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La gracia del hilván

 

La puntada más sencilla de todas puede ser, a la vez, la más graciosa. Jamás imaginé decir esto, se los juro. Desde que adopté el bordado como pasatiempo, en 2012, he andado en la busca de puntos vistosos, incluso sofisticados: el punto de ostra (oyster stitch), por ejemplo, o la puntada de Mountmellick (Mountmellick stitch) han llegado a ser mis favoritas, luego de luchar por aprenderlas y dominarlas.

 

Admito que, hasta hace poco tiempo, veía de menos el hilván (y su unidad mínima, el punto recto). El simple y sencillo introducir la aguja en la tela y sacarla unos hilos después para repetir la operación hasta el cansancio: eso era para mí. Como se dice en el blog AnAnAs, «es el punto más intuitivo que existe». Quizás por eso me parecía una puntada mucho más utilitaria –que lo es, pues resulta muy útil al coser— que decorativa. Como dicen: la ignorancia es atrevida.

 

El hilván o bastilla, conocido en inglés como running stitch, puede emplearse para bordados muy ricos. Recientemente he entrado en contacto, gracias al internet en general y a Pinterest en particular, con el sashiko de Japón y con el kantha de la India y Bangladesh. En esas dos tradiciones (que no son las únicas que emplean esta puntada como base) el hilván sirve para formar diseños de enorme riqueza visual.

 

(Antes de continuar solo quiero advertir que hay un mundo enorme por explorar de usos del hilván y el punto recto en bordados de hilo contado [counted thread embroidery], entre los se puede mencionar el bordado yugoslavo [también llamado vagonite] y el bargello).

 

Sashiko

 

En el sashiko de Japón, los puntos de hilván se bordan sobre líneas rectas o curvas, en diseños que se trazan sobre la tela con ayuda de reglas o de patrones. La idea que me he formado de este tipo de labor es que sus puntadas son muy precisas (aunque no se cuentan  los hilos de la tela para ejecutarlas), y sus diseños tienden a ser intrincados, incluso a jugar con la geometría de maneras curiosas. Hace un par de años exploré el sashiko en bolsas de nudo japonés y en la pechera de un vestido de añil.

 

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Confieso que, si bien me gustó el sashiko, no me entusiasmó como en los últimos meses lo ha hecho el kantha.

 

Kantha

 

En el caso del hindú kantha, la puntada de hilván tiende a ser mucho menos perfecta y milimetrada que en el sashiko. Los diseños –que pueden ser geométricos o figurativos, tendientes a la ingenuidad en los trazos– permiten jugar con el hilván o bastilla casi de cualquier forma.

 

Lo que me ha fascinado últimamente del kantha es la posibilidad de describir diseños con líneas sucesivas de puntadas de hilván, al estilo del bordado llamado pattern darning. Me refiero a la posibilidad de formar figuras a pura puntada de bastilla.

 

 

He encontrado varios tutoriales en YouTube subidos por BD Handi Works que me han resultado muy útiles para practicar esta forma de hilván que, hoy por hoy, me tiene entretenida y bordando ya mi segunda blusa, con hilos acrílicos sobre lindo. Aquí les comparto el estado de ese bordado.

 

 

Aprovecho también para incluir una imagen de mi primera blusa o huipil en estilo kantha, que terminé hace apenas unos días.

 

 

Un apunte final

 

Debido a la forma poco sistemática en que se llevan a cabo mis aprendizajes en la red –voy explorando y de una técnica o idea salto a otra, investigo y doy con algo más que me interesa–, escribir me sirve para ordenar en cierto modo mis hallazgos. Me disculpo, pues, con quien ha leído hasta aquí, por la informalidad y la superficialidad de los apuntes. Si usted que lee quiere comentar sobre los distintos usos del hilván o la puntada recta en el bordado, siéntase bienvenida/o a hacerlo en los comentarios.

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