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La butaca de Godot: Eliseo Parra y la trama de los afectos

 

 

 

 

Hablando del Ebro y de las estériles disputas sobre la propiedad de los ríos, del rencor entre la España seca y la España húmeda, reflejo de otros rencores que periódicamente se reavivan, Arcadi Espada se refirió a “la trama de los afectos”. Gonzalo Sánchez-Terán acababa de volver de casi medio año en algún lugar perdido en el Ogadén, trabajando con refugiados somalíes, enseñando a jóvenes que empuñaban un rifle a empuñar un lápiz, y le cité en Cuarta Pared porque Eliseo Parra y Las Piojas se volvían a juntar. “Un verdugo mata a un hombre / una mala lengua mata un mundo”. Quizás porque Gonzalo está a mi lado, la copla me trae a la memoria la Radiotelevisión Mil Colinas, que cebó el genocidio ruandés. Primero a capela, acompañado de una niña al violín y un niño al violoncelo, y después de toda la fantástica orquesta popular, el recital de Eliseo Parra y su repaso de polkas, romances, jotas, seguidillas, sevillanas, charros, villancicos… mostró no sólo cómo reanudar la trama de los afectos rotos entre los españoles, sino lo más parecido a la felicidad una tarde de lluvia en la capital de este país nuestro, tan fatigoso como paradójico.

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