Home Mientras tanto La carta robada (Edgar Allan Poe) y las leyes de Newton

La carta robada (Edgar Allan Poe) y las leyes de Newton

– El mundo material- continuó Dupin- abunda en estrictas analogías con el inmaterial, y ello tiñe de verdad el dogma retórico según el cual la metáfora o el símil sirven tanto para reforzar un argumento como para embellecer una descripción. El principio de la ‘vis inertiae’, por ejemplo, parece idéntico en la física y en la metafísica. Si en la primera es cierto que resulta más difícil poner en movimiento un cuerpo grande que uno pequeño, y el impulso o cantidad de movimiento subsecuente se hallará en relación con la dificultad, no menos cierto es en metafísica que los intelectos de máxima capacidad, aunque más vigorosos, constantes y eficaces en sus avances que los de grado inferior, son  más lentos en iniciar dicho avance y se muestran más embarazados y vacilantes en los primeros pasos

Edgar Allan Poe pertenece al grupo de los escritores feos y se dedicó a ser el primer escritor americano en ser tomado en serio en Europa, donde se encontraba Baudelaire, que si no era la misma persona como proponía Cortázar, por lo menos era su hermano gemelo. En todos los cuentos de Poe aparece mucha y buena ciencia. Incluso escribió un curioso soneto a la propia ciencia Aquí habla de las leyes de Newton tal y como fueron formuladas, en función de la cantidad de movimiento, y no como las popularizó Euler en 1750. Yo no termino de estar de acuerdo en que a las grandes inteligencias les cueste más trabajo arrancar, y por armonizarlo con el principio de inercia, antes diría que a las grandes inteligencias, como a las grandes masas, les cuesta más detenerse, una vez en movimiento, lo cual también se desprende de la ley de la inercia

Salir de la versión móvil