
Lo más importante del mundo es lo que a mí me resulta importante en este momento,
quizá ayer me daba igual y mañana ya lo haya olvidado,
pero ahora mismo lo más importante del mundo es lo que a mí me resulta importante en este momento.
No quiero un consejo y, sobre todo, no quiero que me digan que no es para tanto,
ya llegaré a esa conclusión yo solito cuando toque.
Sé que hay asuntos muchísimo más urgentes
y que ahí fuera debe de haber miles de millones de personas enfrentándose a situaciones enormemente más complejas, delicadas o peligrosas;
pero yo no soy ellos, yo soy yo
y ahora mismo lo más importante del mundo es lo que a mí me resulta importante
[en este momento.]
Si lloro porque tengo seis años y he colado una pelota en un tejado,
si lloro porque mi novio de quince años se ha liado con otra;
si lloro porque me siento incomprendido o porque ha perdido mi equipo,
no te quedes con el motivo, quédate con que estoy llorando…
y estoy llorando porque estoy dolido.
No me mires con condescendencia, no te burles y no me digas que es ridículo,
porque cuando para ti sea importante lo que para mí no lo sea, no querrás que te mire con condescendencia, ni que me burle, ni que te diga que es ridículo.
Nada es importante si no tiene que ver contigo,
porque todos los días niños cuelan pelotas en tejados, novias se sienten engañadas y hombres y mujeres se sienten incomprendidos.
Todos los días mueren padres, y madres, y parejas e hijos,
todos los días a alguien le diagnostican cáncer, a alguien le piden matrimonio y miles de mujeres dan a luz a miles de niños.
¿Es importante?
Para ti no… mientras no tenga nada que ver contigo,
pero al final todos sufrimos en nuestras carnes
la importancia de lo que no es importante.