“La pintura es un arte sensual, se la puede considerar como un fruto que saboreamos con los dedos, su piel se identifica con la nuestra”, o “Yo no hago el cuadro a priori, cuando lo empiezo no sé cómo lo voy a terminar”, son dos frases del catálogo que la Residencia de Estudiantes de Madrid ha publicado con motivo de la exposición Bores. Madrid-París (1898-1972). Como señala la propia Residencia en su página, Bores “es uno de los más importantes y singulares artistas de la pintura española contemporánea. En todo momento, a lo largo de su trayectoria como pintor, estuvo en el primer plano y muy por delante de sus contemporáneos españoles y extranjeros. Durante su juventud encontró su lugar en el rico entorno de la Edad de Plata de la cultura española, tan ligada a la Residencia de Estudiantes, que fue espacio de encuentro ineludible de artistas e intelectuales. A finales de 1925, Bores abandonó Madrid y se instaló en Francia, donde residió la mayor parte de su vida y se convirtió en una de las figuras principales de la denominada Escuela de París”. En una entrevista con la revista La Lectura, la hija del artista, Carmen Bores, dice que a su padre y a su generación “les han borrado del mapa”. Esta muestra trata de enmendar ese borrado.
Dónde: Residencia de Estudiantes de Madrid
Cuándo: Hasta el 16 de abril