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Mientras tantoLa gente buena no mata

La gente buena no mata


 

Lluvia

 

A qué nos acostumbra la muerte

              de los otros

a qué la falta de lluvia

que hace que resulte mucho más arduo

borrar la sangre del asfalto

mirar hacia otro lado

que es lo que la mayoría

las buenas gentes

que no empuñamos las pistolas frías

                hierro negro

ni señalamos

ni justificamos

hemos hecho durante tantos años.

 

Aurelio

que sabe como pocos

de la compasión

y del mal consentido

trata de encender una hoguera

que alumbre y caliente

con preciosa madera vasca

que no se seca nunca

y el humo escribe

por él, con él.

 

A la lluvia me afilio

como si un meteoro pudiera urdir

una capucha moral:

mimbre y razones

palabras con las que escuchar toda la noche

lo que se dijo

y lo que se calló.

 

La gente buena no mata,

le dice la niña a la abuela Miren.

La gente buena no mata,

¿pero cuánto mataron los espectadores

los que se callaban cuando las viudas

               y los huérfanos

pasaban por la calle

se atrevían a entrar en los bares

              o en las iglesias,

no se iban del pueblo

pese al silencio de hierro 

              negro como las pistolas

o volvían

pese al silencio negro

y la lluvia que entristecía un poco más

             si cabe

la belleza del mundo?

 

Mal consentido.

La gente buena no mata.

Pero yo recuerdo

cuando era joven,

             infeliz

             indocumentado,

y con mis amigos en la universidad

cantaba

«si España é miña nai

eu son un fillo de puta»,

y entendía

las razones

de los asesinos

aunque me repugnaran

sus métodos.

 

(Cuando ni el fin

ni los métodos

eran buenos).

 

La gente buena no mata,

le dice la niña a la abuela Miren.

 

Ahora el tiempo ha pasado

ha seguido lloviendo

sobre el País Vasco

y el resto del mundo.

 

Pero la carcoma moral no se ha extinguido.

Escucha cómo ladran en Alsasua.

Escucha cómo llueve

y el miedo sigue

               agazapado.

 

¿A qué nos acostumbra la muerte de los otros?

 

 

 

 

1. «Si España es mi madre/ yo soy un hijo de puta».

2. Aurelio es mi amigo Aurelio Arteta.

3. La frase que le dice la niña a la abuela Miren está extraída de Patria, la novela de Fernando Aramburu, a quien se debe esta especie de poema. Gracias.

4. Ayer hizo diez años que murió mi padre.

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