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Mientras tantoLa entrevista

La entrevista

Si no fuese tan puta   el blog de Manuel Jabois

 

Conocí a Susana Fortes hace cinco años, cuando la entrevisté sobre El azar de Laura Ulloa. Quedamos en el Carabela, que viene siendo el Café Gijón de todos los oficios de Pontevedra. Entonces yo acababa de escribir el primer borrador de una novela que creía, naturalmente, definitivo e intocable, y que me llevaría lejos, aunque a lo más lejos que me acabó llevando fue al propio Carabela. Un amigo común me había animado los días anteriores a dárselo para que ella le echase un vistazo. Por supuesto me espanté, pues no entiendo nada más grosero que presentarse uno con el trabajo propio a ponérselo en la mesa a quien no tiene otra cosa que hacer en la vida que leerte a ti. Pero este hombre me dijo que ya había hablado con ella y que se había mostrado encantada. Pasé así toda la entrevista pensando en cuándo se iba a hablar allí de mi libro hasta el punto de sorprenderme haciendo las preguntas a desgana y mirando el reloj, y en cuanto terminó una respuesta, apagué a la carrera la grabadora, carraspeé mientras subía a la mesa una carpeta y dije: “Bueno, pues aquí está”. Y dejé caer el paquete tan pesadamente que temblaron los platillos del café. La rubia me miró medio enloquecida y preguntó: “¿Pero esto qué es?”. “Mi manuscrito, naturalmente”. Y entonces me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que le hablaba, pues mi amigo me había mentido, pero adoptó un perfil profesional exquisito: “Ah, estupendo, ¿entonces escribes?”. Y aunque al principio me temblaron las piernas, ya que era la primera entrevista que me hacían, acabé girando la silla hacia la derecha, de modo que pudiese cruzar las piernas mientras apoyaba el codo en la mesa, mirándola de reojo, y encendí la grabadora mientras decía: “Escribo para huir, para espantar fantasmas”.

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