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La mano de obra y el talento se preparan para volver (o no) a casa por Navidad


 

Las fiestas navideñas son para la mayoría de la gente el momento idóneo para pasar tiempo con los seres queridos. Para los que viven en el extranjero, lo son aún más; representan una ilusionante vuelta a los orígenes, a los aromas, los amigos, las costumbres, la comida de la madre o los postres de la abuela. Con esta intención regresan cada año decenas de miles de búlgaros a sus hogares. 

Se trata de algo que deduzco y conozco más por lo que veo y me cuentan que por experiencia propia. Porque, para ser sincero, nunca me ha gustado la Navidad. Al contrario, siempre me ha deprimido mucho. Quizá por ello, cuando se acercan estas fechas y las lucecitas y los villancicos decoran el frío ambiente de las calles, me da por pensar otras cosas. Como ahora, que me acuerdo de la poeta búlgara Christina Vassileva. 

Me topé con su poesía en abril de este año, recién estrenado el confinamiento, rebuscando entre los números de la revista Nueva Poesía Social con la idea de seleccionar poemas para la antología que entonces proyectábamos publicar. De entre todos, me impresionó su poema La sólida autopista alemana de seis carriles. De hecho, fue uno de los primeros que traduje al español. 

Según me contaba recientemente la propia autora, «este poema es el comienzo de uno más largo que surgió después de un épico viaje desde Alemania a Bulgaria el año pasado justo por estas fechas, un fin de semana antes de Navidad». Esta increíble experiencia de viajar junto a decenas de miles de coches de trabajadores que volvían a casa por las fiestas desde Europa Occidental hacia Europa del Este merecía ser preservada de alguna manera.»Parecía como una gran migración de pueblos. Y en este aspecto fue increíblemente inspirador para nosotros estar junto a estas familias trabajadoras y migrantes por las carreteras de Europa, recorriendo Alemania, Austria, Hungría, Serbia, hasta llegar a Bulgaria. El poema lo llamé Diario de un viaje.”

Y, al igual que Christina Vassileva, pienso en esa caravana de inmigrantes –que no expatriados– que emigran en contra de su voluntad, y me pregunto: en este extraño momento regido por la pandemia, ¿cuántos de estos autos volverán por Navidad?

 

La sólida autopista alemana de seis carriles está

Ahora al servicio del desplazamiento de las decenas de miles de personas del sur 

que hablan todas las lenguas eslavas y túrquicas

Infinitas filas de lujosos automóviles alemanes repletos de familias

La mano de obra del imperio se prepara para las fiestas

Disciplinados, estrictos, guardando las distancias

No parpadean, no pitan, no presionan, no se empujan, no son impertinentes

No piden y no buscan lo suyo

Son los corderos sacrificados de sus hijos

La estrella de Belén pasa por encima de la caravana

Con las luces parpadeantes del boeing sobrevolándolos a toda velocidad

 

 

Солидният германски аутобан с шест платна

Сега е в услуга на придвижването на десетките хиляди южни хора, 

говорещи всички славянски и тюркски езици

Колони от луксозни германски автомобили, пълни със семействата им

Работната ръка на империята се готви за празниците

Дисциплинирани, стриктни в правилата за далечна дистанция

Не премигват, не бибиткат, не притискат, не се бутат, не нахалстват

Не изискват и не търсят своето

Жертвените агнеци на децата си

Рождественската звезда преминава над керваните им

С мигащите светлини на бързо прелитащ боинг

 

Creo que a la hora de traducir poesía es muy importante sentir el poema como si lo vivieras en tu propia carne. De esta manera, la traducción resulta mucho más sencilla y algunas palabras te salen solas, sin necesidad de ponerte a buscar cuál es la más apropiada o la más fiel al original. Algo similar me ocurrió con este poema de Christina Vassileva: son tantos los jóvenes y no tan jóvenes, amigos y conocidos, que se marchan a trabajar fuera por necesidad, y no por, cómo ha llegado a declarar algún político, un “impulso aventurero”…

 

     Y vosotros, ¿volvéis a casa por Navidad?

 

Christina Vassileva vive y trabaja en Sofía (Bulgaria). Es poeta, cantante de cámara y solista en el trío Affettuoso, con el que realizan diferentes conciertos de piezas clásicas barrocas. Christina firmó el Manifiesto de la Nueva Poesía Social en 2016. Poeta y traductora de inglés. Publicó sus primeros poemas y traducciones en “Literaturen vestnik” y en la revista “Nueva Poesía Social” (Нова социална поезия).

Marco Vidal González (Sanlúcar de Barrameda, 1995) es un friki de las tortugas. Le gusta la dialectología y leer poesía, así como escribirla y traducirla. Es uno de los redactores de la revista búlgara Нова социална поезия (Nueva Poesía Social). No puede parar de escuchar Boards of Canada. Ha traducido “Nueva Poesía Social. La Antología”, “Muchacha blanca”, “El muchacho azul” y “Urban Perfume”. Puedes seguirlo en La Tortuga Búlgara.

 

 

 

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