoyo de especialistas.
Muchas de las víctimas de esta práctica inhumana son perseguidas en sus comunidades y se ven obligadas a abandonar sus países y, además de la asistencia médica especializada, necesitan apoyo para recomenzar sus vidas, como una casa, una escuela para sus hijos y un trabajo.
Para ayudar a esas personas a sortear lo que parece un laberinto lleno de obstáculos, fue creado el Fondo Voluntario de la ONU de Asistencia a Víctimas de la Tortura.
El Fondo fue establecido por una resolución de la Asamblea General en diciembre de 1981 como expansión de otro que ya existía para ayudar a víctimas de la tortura en Chile, dice Mercedes Doretti, presidenta del directorio de esta entidad de la ONU.
Duración: 4’00″ Producción: Carlos Martinez