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Mientras tantoLa balada del me

La balada del me


Este texto contiene las reflexiones que un lingüista (futuro de indicativo) hace sobre las conversaciones triviales que mantiene con sus compañeros de mundo. Unos dicen: ¡Estoy harto de los impuestos: me matan!; otros: ¡A mi este tipo de gente me produce sarpullidos!, ¡Me da un coraje el haber suspendido!…Él sonríe y calla. Visualiza cada una de las palabras que sus interlocutores pronuncian, así como los conceptos que cada una de ellas evoca. Decide analizarlas (a las palabras, por supuesto, nunca a las personas).

 

¡Estoy harto de los impuestos: me matan!

Impuestos…deriva de imponer. Hace, por tanto, referencia a una imposición hecha por un reflejo falso del orden, como es el sistema social, que se reduce a un juego irreal. Algo irreal no puede crear sino más falsedad. Los impuestos son falsos y algo falso no puede matar. Si no matan al interlocutor éste no tiene por qué estar harto.

Conclusión: Únicamente queda me.

 

¡Este tipo de gente me produce sarpullidos!

En cuanto al significado del sujeto, la gente no puede dividirse en tipos, a no ser que se haga con amor y con la finalidad de traducir la esencia a la lengua del estar. Parece que el hablante únicamente se refiere a este sujeto para indicar que le produce sarpullidos, y por lo tanto la clasificación no es válida. Sin sujeto, tal vez lo único que le puede producir sarpullidos al hablante es, aunque no lo diga, el odio. Si esto fuera general, el odio podría incluirse en la acepción de sarpullido como causa de aparición, pero de ser así, la unidad de dermatología estaría permanentemente saturada y como no lo está (aunque casi) los sarpullidos también quedan eliminados por inválidos.

Conclusión: Únicamente queda me.

 

¡Me da un coraje el haber suspendido!

En la acepción correcta del término coraje, no se indica que pueda proporcionárselo un sujeto a un complemento indirecto, aunque si lo que técnicamente se entiende por “coraje” pudiera ir “de fuera a dentro” entonces la vida sería más sencilla en este planeta. Tal vez un sujeto poderoso sí pueda proporcionar coraje. En este caso, el sujeto es “el haber suspendido”, esto es, obtener una puntuación inferior a la mitad de la puntuación total en un ejercicio de evaluación (¡qué estupidez!). ¿Quién evalúa al evaluador? Seguro que alguien, y si no es así pronto lo resolverán: les encanta evaluar. Evaluar es una de esas palabras pertenecientes a la jerga del sistema social que por ser falsa, no tiene el suficiente poder como para proporcionar coraje.

Conclusión: Únicamente queda me.

 

Me, me, me.

La balada/El balido de la oveja. Ovejas, como las que nos comportamos al no querer crecer sin rebaño o caminar sin pastor.

 

Quiero dar las gracias a las personas que tienen la amabilidad de leer este blog y a las que además escriben comentarios tan alentadores.


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